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Andrés Zurita y su mascota Quito - Ecuador
Lifestyle
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Andrés Zurita cuenta lo importante que es el labrador color chocolate en su familia. Con él encuentran amor, alegría, una que otra travesura, seguridad e interminables horas de juego de fútbol.

5 Marzo de 2022 00.37

Bsmart es una empresa de ciberseguridad, representante de ESET en Ecuador, que se enfoca básicamente en proteger los datos de empresas y hogares, para reducir los riesgos de amenazas, ataques y robos de información. Cuenta con 500 clientes corporativos y en hogares o individuales un promedio de 70.000.

Esta empresa, con más de 10 años en el mercado, se encarga de evitar que secuestren la información, que se roben recursos como el Internet, el disco duro o del procesamiento de la computadora. Pero no puede evitar que Simón, un labrador de cuatro años, le robe el balón de fútbol a su CEO, Andrés Zurita. 

“Simón es parte integral de la familia, nuestro consentido, con él encontramos todo lo bonito que se puede pensar o desear. Con su mirada siempre está atento a nuestros movimientos. Cuando llego a casa, es el primero en recibirme y, cuando salgo, el último en despedirse.

“Le encanta jugar fútbol, abarca todas las posiciones, pero pienso que lo que más le gusta es ser defensa. Cuando agarra la bola no la suelta por nada del mundo, una vez casi le rompe la pierna a mi cuñado por ganarle el balón, corre en todos los sentidos como un loco por el campo de juego hasta que se cansa y se acuesta a recuperar fuerzas. 

“Como es grande y fuerte, una vez intenté ponerle un arnés para ir a pasear, me dio sin querer un golpe con su cabeza y me rompió el nervio de un diente. Quería 'matarle', pero como es tan mimado y cariñoso, me tomé un analgésico y se me fueron las iras. 

“Ahora tiene cuatro años, creo que por fin ha madurado. De más joven era un monstruo, en el buen sentido de la palabra, súper travieso e inquieto, hasta el punto de comerse una pared de gypsum. Pero lo que siempre tuvo bien claro fue las reglas de la casa: del porche y la cocina no pasa. 

“Cuando estoy trabajando, está pendiente, le encanta que le mime, busca mi mano con su pata para que le acaricie. Yo soy el que más le consiente en la familia, mis hijos le dan de comer y los fines de semana limpian sus necesidades. 

“Ya nos hizo abuelos (risas), su hijo vive en la casa de al lado, su papa también está en el barrio, se visitan de vez en cuando. 

“Simón es un perro manso, muy dócil, afable e inteligente. Es muy especial para nosotros, siempre está ahí para darnos amor y eso compensa todos los sacrificios que significa tener una mascota en casa. Los fines de semana sí le damos su golosina, por ejemplo, un jamoncito”. (I)

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