Con un exterior inconfundible, la nueva cafetería Canalé se suma a los locales que reactivan el centro de Cumbayá. Su entrada es rosada, con unos amplios ventanales y con un rótulo dorado que te transporta a un rincón de Francia. Con la consigna crois en toi (creen en ti), este espacio te brinda la comodidad necesaria para desayunar, tomar un café o simplemente disfrutar de un té. Tiene capacidad para 24 personas y su decoración interior rescata los gustos de sus dos propietarias, Jéssica Arrobo y María José Recalde. Los colores pasteles son los protagonistas. Hay grandes espejos en las paredes, decoraciones barrocas, flores y un mostrador que no pasa desapercibido por las delicias que contiene.
El nombre proviene de su producto estrella, el canalé. Unos pequeños bizcochos, típicos de la ciudad francesa de Burdeos. Presentan un aspecto cilíndrico con bordes estriados. Su exterior es caramelizado y no crujiente, mientras que su interior es suave y gomoso. Una explosión de sabor que se convirtió en su logotipo y en su principal diferenciador.
Abrieron sus puertas hace tres meses, llenas de grandes expectativas y preocupadas por el mínimo detalle. Contrataron los servicios de un chef para que arme su menú, hicieron un curso de barismo y personalizaron hasta las tazas, que están elaboradas por un grupo de artesanas ecuatorianas.
Nos conocimos hace cinco años porque hacemos ejercicio juntas. Somos seis amigas y Majo siempre lleva sus famosos canalés cuando nos reunimos. Yo vivía enamorada de esos postres y -en una ocasión- le conté que quería tener una cafetería explicó Arrobo, con quien nos sentamos a tomar un café. Su familia es lojana y cafetera, en su mente siempre estuvo poner un emprendimiento relacionado con esta industria y lo hizo posible en Canalé, donde se sirven únicamente tazas de especialidad, con un sabor afrutado o floral. El grano es de alta calidad y es cosechado en tierra lojana a 1.800 metros sobre el nivel del mar.
Por su parte, Recalde siempre soñó con tener un negocio propio y qué mejor que esté relacionado con la pastelería. Es ingeniera industrial y jefe de producción en una planta de fundición de metales. ¡Nada que ver con pasteles! Se quedó en mi cabeza el sueño de Jessi de tener una cafetería, un día le invité a desayunar y le propuse que seamos socias. Ella me dijo: 'de una, vamos'. De este encuentro ya han pasado dos años y su idea se hizo realidad.
Encontraron un local, con buena ubicación, pero era una conocida tienda de abarrotes. Tuvieron que adquirir este negocio y lo hicieron funcionar por un año. Esa fue nuestra primera inversión y se quedó así hasta madurar la idea. No queríamos ser la imitación de nadie y nos demoramos 12 meses en organizar todo dijo Arrobo. Entre una de las muchas anécdotas que compartieron con Forbes, está el color. Quería que sea rosada y debatimos mucho porque pensamos que iba a ser un limitante. Muchos hombres no entran (todavía) a lugares rosados o si lo hacíamos muy elegante tampoco iban a entrar, por ejemplo, los deportistas contó Recalde.
Estas empresarias han encontrado el equilibrio para mantener sus hogares, cuidar de sus niños, tener sus propios trabajos y sacar a flote a su último hijo, Canalé. Son lo que conocemos como las mujeres multifacéticas. Arrobo, con su carisma y dulzura, nos contó que este proyecto es a largo plazo y buscan crear una marca exportable, que fusiona la riqueza de la cultura francesa, con la magia de la ecuatoriana.
Con un toque femenino armaron todo. Su comida es perfecta para cualquier hora del día. Entre las especialidades de la casa están la pizza de higos, la tostada de aguacate y los postres, que son pequeños bites al puro estilo europeo. Trabajamos en colaboración con una pastelera francesa y los canalés los hago yo enfatizó Recalde.
El costo aproximado por persona es de US$ 15 y US$ 20, dependiendo de la hora. En sus primeros meses de funcionamiento han vendido en promedio US$ 20.000. En sus proyecciones está facturar mensualmente US$ 15.000 y recuperar su inversión (US$ 70.000) en dos años.
Se complementan perfectamente, la una termina la oración de la otra y esa puede ser la clave de su éxito. Ya tienen propuestas para abrir nuevos puntos de venta y buscan humanizar su marca a través de un podcast, que saldrá al aire a finales de este mes. Sin duda, Canalé es una parada perfecta para una de estas tardes de verano.