Los nómades digitales, trabajadores remotos que aprovechan la tecnología para vivir y trabajar desde cualquier lugar, suelen asociarse a destinos de clima cálido y países con un bajo costo de vida. Sin embargo, el norte de Europa, con sus inviernos fríos y oscuros y sus conocidos altos precios, rara vez aparece en la lista de destinos favoritos de estos emprendedores en línea. Esto podría cambiar gracias a una iniciativa llamada Arctic Digital Nomads Grant.
Espacios de coworking y comunidades en el pueblo de Geiranger, ubicado en los fiordos noruegos; el asentamiento de Vágur en el sur de las Islas Feroe; y la región de los Westfjords en Islandia, se unieron con el respaldo de la Cooperación Atlántica Nórdica (NORA) para lanzar este programa.
Los solicitantes seleccionados recibirán alojamiento y espacio de oficina gratuitos por un período de entre uno y tres meses, entre enero y abril de 2025. Además, tendrán la oportunidad de sumergirse en la cultura ártica, explorando desde tradiciones locales hasta participando en actividades al aire libre.
Un llamado a nómades digitales con un espíritu colaborativo
Si bien esta oferta para vivir y trabajar temporalmente en una comunidad remota es limitada, la esperanza es que algunos de los visitantes decidan establecerse por un tiempo más prolongado, o incluso de forma permanente.
La convocatoria aclara que aquellos interesados en el programa deben ser personas con habilidades y talentos que puedan contribuir a las comunidades locales. "Recibimos personas de diversos orígenes que puedan aportar talento en beneficio de las comunidades locales", destaca el proceso de aplicación, en el cual se espera que los participantes ofrezcan sus ideas y capacidades a las organizaciones y sociedades con las que interactúen.
Los espacios de trabajo compartidos están diseñados para fomentar la interacción entre los seleccionados y los inquilinos permanentes, brindando así oportunidades de networking y colaboración. Las solicitudes para la temporada de invierno 2025 están abiertas en tres regiones específicas: una en Noruega, otra en las Islas Feroe y una en Islandia. Cada una de estas localidades remotas ofrece un entorno idílico para disfrutar del invierno nórdico.
Geiranger, Noruega
Este pintoresco pueblo, situado en el corazón de los fiordos noruegos, se anima en verano gracias a la llegada de cruceros y viajeros por carretera. Parte de un sitio declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO por su valor cultural y natural, Geiranger y el fiordo Geirangerfjord representan uno de los paisajes noruegos más emblemáticos. Sin embargo, en invierno, Geiranger adquiere una atmósfera muy diferente. La nieve cubre los dramáticos acantilados, algunos caminos de montaña cierran, y los servicios de ferry se reducen.
Con pocos turistas, el pueblo y el fiordo desaceleran su ritmo, y los locales se preparan para una temporada dura pero hermosa. Fjord Cowork ofrece experiencias de coworking y de trabajo vacacional en los pueblos de Geiranger, Eidsdal y Norddal. Entre las actividades disponibles fuera del horario laboral se incluyen caminatas de invierno, esquí de fondo, esquí alpino y la posibilidad de aprender sobre la vida en los fiordos noruegos.
Vágur, Islas Feroe
Este encantador pueblo ubicado en la isla sureña de Suðuroy en las Islas Feroe es conocido por sus paisajes escénicos y su comunidad estrecha. Con poco más de 1.000 habitantes, Vágur ofrece una estancia tranquila, lejos del ajetreo relativo de la capital, Tórshavn, que cuenta con unos 15.000 residentes. El Faroes Coworking Adventure será el lugar de trabajo para los seleccionados, en una oficina de coworking en un edificio de madera en el corazón del pueblo, que acoge tanto a inquilinos a largo plazo como a quienes visitan las Islas Feroe y desean trabajar durante su estancia.
Westfjords, Islandia
Para los emprendedores que buscan una aventura fuera de los caminos habituales, los Westfjords de Islandia ofrecen una experiencia única con fiordos imponentes, montañas escarpadas y pueblos pesqueros aislados, en una atmósfera que parece de otro mundo en comparación con Reikiavik o las atracciones turísticas del Círculo Dorado. Este destino alberga el icónico salto de agua Dynjandi y Rauðasandur, una rara playa de arena roja.
La vida silvestre prospera aquí, especialmente en Látrabjarg, el acantilado de aves más grande de Europa, donde anidan frailecillos, araos y otras aves marinas. Los seleccionados trabajarán en el Blue Bank, un centro de innovación en el pequeño asentamiento de Þingeyri, que alberga apenas a unos cientos de personas. El área de coworking en el piso superior ofrece vistas sensacionales del fiordo.
Las postulaciones para la temporada de invierno de 2025 están abiertas hasta el 1 de diciembre de 2024 y son gestionadas por cada una de las tres regiones participantes.
*Con información de Forbes US.
