Gimena y Marta se conocieron en Nueva York. Gimena había ido a un evento con una camisa realizada en colaboración con artesanos colombianos. El cuello estaba hecho de molas, una compleja técnica manual que consiste en la superposición de capas de tela cosidas entre sí con diseños donde contrastan formas y colores. Marta, ya familiarizada con esta técnica, se le acercó fascinada a hablarle. Lo que siguió fue el inicio de una conversación profunda sobre textiles, y sobre el amor de Marta por coleccionar telas durante sus viajes por Latinoamérica, especialmente en lugares como Chichicastenango, donde solía comprar telas con su difunto esposo.
A partir de ese encuentro, la relación se fortaleció a través de charlas sobre moda y arte entre dos interlocutoras apasionadas y conocedoras.
Pongámosles apellido. Una es Gimena Garmendia, fundadora y directora creativa de SUDESTADA, un estudio multidisciplinario en la intersección de la moda y el arte con base en Nueva York; y la otra es Marta Minujín, una de las artistas latinoamericanas más influyentes de los últimos 60 años.
En el vasto y ecléctico universo del arte contemporáneo, pocos nombres resuenan con la misma fuerza que el de Marta Minujín. La artista argentina ha dejado una huella imborrable en la historia del arte con sus obras vanguardistas y provocadoras.
Durante las visitas de Marta a Nueva York, ambas solían pasear juntas para charlar sobre moda y explorar escaparates. Fue en uno de estos paseos cuando Gimena planteó la idea de una colaboración. Ella veía en la moda común y corriente una plataforma influenciada por tendencias pasajeras, pero le interesaba, en cambio, su construcción cultural. Y Marta había plasmado en la moda su identidad y su arte durante toda su vida, en especial en su icónico uso de overoles. Esta prenda, más que un simple atuendo, se ha convertido en su armadura, un lienzo y una extensión de su creatividad.
"Yo me considero una gran conectora de personas para lograr cosas que van más allá de un producto en sí, sino que van a la historia global", cuenta Garmendia en diálogo con Forbes Argentina. “Y Marta siempre ha sido una inspiración para mí, no solo por su arte, sino por su manera de ver el mundo y romper con las convenciones”.
Así nació, entonces, la idea de crear una colección cápsula (“ARTE! ARTE! ARTE! VIVIR EN ARTE. VESTIR CON ARTE") que fusiona sus mundos; una colección de edición limitada lanzada en abril de 2024 que reimagina los vibrantes collages de Marta en prendas de seda, invitando a todos a experimentar la libertad y creatividad que ella siente al vestir sus icónicos overoles, además de pañuelos y fulares extra grandes, piezas confeccionados en América Latina con 100% seda, siguiendo los diseños originales de los uniformes de trabajo producidos por su abuelo en la casa del siglo XIX donde Marta nació y hoy tiene su estudio y galería en San Cristóbal.
Es que la artista creció rodeada de hilos, sastres y máquinas de coser. Su abuelo, Salvador Minujín, dirigía Casa Minujín, una prestigiosa fábrica de trajes y uniformes de trabajo que colaboraba con instituciones nacionales argentinas como el Teatro Colón. En el mismo lugar donde se diseñó esta colección cápsula, Marta le pidió al sastre de su abuelo que le confeccionara un mono con raso dorado para la presentación de “Simultaneidad en Simultaneidad”.
La funcionalidad de los overoles, inicialmente adoptada por Marta como ropa de trabajo, pronto se transformó en una declaración estética y conceptual. Al principio, los usaba simplemente por practicidad, pero rápidamente comenzó a personalizarlos, reflejando su personalidad y visión artística.
"La colaboración con Marta surgió de una conversación sobre cómo podíamos integrar el arte en la vida cotidiana, y los overoles fueron la respuesta perfecta. Los overoles que Marta y yo diseñamos juntas no son sólo prendas de vestir, son manifestaciones artísticas que llevan un mensaje de creatividad y libertad”, explica Garmendia. "Ambas compartimos la creencia de que el arte debe ser accesible y funcional, y eso es lo que intentamos lograr".
El concepto de utilizar la moda como un lienzo no es nuevo, pero en las manos de Minujín, los overoles se convierten en mucho más que ropa: son una extensión de su arte. "Es utilizar las prendas como canvas para poder expresar también tu identidad," subraya Garmendia. Cada overol que Marta viste está impregnado de su esencia artística, convirtiendo cada pieza en una obra de arte en sí misma.
El proceso creativo detrás de estos overoles es meticuloso y personal. Minujín y Garmendia no sólo seleccionan los materiales y los diseños con cuidado, sino que también participan activamente en la confección de cada pieza. Este nivel de involucramiento asegura que cada overol no solo cumpla con su visión estética, sino que también respete su compromiso con la calidad y la autenticidad.
La elección de materiales y la digitalización de las obras de Marta también jugaron un papel crucial. "La obra está digitalizada exactamente. No es una foto que está impresa", lo que permite que cada detalle de sus patrones psicodélicos y composiciones de colores se traduzca perfectamente en los textiles. Este nivel de precisión y dedicación asegura que cada overol no solo sea una pieza de moda, sino también una obra de arte wearable.
El compromiso con la sustentabilidad es un pilar fundamental tanto para Marta Minujín como para SUDESTADA. En una industria a menudo criticada por su impacto ambiental, esta colaboración destaca por su enfoque en la producción ética y la utilización de materiales sostenibles. "Tratamos de buscar un partner que esté adecuado, como el que encontramos en Brasil. Es la última fábrica en la que se hace seda en Latinoamérica", señala la fundadora de Sudestada, destacando el esfuerzo por mantener la producción dentro de la región y apoyar las economías locales.
Además de los overoles, esta colaboración ha dado lugar a otros productos que permiten a los seguidores de Marta Minujín acceder a su arte de manera más accesible, así como como activaciones y exposiciones, en donde la colección ofrece múltiples formas de interactuar con su obra y su mensaje. "La cápsula viene por el lado del mensaje que Marta quiere transmitir desde sus inicios: vivir en arte".
“Si querés agarrarte un overol y pintarlo, está buenísimo”, afirma Garmendia. “Trabajar con Marta me ha enseñado a ver la moda desde una perspectiva más artística y menos comercial, a enfocarme en la narrativa detrás de cada pieza”.
Es que esta colaboración con la artista ha sido una experiencia transformadora para Garmendia. "Es una de las personas más generosas y brillantes que he conocido", dice, y agrega que la generosidad de Minujín no solo se manifiesta en su disposición para compartir su conocimiento y experiencia, sino también en su apoyo incondicional a otros creativos, especialmente a las mujeres.
"Para mí fue un aprendizaje increíble", reflexiona. Y no sólo en lo técnico. En cada overol, en cada patrón y en cada hilo, se teje la misma Marta Minujín: una historia de innovación, pasión y un amor inquebrantable por el arte. “Nuestro objetivo es que quien use estos overoles se sienta parte de algo más grande, una obra de arte en movimiento”.