Alejandra Calvache tiene 34 años y estudió Negocios Internacionales en la Universidad Católica del Ecuador. Tras cursar algunas especializaciones en São Paulo y París regresó al Ecuador con el propósito de empezar un negocio propio. Sabía que viajar y conocer el extranjero abre la mente cuando se quiere emprender.
Calvache llegó al país con muchas propuestas en su mente y la principal era crear un producto innovador que también tenga un impacto social. Aterrizó todo y se ubicó, geográficamente, en Ambato, ciudad considerada como uno de los mayores centros de producción de cuero en Ecuador.
Allí recorrió varios puntos y tocó muchas puertas para encontrar aquel artesano que entendiera su idea. Visité varios lugares para encontrar artesanos que estuvieran dispuestos a cambiar el chip. Fue complicado adaptar nuevos conceptos con ellos que, al final, vienen trabajando con este material hace ya varios años.
Parte de su core de negocio es rescatar un trabajo tan significativo, pero poco valorado. Por ello, Calvache se alió con un artesano que aceptó adaptarse al cambio. Así nació Haku Handmade, una empresa que en la actualidad trabaja con más de 20 artesanos de Ambato, Otavalo e Íntag.
Los diseños en cuero empezaron a venderse en línea en 2016. El nombre de la marca está dedicado a ellos. Haku es quichua y significa vamos. El fin es empoderarlos, brindarles oportunidades de crecimiento, que sigan creyendo en sus habilidades y mejoren su nivel de vida.
Su primera inversión fueron US$ 5.000 que eran parte de sus ahorros. Con ese capital creó cuatro diseños de artículos de cuero. Además consiguió un pequeño stand en el Grand Bazaar, que se convirtió en la primera vitrina física que tuvo Haku Handmade. Hoy tiene más de 200 productos a la venta.
Calvache cuenta que fue gerente de marca por muchos años en varias empresas. A la par que su negocio iba creciendo, más se acercaba el momento de renunciar a su trabajo para centrarse de lleno en lo que estaba creando.
En 2018, sus productos llegaron a París y a Berlín. En la capital francesa se exhibieron en los ventanales de una tienda de artículos ecuatorianos. En Alemania, Calvache logró establecer su producto en una tienda y estuvo presente por un año. Finalmente, los costos de envío y el cierre de los locales frenaron su expansión.
Las ventas se movían por el canal digital y en 2019 la marca llegó a un local en el centro histórico de Quito, en donde había invertido US$ 5.000. Para su fundadora, un punto físico siempre ayuda a la credibilidad del comercio electrónico, pero por la pandemia tuvo que cerrar las puertas. Pero Haku Handmade ya sumaba experiencia en el e-commerce y eso le permitió mantenerse durante el confinamiento. En un año tan complicado como el 2020 tuvo ventas por US$ 40.000.
Calvache decidió dejar su trabajo y se enfocó en acelerar el crecimiento de su marca. En el segundo semestre del 2022 las ventas llegaron a US$ 112.000 y este año la proyección es cerrar con ingresos por US$ 250.000.
Uno de los valores agregados de la marca es que trabaja con cuero de curtido vegetal. La materia prima es sometida a un tratamiento con extractos naturales derivados exclusivamente de fuentes vegetales como el castaño, la madera de quebracho, nueces y vainas de tara. El cuero es un material muy bondadoso y duradero, y para nosotros mostrar nuestras raíces nos hace orgullosos. No soy diseñadora, pero esto es lo que me inspira, dice Calvache y comenta que además de trabajar con cuero, otro de sus propósitos es incluir más artesanías en sus productos. En la actualidad también trabaja con fajas hechas en telares y tejido de cabuya.
Hace más de un año la marca abrió su segundo espacio físico, en el norte de Quito. Este lugar funciona como un showroom donde se exhiben los diseños que tienen precios variados entre un monedero de US$ 7 hasta un bolso de viaje de US$ 220. ¿La próxima meta? En noviembre, Haku Handmade espera concretar sus primeras ventas en línea en Estados Unidos. (I)