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Ibai Llanos, con Forbes: "Al principio me sentía inseguro en cámara por mi físico"

Almudena Avalos

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El quien es hoy el rey del streaming no quería saber nada con estar frente a cámara. Sin embargo, esos miedos los dejó de lado y mirá si le fue bien. Además de ser el comentarista más reconocido de videojuegos, ha logrado estar con figuras del mundo del deporte con las que todo el mundo sueña. Por ejemplo, un tal Lionel Messi, en su presentación en el PSG.

5 Octubre de 2021 08.00

Hace tan sólo un año y medio vivía en «un piso normal de Barcelona e iba al Mercadona a comprar churros»; ahora tiene cocinera. "Mi vida ha cambiado un 800%", reconoce Ibai Llanos (Garatea, Bilbao, 26 de marzo de 1995). Ha sido rápido, pero no ha llegado de repente. Con 15 años abrió junto a sus amigos un canal de YouTube en el que jugaban a Call of Duty desde la habitación de su casa. A los 19, lo ficharon para comentar la Liga de Videojuegos Profesional de España y con su primer sueldo, de 100 euros, se compró un micrófono. Ganó cuatro veces el premio al mejor comentarista de España en la LVP y recorrió el país presentando eventos. "Hice más de 100 encuentros. Me recorría las ciudades como un feriante, quedándome en hoteles de mierda".

Aquel Ibai rehuía de salir en cámara. El de ahora estrenó 2021 con unas campanadas que siguieron medio millón de espectadores en su canal de Twitch; un hito al que hace poco sumó la entrevista exclusiva con Messi el día de su presentación en el Paris Saint-Germain (PSG) o el anuncio de la compra junto a Gerard Piqué de la plaza del equipo AstralisSB en la Superliga de deportes electrónicos. "Si con 20 años me dices lo que voy a hacer con 26, no esperaba ni un 5% de todo lo que he hecho".

¿Qué hay detrás de este streamer de Bilbao capaz de enganchar a cientos de miles de personas mientras juega a un videojuego, narra un partido de fútbol (o de canicas), juega al escondite en un centro comercial o entrevista a artistas y futbolistas? 

Lo explica desde la mansión de streamers en la que vive a las afueras de Barcelona, en la que vive con otros cuatro creadores de contenidos, tres perros y un gato. De fondo, el timbre suena constantemente para entregar paquetes. Y los juegos de mesa repartidos por el salón, el billar, la sala cine, la discoteca, el gimnasio, la piscina y un olor a pasta que sale de la cocina evidencian la adolescencia eterna que se respira en este hogar.

Mientras para unos sos una celebridad, otros aún se preguntan por qué te sigue tanta gente. ¿Te molesta que te ninguneen?

Ibai Llanos: Lo que más me molesta es que me traten con condescendencia, como diciendo "este tipo quién es", "andá a saber cómo lo ha conseguido" o "por qué lo siguen". Eso último me parece lo más cuñao de todo. Búscame en Google que igual llevo currando toda mi vida. Y si luego no te gusta me parece respetable, pero quitarme todo el mérito me parece casposo.

Después de que se marcara la exclusiva mundial con Messi y de que retransmitiera su primer partido con el PSG hubo titulares que comparaban sus cifras de audiencia durante el encuentro con las de Telecinco, para destacar que la televisión aún le sacaba ventaja. ¿Por qué cree que molestó tanto a algunos? Sobre todo a la prensa deportiva.

ILL: No sé. Habrá gente a la que le guste más o menos, pero esto no es ni ser mejor, ni tener más éxito. Es sólo una alternativa a lo de siempre.

En alguna ocasión dijiste que los videojuegos le salvaron la vida. ¿En qué sentido?

ILL: Económicamente. Yo no tengo una historia de familia pobre y disparos en el barrio, pero en la crisis de 2008 mi padre se endeudó mucho y a partir de ahí tuvimos problemas económicos. Por los videojuegos pronto empecé a tener trabajo, me mudé a Barcelona y gracias a eso puedo mantener a mi familia. Además, también me dieron un camino a seguir, porque con 17 años no tenía muy claro qué quería ser en la vida.

¿Eras buen estudiante?

ILL: Al principio sí, pero a los 13, cuando descubrí la Play Station y el Call of Duty, me torcí. Recuerdo una profesora que me dijo que iba a acabar robando coches y cosas así, que son mensajes muy buenos que le dices a un estudiante de 14 años.

A los 19 te ficharon como comentarista en la Liga de Videojuegos Profesional de España. ¿Cómo fue ese casting?

ILL: Había que comentar una partida de League of Legends (LoL), presentarse un poco con la webcam y nada más. Entramos casi a modo de prueba durante unos meses, no teníamos ningún tipo de contrato. Era como una colaboración por 100 euros.

