Daniel Durán es un escalador que se transformó en emprendedor del mundo gastronómico. Este deportista cuencano enfrentó uno de los 'muros' más complicados de su vida cuando llegó la pandemia en marzo de 2020. Su vida era la escalada y ese deporte le permitió viajar por varios países en competencias de distintos niveles.
Hace 14 años fundó C-Tr3s, una escuela de escalada que era su principal sustento y un punto de encuentro de deportistas de Cuenca y otras ciudades. Pero con la llegada del Covid 19, en 2020, Durán tuvo que cerrar la escuela por las restricciones decretadas para combatir la pandemia y entró en crisis.
Este deportista no se quedó cruzado de brazos y ante ese reto afinó su espíritu emprendedor. Durán, a más de escalar, diseñaba y vendía presas o piedras de escalada que surgían de la impresora 3D de un amigo y se enviaban a Guayaquil. También se interesó en el negocio del delivery, hizo algunos cursos virtuales y supo que las pizzas y las hamburguesas eran los productos más vendidos bajo este modelo a escala mundial.
Con el mundo confinado y cero actividades al aire libre Durán siguió su instinto y junto al chef Luis Maldonado iniciaron una aventura que terminó convirtiéndose en Pizzo Tr3s. Maldonado llegaba a diario donde Durán y le compartía sus invenciones gastronómicas. Un día el escalador le consultó si era posible elaborar una pizza saludable y con buen sabor. El chef investigó sobre masa madre, levaduras, recetas sin grasas, ni azucares y obtuvo una pizza única 100% de masa madre con ingredientes poco comunes como miel de caña, higo, jamones serranos, burratas y otros. “Era una innovación en el tema de pizzas”.
Durán estaba en una crisis financiera, pero con la creatividad a mil. Los socios tenían unos ahorros y compraron un horno de US$ 700, equipo que se completó con platos y cubiertos prestados. Era el segundo semestre del 2020 y la idea fue entregar pizzas a domicilio. “El primer día elaboramos 20 pizzas y se vendieron todas a conocidos del mundo de la escalada. Al día siguiente duplicamos la cantidad y otra vez se agotaron. Durante dos semanas trabajamos hasta las cuatro de la mañana y con las primeras venta compramos una amasadora”. La base de datos que tenía Durán y la estrategia funcionaron muy bien y ese fue el inicio de Pizzo Tr3s. Transcurrieron algunas semanas y las autoridades cambiaron las restricciones, lo que permitió que el negocio de Durán y Maldonado pudiera recibir gente en su primer local. “Había una fila afuera”, dice emocionado.
Durán tiene estudios en publicidad y en el desarrollo de la la línea gráfica contó con apoyo de amigos diseñadores. El nombre del negocio tiene su propia historia: “cambiamos la vocal a de la palabra pizza por la o y le añadimos el número 3 porque empezamos todo en el tercer piso de la escuela de escalada. Nos pusimos a soñar con un grupo de creativos”. También surgió un manual de marca que fue la base para la expansión de este negocio.
Durán sabía que Pizzo Tr3s tenía un buen futuro y planificó un modelo para expandir su idea. Su hermana Ana Isabel le propuso llevar la marca a la capital y así fue cómo hace casi dos años la pizzería abrió sus puertas en Cumbayá y luego en la zona de la República del Salvador. Al mismo tiempo, otros amigos escaladores de Guayaquil también querían llevar las pizzas a su ciudad. Y hace año y medio Pizzo Tr3s está en el puerto principal.
Con tres locales en Cuenca, dos en Quito y otros dos en Guayaquil, Durán siente que cumplió un sueño. “A veces nos dicen que no soñemos en grande, pero con acuerdos claros, una buena marca y aprovechando la tecnología uno puede trazar un mapa y arriesgarse. La clave es confiar en el proyecto y no tener miedo de compartir las ideas”.
Hoy en día Pizzo Tr3s tiene cerca de 40 personas repartidas en las tres ciudades. Para crecer los fundadores crearon tres modelos: un local express para que la gente solo retire su pedido; el segundo es algo más grande donde ya se cuenta con un espacio para comer; y el tercer modelo es un local de más de 100 m2 y se incluyen postres y vinos, es un menú más extenso. El express requiere una inversión de unos US$ 35.000 y el más grande requiere entre US$ 70.000 y US$ 100.000.
La marca produce sus fermentos (que reemplazan a la levadura), con la guía de Maldonado. La masa y las salsas que elabora el equipo de Pizzo Tr3s se entregan en los distintos locales; además tiene proveedores en Quito y todo se maneja con una filosofía de comida saludable. “Es una logística compleja, hemos tenido muchas pruebas y errores, pero se ha logrado un equipo con distintas responsabilidades”.
Todo el trabajo en estos tres años ha permitido que la marca evolucione y por eso Pizzo Tr3s calcula cerrar con ventas cercanas al millón de dólares. Además Durán y Maldonado mantienen la creatividad a tope. “Tenemos interesados en llevar la marca a Machala, Salinas y Olón. Pero también en el Cuzco, Perú. Llegar a Perú será un golazo y la idea la estamos desarrollando con tiempo”, dice este emprendedor cuencano de 35 años que aún practica la escalada. (I)