Con siete años en el mercado, Gin Crespo es una galardonada marca con premios en Latinoamérica y a escala mundial. Comenzó a producirse comercialmente en 2016, luego de ganar la doble medalla de oro en el San Francisco World Spirits y se ubicó entre los 12 mejores gines del mundo. Y desde ahí ha seguido escalando y se ha posicionado en el país con un portafolio apetecido.
En 2021 recibió cuatro medallas más (una de oro, dos de plata y una de bronce) en competencias en China, Londres, Nueva York y San Francisco. Volvió a obtener doble medalla de oro en el Stuttgart International Spirits, Alemania, y fue calificado como el mejor ginebra en el Show Gin Stuttgart International. En 2022 también obtuvo premios en Luxemburgo.
Su origen se remonta a los años 50, en el valle de Uzhupud, en Paute, Azuay. Gustavo Crespo Urgellés, Gerente General de la empresa, recuerda que el creador de la fórmula es su padre, Gustavo Crespo Vintimilla, quien a sus 75 años decidió producir la bebida y enviarla al concurso en San Francisco.
Mi padre es el nieto mayor de Cornelio Vintimilla, el primer industrial en Azuay en producir licor. Mi papá creció junto a mi bisabuelo, quien fundó la destilería Uzhupud, que ahora es una hostería, ahí aprendió y trabajó de joven como destilador principal.
Ya estaba jubilado del área de las telecomunicaciones, en 2016, cuando decidió retomar su pasión y creó un gin premium. Hasta esa época había sido una bebida familiar y de amigos. Cuando lo pusimos en el concurso nos dimos cuenta del potencial que tenía, con la calificación de los jueces, que la valoraron como un producto premium, rompimos el paradigma de que en Ecuador sí se pueden hacer licores de alta calidad que pueden salir a competir en el mundo, con otras marcas que tienen 200 años de historia.
El gin se produce en una pequeña destilería en Durán, a través de un proceso artesanal, semiindustrial, siguiendo estándares de calidad e inocuidad. Crespo Urgellés cuida cada detalle y se toma su tiempo para explicar paso a paso cómo produce el primer gin ecuatoriano. Señala que se usa la clásica técnica de destilación inglesa, que se distingue por su aroma y sabor excepcional, resultado de una mezcla de 11 especias, entre ellas enebro, coriander, eneldo, cardamomo, naranja, limón.
También se distingue por la precisión matemática y que no puede corregirse si algo sale mal en el camino. Si algo falló en el proceso de destilación lo tengo que descartar hasta lograr la perfección, todo es muy estricto, solo logrando la alta calidad pudimos llegar a consumidores exigentes, señala.
En el portafolio están tres bebidas. Crespo London Dry Gin, la bebida clásica, que se produce desde 2016. Gin Crespo Luna Rosa, una ginebra más ligera en la graduación alcohólica, con sabor a fresas de Huelva y pétalos de rosas de Ecuador, y se produce desde 2019. Y la tercera es Crespo Legacy, una ginebra añejada en barricas de roble americano, de un conocido whisky norteamericano, y que se produce desde 2020. Es una mezcla innovadora que surgió durante el confinamiento de la pandemia.
La producción mensual alcanza las 5.000 botellas de 700 ml y cuando hay exportaciones la cifra llega a 15.000 botellas. El 30 % de la producción se exporta y el resto es para consumo nacional. Los envíos al exterior potenciaron la marca y en 2022 las ventas alcanzaron los US$ 350.000.
Gin Crespo llegó a Europa en 2018 con 10.000 botellas y este 2023 está en 14 países. Exportamos a España y desde ahí distribuimos a los países de la comunidad europea, explica Crespo. En América solo están en Ecuador, y buscan entrar a Chile, Argentina, Brasil, Colombia y Perú.
Esta es una bebida eminentemente clásica europea, pero hay dos cosas que nos diferencian. El agua que utilizamos para producir Gin Crespo proviene del parque nacional El Cajas, en los Andes, y el alcohol es de caña de azúcar, lo que le da un perfil diferente, normalmente en el mundo se produce a través de granos.
La explicación de Crespo ocurre mientras recorre la destilería detallando las especias, cómo se hace el destilado, cómo se condensa, cómo se usa el agua. Es una experiencia inmersiva para cualquier visitante a la fábrica de producción.
En estos años lo que ha hecho Gin Crespo es posicionarse en el mercado, es una empresa que arrancó con una inversión de US$ 100.000, financiados con los fondos familiares, para montar la planta en 2017 y tener capital de operación, y fuimos creciendo de forma orgánica.
Dice Crespo que en la segunda etapa se incorporó un socio que dio un impulso importante y este año entró un tercer socio, que es un fuerte distribuidor de bebidas en el país, para trabajar en una estrategia sólida de la marca.
Los planes para finales de este año o para el primer trimestre de 2024 es envasar en latas la misma fórmula de Gin Crespo en forma de cocteles carbonatados. Serán cinco presentaciones, entre ellas una de sabores cítricos y el famoso gin tonic, con agua tónica desarrollada por la marca.
Actualmente trabajan siete personas en la destilería, a cargo de la producción y las ventas, y suelen contratar personal temporalmente para tiempo de exportaciones. No es una producción industrial y queremos mantenernos así, dice Crespo. (I)