¿Y qué hiciste con tu primer sueldo?

ILL: Me compré un micro y con el siguiente, unos cascos.

Parece que gustó cómo lo hacía porque estuvo más de cinco años trabajando allí.

ILL: Sí, a la gente le empezó a gustar mi narración y comencé a crecer dentro de la empresa. Al año de entrar, en 2015, me ofrecieron la posibilidad de ir a Barcelona con un contrato laboral de 1.050 euros y dedicarme profesionalmente a esto. Me costó decidirme porque era irme de casa con 19 años y porque era un trabajo delante de cámara.

¿Te daba reparo estar delante de la cámara?

ILL: Sí. Tenía las típicas inseguridades que tenemos todos, por lo que fueran a decir por mi físico. El mundo de Internet es bastante cruel y cuando eres muy joven es difícil acostumbrarse. Cuando eres mayor también, pero entonces me costó. De hecho, fui aplazando la decisión porque no lo veía claro.

Desde entonces hasta que fue en 2020 que te subieron el sueldo?

ILL: En la última etapa ganaba unos 2.800 euros limpios. Ahí ya tenía más de un millón de seguidores, ofertas de la tele y muchas más cosas. En esos cinco años y medio, llegué a hacer directos un poco constantes y vi que se ganaba mucho más que comentando. Pero me gustaba mucho narrar. Quería cerrar bien esta etapa y lo hice cuando, tras cumplir unos 3.000 partidos comentados y mis compañeros fueron despedidos. Entonces quise probar suerte con G2, el mejor club de esports de Europa, que me daba un sueldo y me ponía una casa junto a otros compañeros, para crear contenido todos juntos.

Eso fue poco antes de la pandemia. ¿Cómo viviste el confinamiento?

ILL: Tengo una gran capacidad para aguantar muchas horas en casa, independientemente de que sea grande o pequeña. Me basta con tener un ordenador y redes sociales.

En 2020 también decidiste irte a Twitch: ¿Cómo consiguiste mover tu comunidad de una plataforma a otra?

ILL: Puse una historia en Instagram y un tuit para que la gente entrara al link y de manera progresiva empezaron a descubrir mi canal. Justo dos semanas antes del confinamiento había empezado a hacer directos y cuando nos confinaron flipé porque acababa de cambiar de trabajo, no sabía cómo iba a ir. No era el Ibai de "mira la pasta que gana", "conoce a Messi", no. Llevaba sólo dos semanas y tenía mucha incertidumbre.

Ahora tenés casi ocho millones de suscriptores. ¿El encierro te benefició?

ILL: Sin poder salir de casa, la gente sólo podía ver la tele, leer o jugar a algo. Cada vez había más personas en los directos. Empezamos a colaborar entre streamers, después entraron futbolistas que empezaron a hacerse su canal de Twitch para entretenerse [como el defensa del Manchester City Aymeric Laporte o el delantero del FC Barcelona Kun Agüero, con los que Ibai jugó en directo]. Se dieron varias circunstancias que hicieron que mi canal creciera muchísimo.

Tus primeros seguidores se apuntaron a un canal de GTA, pero luego pasaste a hacer directos que no tienen nada que ver con los videojuegos. ¿Cómo hiciste ese giro sin perder audiencia?

ILL: De manera natural. Desde los 12 años, mi amigo Ander Cortés y yo hacíamos vídeos de gilipolleces con nuestros móviles. Además, siempre he tenido otras inquietudes como el reguetón, el fútbol o la NBA, que veía de madrugada, pero no lo contaba porque hablaba sólo de videojuegos. Un día comencé a hacerlo en mis redes sociales y experimenté un crecimiento muy grande, que se sumó al que ya tenía por mi trabajo de narrador. Antes de hacer mi primer directo de manera oficial como streamer ya tenía más de un millón de seguidores en Twitter. Aun así hay mucha gente que cree que de repente aparecí un día stremeando y conocí al Kun [Agüero], pero yo ya llevaba una trayectoria de muchos años.

¿Hay una estrategia detrás de tus contenidos?

ILL: Cuando alguien tiene éxito la gente cree que tiene una estrategia para poder triunfar, pero yo sólo hago lo que me hace ilusión, lo que sur- ge, lo que creo que a la gente le puede gustar y no pienso en nada más. Ahora mismo estoy viciado al Minecraft, que es un juego mucho más infantil que el GTA o que una velada de boxeo o una entrevista con, no sé, Mónica Naranjo. Por eso me ve gente de todo tipo.

¿Sabés qué perfil tiene tu suscriptor?

