Versátil. Así se puede describir la carrera profesional de María Emilia Uribe Sevilla, CEO y cofundadora de Aphlora, un emprendimiento enfocado en el bienestar de la mujer. Estudió Relaciones Internacionales y Comercio en Estados Unidos. Se especializó en Historia del Arte en París y obtuvo una certificación en Diseño de Interiores en Nueva York.
En un inicio, se veía trabajando en temas de sociales, pero poco a poco fue perdiendo interés por el sector público de Ecuador. Después, realizó unas pasantías en la empresa de su padre, Uribes Design, y se quedó en este mundo por 11 años. La pandemia puso en pausa todos sus proyectos y fue el momento de repensar los siguientes pasos.
Tiene 34 años y fue madre hace poco tiempo. Actualmente, se dedica 100 % a la medicina herbal de la mujer. En la entrevista con Forbes Ecuador confiesa que toda su vida ha tenido problemas hormonales. Ella, con ovarios poliquísticos, y su hermana, con endometriosis, decidieron buscar soluciones que no estén relacionadas con la medicina tradicional y los químicos. “Soy una persona que siempre recurre primero a la parte holística, a una solución de acupuntura, homeopatía o nutrición. No me gusta optar por las curas fáciles, que nunca atacan el problema de raíz”.
Su hermana menor, Camila Uribe, de 30 años, es su socia y con quien comparte este deseo de ofrecer soluciones desde la medicina herbolaria para suplir las necesidades que tenemos las mujeres. “Empecé a soñar. Redacté un modelo de negocio y me contacté con todos mis médicos, que tienen formación en ayurveda, herbolaria tradicional y medicina chamánica latinoamericana. Les pedí varias consultorías y así nació nuestro producto estrella que está cambiando la vida de muchas mujeres”.
Su producto bandera es Full moon balance, un suplemento nutricional enfocado en el balance hormonal femenino. “Queríamos ser un ejemplo y poner una pausa. Queríamos buscar más allá, en hierbas y en buenas prácticas de nuestras comunidades, que se aplican por miles de años y han funcionado”.
Estas investigaciones y las pruebas microbiológicas les tomó dos años y les costó US$ 18.000. Uno de sus pilares es la trazabilidad de sus ingredientes. Es decir, conocer exactamente de dónde vienen y cómo se cosechan, sin pesticidas y totalmente puros. Por ejemplo, la maca, es un tubérculo que crece en los Andes del Perú y tiene propiedades adaptógenas, que ayudan al cuerpo a ser resiliente y lidiar con el estrés. Lo mismo pasa con la damiana, una flor amarilla que es un tónico para los órganos reproductivos femeninos, que llega desde México.
De acuerdo con Uribe, cuando tienen todos los ingredientes, los formulan y los maquilan en laboratorios. Aphlora, bajo este concepto, se fundó en octubre de 2022 y cuenta con varias líneas. “Pensamos en la salud menstrual, en la fertilidad, en el embarazo, en el posparto y la menopausia”.
Entre su portafolio cuenta con suplementos alimenticios, tés, tónicos de extracto de hierbas, aceites… que suman 16 productos. Sus empaques son minimalistas. Sus materias primas no tienen organismos modificados genéticamente (GMO) ni gluten. Y sobre todo son cruelty free.
Uribe asegura que han vivido un crecimiento sostenido. En 2023, su facturación mensual superaba los US$ 3.000 y en lo que va de este año esa cifra alcanza los US$ 6.000, solo en ventas online. “Hace unos meses también abrimos nuestro canal de distribución en tiendas físicas y esperamos en 2025 llegar a Colombia”. Por el momento, Aphlora se cataloga como una pequeña empresa, que no deja de reinvertir para bajar sus costos de producción.
Con la consigna de que las plantas son potentes, milagrosas y poderosas. Esta ecuatoriana busca resaltar la sabiduría ancestral y la exuberante botánica que existe en la región. Su plan a futuro es atacar la desnutrición crónica infantil desde la gestación, con suplementos prenatales y para mujeres lactantes. Así este negocio busca que todas “aphloremos”. (I)
