Fernanda Marcondes abrió las puertas de su casa a Forbes Ecuador para presentar a Theodora, una marca de accesorios funcionales personalizados en cuero, que se ha convertido en un indispensable de las mujeres que buscan simplicidad, belleza y minimalismo. Es originaria de Brasil, tiene 42 años y llegó, por primera vez, a nuestro país en 2005. Tuvo una amplia trayectoria en el sector corporativo, pero renunció a esa vida para construir una familia.
Esta decisión implicó mudarse a varios países y -cuando regresó a nuestro territorio en 2021- la idea de emprender estaba en su cabeza. Se contactó con una de sus mejores amigas, María Fernanda Reyes, una quiteña de 43 años, con quien construyó un plan de acción.
Actualmente, son socias, creadoras y propietarias de esta marca que facturó más de US$ 130.000 el año pasado. Se conocen de toda una vida y comparten mucho más que el negocio. Marcondes vivía al sur de Brasil, donde la cultura gaucha es muy fuerte y pensó que había una oportunidad grande en Ecuador. ¡No se equivocó! Juntas hicieron, durante nueve meses, un estudio de mercado para identificar su giro de negocio, su competencia y sus proveedores. En conclusión, encontraron que el cuero nacional es de calidad y la curtiembre con la que trabajan tiene más de 80 años en el mercado.
La idea no era crear solo carteras, sino todo tipo de accesorios. De acuerdo con Marcondes, querían ir más allá y ofrecer productos con diseños funcionales y atemporales. Tienen carteras, cinturones, neceser, porta cosméticos y una línea de viajes, con protectores de pasaporte, organizadores y tarjetas para el equipaje. Todos elaborados con fibras naturales, donde el cuero es el gran protagonista. Sus artículos no tienen muchos herrajes ni forros. Los colores son neutrales y cuentan con carteras —como la crossbody— que se pueden usar de tres distintas maneras. Theodora camina en el sentido contrario que el fast fashion, según sus creadoras.
Reyes, por su parte, cuenta con experiencia en emprender. Ha manejado negocios propios y de su familia. Toda la creación fue orgánica. Partimos del concepto, entendiendo tendencias y su funcionalidad. Además, nos cuestionamos sobre qué pasa con las personas que no están de acuerdo con el uso de esta materia prima, que es desechada por la industria alimenticia. Nosotras le damos una segunda oportunidad, creando una economía circular que vaya con el propósito de la marca.
Ellas trabajan con artesanos de Quito y Ambato. Uno de los grandes retos fue conseguir los colores, característicos de Theodora. No queríamos negros o cafés, buscábamos tonos como verde oliva o palo de rosa. Nos demoramos meses en desarrollar la idea para que los diseños sean limpios y eso es lo que más valoran nuestros clientes expresó Marcondes.
No cuentan con locales propios por el costo que implica, pero lanzaron una tienda online, con pasarelas de pago que facilitan las transacciones. Asimismo, tienen alianzas con La Tejedora, Casa Kiki y Designer Society. Marcondes enfatizó que están creciendo y hace unas semanas ingresaron a dos tiendas en Miami, Estados Unidos. Es un plan piloto. Estamos yendo despacio, estudiando precios y modelos. Tuvimos buenas retroalimentaciones y esperamos llegar a Europa.
El portafolio tiene más de 30 accesorios y en 2023 produjeron 3.600 unidades. En temas de facturación, el año pasado crecieron un 39 % más versus 2022 con ingresos por US$ 130.000. Theodora significa regalo de Dios y eso es lo que quieren transmitir: son el regalo perfecto para cualquier persona que busca sofisticación, practicidad y sobre todo un diseño más allá de la estética. (I)