Su vida siempre estuvo ligada al arte. De adolescente tenía su propia banda de música, Ocote, inspirada en Sumo y Divididos, y la forma de promocionarse era haciendo pintadas en la calle. Así, sin darse cuenta, "TEC" comenzó a construir su camino como artista callejero. Hoy es conocido en el ambiente como el argentino que conquistó Brasil con sus obras.
De hecho, puede decir orgulloso que pintó el mural más grande de todo San Pablo, que está frente a la autopista Minhocão y ocupa 18 pisos de la pared lateral de un edificio. Sus obras en las calles de Brasil son infinitas. Así y todo, prefiere mantener su nombre en el anonimato, como en esta entrevista con Forbes Argentina.
Hace poco, a raíz de su deseo de “innovar y experimentar con todas las herramientas” que el arte le brinda, decidió sumergirse en este apasionante mundo del CryptoArt. Con ayuda de especialistas en la Argentina, transformó 10 pinturas - que están en exhibición en la galería Choque Cultural - en arte digital y las registró criptográficamente con un token no fungible (NFT), por medio de la plataforma Mintable, soportada por la tecnología blockchain.
Los tokens no convertibles, o NFT (Non-Fungible Token), entre otras cosas, están contribuyendo al desarrollo del arte digital, convirtiéndose en una nueva forma de invertir en arte o activos digitales como GIF's y tweets. De hecho, ya se subastan tweets de personajes famosos. Además, la aplicación en el campo financiero de los tokens irremplazables los hace indispensable en la industria de la criptografía.
La entrevista completa
Forbes: ¿Cuándo arrancaste a hacer murales o pintadas? ¿Recordás?
Tec: Comencé cuando tenía unos 15 años, promocionando mi grupo de música, Ocote, una banda inspirada en Sumo y Divididos. Era un grupo de amigos de la secundaria. En aquella época - previa a internet- la escena under se promocionaba con pintadas. Eso dio paso a mi interés por el grafiti, que en ese entonces prácticamente no existía en Argentina. Luego estudié diseño gráfico en la UBA, me sumé al colectivo artístico Fase, y más adelante entendí el arte urbano como una profesión.
F: ¿Todas tus obras dicen algo de vos o no necesariamente?
T: Creo que inevitablemente, la creación artística dice algo de quien las realiza, sea por el lugar o el momento, pero en los últimos años tomé más conciencia sobre eso e intento darle más importancia a ese hecho. Uno puede direccionar el sentido de las obras con mensajes que hablen más de uno y el momento por el cual atraviesa.
F: ¿Cómo fue que ingresaste en el mundo del arte NFT?
T: Se dio naturalmente por el hecho de siempre intentar innovar y experimentar con las herramientas que el arte me brinda. Al principio estuve expectante para ver hacia dónde iba, pero luego decidí entrar de lleno porque me pareció un lugar de creación sin límites. Además, en mi caso, que realizo obras efímeras en la calle, la posibilidad de perpetuar algunos trabajos por este medio, me pareció de gran utilidad.
F: ¿Qué tiene de particular este negocio? ¿Cuáles son sus beneficios?
T: Es una pregunta difícil en este momento porque todavía no lo entiendo como un negocio. Estoy en una etapa de comprensión y aprendizaje de esta modalidad, y por el mismo motivo no visualizo con claridad los beneficios en términos de negocio.
F: ¿Qué puertas se te abrieron a raíz del NFT?
T: Muchos colegas me han consultado, lo cual muestra un interés creciente. Al mismo tiempo muchas marcas se han acercado a proponerme ideas en conjunto sobre esta plataforma, y, por otro lado, me permite mantener mi concepto de trabajar con arte y tecnología en simbiosis.
F: ¿Tenés una experiencia loca que contar a raíz de haberte sumergido en este mundo?
T: He tenido situaciones insólitas, pero no muy locas, creo que lo más sorprendente fue que mucha gente me dijo que si seguía en este mundo iba a dejar de pintar.
F: Para vos, como artista, ¿tiene el mismo valor una obra física que una digital? ¿Pensás que se aprecia de la misma manera?
T: Prematuramente diría que no, ya que la mayoría de mi trabajo es físico y principalmente en espacios públicos. En el criptoarte hay una mentalidad diferente. No es tanto apreciar la obra sino su valor monetario. Yo entiendo que hoy en día las motivaciones son otras.
El hecho de la expresividad, en lo físico, sea pintura, música, etc, lleva consigo una necesidad de crear con el cuerpo. Si bien uno puede crear con las manos y luego transformarlo en digital, veo que en los NFT prevalecen actualmente las creaciones totalmente digitales. Nacen en una computadora y son vendidos y apreciados allí mismo, y eso, en algún punto, otorga un valor diferente.
No estoy en condiciones de decir qué tiene más valor porque es algo muy subjetivo, pero personalmente, dudo que un NFT me produzca lo mismo que ver un Goya o un Picasso en vivo
F: ¿Cómo son las exposiciones virtuales?
T: Todavía no he realizado exposiciones de NFT, he publicado galerías y creado series especialmente para esto, pero no en formato de exposición virtual. Igual es algo que tengo planeado para un futuro próximo. Durante la pandemia realicé una expo virtual, pero de obras físicas, creando recorridos en 360 grados y con mucha interacción digital, lo cual fue un acercamiento a lo que hoy estoy haciendo con los NFT
F:¿Alguna vez imaginaste, cuando arrancaste tu carrera como artista, vender una obra digital?
T: No, la verdad que no, incluso al día de hoy me resulta sorprendente.
F: Independientemente de los NFT, ¿cómo te llevás con el resto de las herramientas digitales que hay disponibles?
T: Durante gran parte de mi vida trabajé con video y animación. Paralelamente pintaba en la calle, así que cuando me dediqué 100% al arte incluí desde un comienzo el video como herramienta. Pero lo más significativo fue la utilización del dron como parte de mis obras, hace ya 5 años que lo utilizo periódicamente para registrar mis trabajos sobre el asfalto.