¡Alexandra Caro y Erick Mier lo volvieron a hacer! Hace más de un año trajeron a Ecuador la esencia del corazón de Akihabara, Tokio, con su restaurante Kibou. Hoy fueron a lo profundo de la cultura nipona para crear un espacio donde se fusiona el sabor, la tecnología y el confort.
El pasado 9 de octubre de 2024 abrieron las puertas de su segundo restaurante, Nihon, que mantiene su diferenciador de kaitenzushi, pero elevado a otro nivel.
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El equipo de Forbes Ecuador visitó sus instalaciones en el norte de Quito, en el sector del Centro Comercial El Bosque. En la entrada, una armadura samurái nos advirtió que estábamos a punto de iniciar un viaje hacia el continente asiático. Sakura y Maiko son dos robots que, con un "vestuario" elegante, nos dieron la bienvenida y nos llevaron a la mesa. El espacio está dividido por una gran banda magnética que es el corazón de su negocio. Las 33 variedades de sushi, además de otros bocadillos, giran en pequeños magnetos, mostrando sus colores y formas, que son irresistibles para los amantes de esta gastronomía.
La luz, tenue y cálida, acompaña un gran mural de luchadores de sumo. Del techo no solo cuelgan unas lámparas artesanales, sino que el icónico cerezo japonés sakura inunda el espacio. En la decoración encuentras desde katanas hasta faroles colgantes de seda roja. Una barra, ubicada al fondo, eleva el diseño, creando una fusión entre lo tradicional y lo vanguardista. Nihon se presenta como una propuesta que combina los ingredientes nacionales con recetas japonesas.
Sus propietarios comentan que iniciaron sin experiencia en el sector gastronómico. Sin embargo, la gran acogida que tuvieron con Kibou, con una facturación de US$ 145.000 en 2023, los motivó a abrir este restaurante, con una inversión de US$ 200.000. Entre una de sus diferencias está la elaboración de la comida, que no es tan "express" como en el primero. Los comensales pueden disfrutar del all you can eat ilimitadamente (US$ 21,99). Además, de un menú conformado por entradas, sopas, platos fuertes y postres. Según Mier, en pocas semanas ya estará disponible su Beef Wagyu Teriyaki, que costará US$ 182,41.
En la visita disfrutamos de una sopa a base de tofu, soya, algas y pescado deshidratados. También, probamos el Arroz Yakimeshi, que es una mezcla de vegetales, camarón y pulpo, con una salsa de soya macerada con ajo y jengibre. Tomamos algunos rollos que circulaban en la banda magnética y acompañamos la comida con un Sakura Lombarda, que es el tradicional pisco, con syrup de col lombarda. En Nihon existe una serie de maridajes y cócteles de autor, ideal para una cita entre amigos y parejas.
Son detallistas. Desde la atención hasta la ubicación de las servilletas en la mesa. Al momento, el equipo está conformado por 15 personas. De acuerdo con Caro, lo que buscan es ofrecer esta comida, que ya es típica en Ecuador, con una nueva experiencia y un diferenciador. La circulación de los platillos por la banda es constante y tiene una capacidad para 64 personas. Su aforo total llega a 120 personas. "Esta banda funciona con fuerza magnética y no se encuentra con facilidad. El desarrollo estuvo a cargo del mismo ingeniero ecuatoriano que hizo la de Kibou, pero mucho más elegante y sobria. En la región, esto lo puedes encontrar solo en México y Brasil" explica Mier, quien destaca que la inversión de esta máquina fue de US$ 30.000.
Su nombre, Nihon, significa "donde nace el sol". Caro manifiesta que tiene mucho significado para ellos. Están 100 % entregados a sus restaurantes y a ser padres. Esperan en 2025 abrir una nueva sucursal, pero aún no saben en qué ciudad del país.
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Para terminar la visita, bailamos con los robots que ofrecen diversión y entretenimiento. Estos emprendedores buscan que su idea de comer sushi gire en todo el país y esperan que sus ventas, entre los dos restaurantes, cierre en US$ 400.000 este año. (I)