Que estamos locos. Que los medios impresos están muertos. Que no tenemos nada nuevo que contar. Que en esta crisis económica cómo vamos a arriesgarnos. Que “más mejor” dejemos así. Por miedos, recelos, excusas, pretextos y peros -muchos peros- no faltó. Lanzarse no era una empresa sencilla. Al momento de recibir la propuesta de traer Forbes a Ecuador, la conciencia nos decía que no la debemos querer (por todos los temores); y el corazón nos gritaba que sí debemos (por el prestigio y poder de la marca). El 15 de agosto del 2021 sale a la venta nuestro primer número y estamos felices de haber hecho de esta difícil decisión lo más bello.
No queremos entrar en detalles de todos los meses de reuniones y diálogos que mantuvimos con nuestro aliado en esta aventura: Forbes Argentina. Más bien, nos gustaría compartir con ustedes un poco de este proceso que es construir una revista de talla mundial. Todo empezó el 1 de julio del 2021, con la primera reunión del equipo, conformado desde unos días antes. Mezcla de juventud y experiencia en las lides periodísticas, el Team Forbes (como nombramos a nuestro chat de comunicación interna; nos opusimos a bautizarlo como es habitual: Dream Team o Drink Team) mantuvo su primera reunión para establecer un plan de trabajo y cruzar las propuestas que previamente se habían concebido. Similar a cualquier otra redacción de un medio de comunicación, no faltó el café, las bromas y las anécdotas de reporterías (acción de buscar la noticia) de épocas pasadas. Los más viejos relataban; los más jóvenes disfrutaban.
Para entonces, la fecha de ver la primera edición en físico parecía lejana. Ese tiempo nos dio espacio para probar las pantallas donde seguimos las noticias diarias del país y del mundo; para acostumbrarnos a nuestra nueva casa que, por nueva, parecía -cada vez menos- que estábamos en el páramo del Cotopaxi; para tomarnos la fotografía con el pequeño mural de revistas Forbes mundial como fondo; para lanzar la página web y las redes sociales el 15 de julio del 2021; para entrevistar a los participantes del primer número; para grabar, desgrabar, escribir y hacer pausas activas en el futbolín, en el hoyo de golf o en el juego de la rana que están en la oficina.
El tiempo pasó muy rápido y, casi sin darnos cuenta, ya estábamos con la fecha límite para enviar a impresión la revista. La semana pasada volvimos a vivir toda esa adrenalina que está metida en las venas de quienes disfrutamos de esta profesión. Es esa adrenalina la respuesta a los familiares, amigos, conocidos y demás que siempre nos preguntan que “cuál es el chiste de vivir ese nivel de estrés”. Lo chistoso es que justo en esos momentos no hay chiste, nada es chistoso, por más que de vez en cuando alguna “buena papa” rompa la “tensa calma” y por más que las hamburguesas, las pizzas y el café acompañen las largas jornadas de cierre editorial.
Al final, la labor de hormiga fue satisfactoria. Tenemos ya nuestro primer “bebé”, que esperamos llegue a sus manos y sea una compañía para sus horas de lectura. Detrás del telón quedan impresas las anécdotas de esta primera vez, entre ellas la fallida sesión inicial fotográfica con el Presidente, porque su 'look' no estaba acorde al estilo Forbes; el hiper seguro ingreso al edificio EcoPark, donde nos tocó comprar hasta mascarillas KN95 para la entrevista en Nestlé; la angustiosa espera de la fotografía para acompañar un reportaje que nunca llegó; la caída de nuestro sistema editorial días antes, que perdió toda la información que ya estaba hecha; la música de ópera que nuestro fotógrafo proponía para “calmarno” en la última tarde-noche; etc.
¡Les invitamos a leernos y acompañarnos cada dos meses! (O)