El sol que ahora calienta en Quito es una invitación para sacar los 'outfit' más frescos y reemplazar el café anti frío por un helado. Hace dos semanas abrió un pequeño, pero coqueto, local por donde desfilan personas, especialmente jóvenes, uniformados de una amplia sonrisa. En el interior, la primera heladería Bios, sostenida por la fabricante Pailetto Gelato, les ofrece una variedad de helados de sabores, donde la estrella son las tres versiones de Bios, el chocolate de los abuelitos y que ahora busca conquistar a las nuevas generaciones.
El proyecto se concibió en enero de este año, como si se tratara de una curiosa alineación de astros. Primero, el chef David Barriga, de amplia experiencia en la actividad gastronómica comercial recibió la llamada de Santiago Espinosa, propietario de Pailetto Gelato. La razón: tratar de recuperar la actividad de esta heladería que con más de 15 años de vida había recibido un duro golpe con el paro de octubre de 2019, y luego el nocout con la llegada de la pandemia. US$ 70.000 en equipos estaban 'congelados' en un pequeño galpón. A inicios de año, Espinosa, dispuesto a luchar, había contactado a José Pardo, quien era amigo histórico de Barriga, a quienes les unía, además, una enfermedad: ser hinchas del Deportivo Quito.
Unidos los tres, empezaron a hacer la típica lluvia de ideas. Al final, Barriga sugiere que la fabricante de helados se apalancara en una marca ya reconocida en el mercado. E identificaron a la centenaria Bios, “que es el chocolate de los abuelitos, que después pasó la tradición hacia nosotros y a la que, ahora, queremos trasladarlo a los nietos. ¿Y cómo atraerlos? Pues más fácilmente a través del helado”, explica Barriga. Y así bocetearon el proyecto. Durante todo febrero de 2022, trabajaron en el plan de negocios, el pitch, las muestras de lo que iban a ser los helados.
Solo faltaba un ingrediente, convencer a los dueños de Bios. Pero, primero, contactarlos. Fue cuando se alineó otro astro. Barriga conocía a este amigo, que a la vez conocía a los primos de otros amigos, quienes además conocían además a otros que permitieron contactar con los Olgieser (David, Juan Esteban y Cristina), los 'duros' de Bios. Programaron una reunión y les llevaron tres tipos de helado elaborados con su marca, uno tradicional, otro al 63 %, que era un poco más amargo, y un tercero sin azúcar. Fue un sí rotundo. Y firmaron el contrato a 10 años, para lanzar e impulsar el proyecto de las heladerías por todo el país. Adicionalmente, Bios obtiene un porcentaje de regalías por cada litro de helado que se venda. A cambio, Pailetto Gelato recibe un excelente precio de compra en todos los productos, tanto materia prima como productos (tabletas de chocolates).
Con todo el plan listo, el siguiente paso fue buscar, encontrar y diseñar el local. Apareció otro astro: el restaurante Magic Bean. Este lugar, ubicado en la calle República del Salvador, les compartió el pequeño acceso que da a la vía. De esta manera, cuando un cliente entra a Magic Bean, debe pasar por la heladería. Y viceversa, cuando alguien llega a la heladería, tiene la opción de ingresar al restaurante. “Después de la pandemia me di cuenta que nada mejor que unir fuerzas, los arriendos se achican, los gastos de inversión se acortan”.
En la heladería, que abrió hace dos semanas, se ha invertido US$ 40.000. También se está adecuando un galpón de producción al sur de Quito, donde se invertirán otros US$ 240.000, para elaborar el producto y cubrir la demanda de estos helados y de otra marca, Ice Man, que también maquilan. “El plan para este año es vender al menos entre 4.000 y 5.000 litros de helado en el país, más los 3.500 que ya vendemos de Ice Man. Además nuestro objetivo es abrir tres heladerías en otros puntos del país. Y ya estamos en el proceso de entrar en Oki Doki, Pharmacy's, Fybeca, Smart, Supermaxi, Santa María y la Tablita del Tártaro”. Este mes, por el lanzamiento de nuestra primera heladería, tenemos una promoción: por la compra de un cono, gratis una tableta de chocolate Bios”.
En la heladería, obviamente 'full instagramable', se ofrecen helados y pastelería de autor. Y un ambiente, cuya buena vibra es una invitación a quedarse por horas. (I)