Madre e hija crearon la 'receta perfecta' y quieren revolucionar la panadería en Ecuador
Dina Dubnistsky y Michelle Katz son madre e hija y las fundadoras de Freskatzo. En la pandemia se dieron cuenta que podían llevar sus recetas familiares al paladar de los ecuatorianos a través de las redes sociales y sí que lo consiguieron. En un mes, de tener 3.000 seguidores en Instagram, llegaron a los 20.000 en apenas días. Hoy, tienen más de 60.000 y sus reels alcanzan más de 200.000 reproducciones.

Dina, su esposo y sus dos hijos son de Israel y llegaron a Ecuador en 2006. Ella, en especial, venía de una familia de cuatro hermanos y recuerda que todo giraba alrededor de la comida. “Idishe mame” fue la expresión que usó y se refiere a aquellas madres que crían con una preocupación y un amor sobreprotector; como la suya, que es sobreviviente del holocausto y que no permitía que nada de comida se desperdicie. 

Ella recuerda que toda su vida giró en torno a la cocina. “Vengo de una familia en donde te despertabas con olor a pan o crepes cada mañana. Mi mamá nunca dormía, siempre estaba haciendo algo en su cocina y la recuerdo así, así era mi vida”, cuenta. Y cuando llegó a Quito, aquel aroma del pan, dulce y tostado a la vez, que es reconfortante y abre el apetito, ya no estaba más. 

Así que empezó a cocinar para no olvidar los sabores de su familia, le pidió las recetas a su madre y la primera producción de pan que hizo no fue lo que esperaba. “No me salió, pensé que era más inteligente que ella y me había dado unos tips; pero, en vez de poner agua tibia, usé caliente y maté la levadura”, relata con una sonrisa en el rostro. Y, como todo en la vida es experiencia, con el pasar del tiempo y luego de algunos errores, mejoró las recetas. 

Dina tiene un recetario que ha ido alimentando desde que tiene 12 años, una especie de diario personal en donde ha escrito las fórmulas de los platos especiales de sus amigas, tías, primas y de muchas personas más. Cuando llegó a Ecuador se chocó con el famoso “secreto de la abuela” y no todos compartían el proceso de sus comidas, pero ella supo adaptarse. 

Pasaron los años, los hijos crecieron, la familia aumentó y los Katz se radicaron en el país. A pesar de que esta mujer no logró llevar a todos a la mesa como lo hizo su madre, pudo crear un vínculo especial con su hija Michelle, una conexión que es mucho más fuerte que la maternidad, en donde conjugó su pasión por la cocina y el privilegio de ser una maestra para ella. 

Es así que Michelle Katz se involucra en el mundo gastronómico, pero con un impulso centennial que permitió que las recetas de su madre lleguen a cada rincón de Ecuador. “Desde chiquita vendía en mi urbanización las empanadas de dulce de mi mamá. En el colegio gané un concurso de emprendimiento de panes de canela. Desde ahí ya conocían su sazón”, comenta Michelle. 

Fotos : Pavel Calahorrano Betancourt

Antes de que llegue la cuarentena por el Covid-19, Dina sufrió depresión por un tumor que fue encontrado en su pierna. Este fantasma tocó su puerta y ella dejó de ser la misma, dejó de hacer muchas cosas y una de esas fue cocinar. Pero, Michelle estuvo ahí, impulsando a su madre a retomar lo que tanto representaba en su vida y creó la primera cuenta de Instagram con el nombre “Be freshi with us”. Dina volvió a las canchas y comenzaron a crear contenido para esta página que luego cambió de nombre a Freskatzo. 

De la noche a la mañana, los videos de las recetas que postearon en su cuenta tuvieron un impacto inigualable. Antes de la pandemia, habían alcanzado los 3.000 seguidores. Este suceso mundial creó la necesidad de que las personas empiecen a cocinar en casa y en un mes alcanzaron los 20.000 seguidores por todas las alternativas culinarias que brindaban. “¿Qué hiciste, Michelle? Le dije a mi hija porque no sabíamos qué hacer con lo que estaba pasando. Sentí una obligación y esto me motivó. Dina levántate, me dije a mi misma”, enfatiza Dubnistsky. 

El mundo de las redes sociales sufrió una aceleración sin precedentes desde 2020. Las personas comenzaron a consumir todo tipo de contenido e Instagram fue un aliado para captar seguidores interesados en el consumo gastronómico, sobre todo para estas food bloggers que arrasaron en su crecimiento. Tips, tips, tips eran parte de su diario vivir y así conquistaron a sus nuevos socios: las marcas. “No sabíamos cuánto cobrar, ni que podíamos monetizar con lo que estábamos haciendo”, asegura Katz. 

Su audiencia pedía más, ya no los videos rutinarios de recetas, exigían ver a Dina y a Michelle en una transmisión en vivo, en historias, presencialmente y les pedían comprar sus platos y recetas. Es así como, en 2022, deciden iniciar con el local para brindar talleres de panadería y cocina. Este lugar tuvo una inversión de US$ 16.000. En apenas tres meses ya habían facturado US$ 15.000. “Se abrieron las puertas para decirles a las mujeres que no se queden quietas, que deben trabajar por su vida y es maravilloso compartir con 13 de ellas en cada taller”, resalta Dina quien se considera como una mujer de ñeque y coraje que le apostó al mercado ecuatoriano para mezclar culturas y generar espacios únicos. 

El nombre Freskatzo surge por la combinación de una jerga quiteña y el apellido de Michelle. Visitar este lugar te traslada a lo antiguo y moderno de Europa. Te transmite comodidad y genera la necesidad de entrar a la cocina y simplemente que la imaginación fluya. Por este espacio han pasado más de 300 personas. Cada taller tiene un costo de US$ 120 por persona, que incluye todos los materiales y el deleite de un brunch al finalizar la clase. Este año, proyectan cerrar su facturación en más de US$ 50.000.

“Me motiva hacer cosas mágicas visualmente y llevar al ojo de nuestros seguidores esto que hace mi mamá y que es delicioso. Siento que puedes traer algo único de otra cultura y mostrarlo, necesitamos diversidad”, dice Michelle. Estas emprendedoras están por lanzar un recetario de 250 ejemplares al público y el cual tiene un mensaje inspirador: regreso a la cocina, donde el corazón de la familia late. 

En diciembre de este año, Dina y Michelle abrirán su nuevo bakery, un lugar que tendrá una capacidad para alrededor de 40 personas y estará enfocado en la panadería, principalmente. Este sitio tendrá una inversión de US$ 70.000.