ILL: Sé que la mayoría está entre los 17 y los 25 años, pero también hay muchos padres (o en edad de serlo) que me han empezado a seguir por contenidos como las entrevistas, el fútbol, o porque sus hijos les han puesto streamings como el de las campanadas o las veladas de boxeo. Habrá algunos que me seguían de cuando comentaba LoL, pero muchos vienen por el nuevo contenido.

Muchas empresas quieren trabajar con creadores de contenido con un alcance como el tuyo: ¿Cómo creés que deben hacerlo?

ILL: En mi caso necesito tener libertad, sentirme cómodo y que me dejen ser yo mismo. Ahora no tengo ningún tipo de necesidad de colaborar con ninguna marca. Por suerte, puedo decidir y no pensar «esto es una mierda y no me gusta, pero tengo que hacerlo». Sólo con Twitch y YouTube vivo de sobra, pero nos ayudan a financiar otros proyectos como el equipo de esports, los derechos de la retransmisión del partido del PSG, etcétera. El motor y la gasolina de lo que mueve nuestro mundo de la tele, la radio o el streaming es la publicidad.

Ibai Llanos

¿Cuáles son tus líneas rojas?

ILL: He tenido unas cuantas cuando he creído que algo podía ser tóxico para mi audiencia. Hay gente que me dice que también es tóxica una pizza. Obviamente, si tomas ocho al día vas a tener grandes problemas de salud, pero yo no comparo una pizza a una casa de apuestas. Ahora ya no hay debate porque les han vetado la publicidad. Con los bancos tampoco me siento cómodo ni tampoco con el alcohol, pues soy poco consumidor.

Más allá de la publicidad, ¿Cómo se genera dinero en Twitch?

ILL: El principal ingreso de los streamers es por las suscripciones. Hay una suscripción gratuita al mes que tiene todo el mundo que tenga Amazon Prime para incentivar el consumo de canales en Twitch. Y para el resto, hace unos meses costaba cinco euros en España y ahora ha bajado a 3,99 euros. De esa cuota, al creador le llegan unos 1,99 euros, ya que se suele repartir el 50% para la empresa y el 50% para el generado de contenidos.

En tu caso la plataforma se lleva un 30%, ¿verdad?

ILL: Sí. Cuando empiezas a ser un streamer grande y tienes muchas suscripciones, puedes negociar un 70-30 en vez de un 50-50. Hay mucha gente que lo tiene. No hace falta ser un Rubius. Igual en España hay 40 o 50 canales que lo tenemos.

Ibai Llanos reveló cuánto dinero le paga Twitch por mes - La Popu - La Popu

El cambio en las tarifas de las suscripciones, ¿Cómo repercute a los creadores?

ILL: Tengo un 55% de seguidores de España y un 45% de Latinoamérica. Por ejemplo, en Argentina una suscripción ahora cuesta dos euros y en Guatemala 1,30 euros, por lo que al streamer le llega un euro de Argentina y 90 céntimos de Guatemala. Ha cambiado todo. Para el usuario, la suscripción se ha adaptado a su capacidad económica. Pero a los medianos y pequeños streamers les ha bajado un 40% el sueldo y la diferencia es poder vivir de esto o no. Si ganas 1.300 euros y tu sueldo baja un 40%, es un problema. Ahora se gana mucho menos dinero en Twitch y hay otras plataformas que están aprovechando la posibilidad de fichar a muchos streamers, algunos ya se están cambiando.

¿No los fidelizan de ninguna manera? Porque vos podrías llevarte a tu comunidad a otra plataforma como ya ha hecho en otras ocasiones.

ILL: Tendría que esperar a que finalice mi contrato para ser libre. Cuando cobras por suscripciones, firmas un contrato que suele ser de un año de duración.

Su vida ha dado un giro radical en menos de dos años.

ILL: Ha cambiado drásticamente. Yo era un chaval que me ganaba la vida normal, venía de una familia bien que luego tuvo ciertos problemas, y ahora estoy en una posición que no tiene ningún sentido. Eso te hace ser consciente de lo privilegiado que eres; no quita que yo crea que me lo merezca, que he trabajado para estar aquí. Pero, igualmente, dedicarme a esto es una auténtica locura. Hay gente que va a una oficina donde no hay ningún compañero con el que se lleve bien. Aunque lo positivo gane por goleada, este trabajo también tiene cosas malas que afectan.

Ibai Llanos: ¿Cuánto gana el rey del streaming?

¿A la salud mental?

ILL: Sí. Estar expuesto constantemente a tanta audiencia y que se hable de ti todo el rato. Ha llegado un punto en el que todo el mundo que ha tenido algún contacto conmigo a lo largo de mi vida va a decir: "Yo coincidí con Ibai hace 14 años en una clase de primaria y no sé qué". A mí me da exactamente igual, pero esa exposición da un poco de vértigo. Aparte de que luego cualquier cosa que diga o haga va a tener una repercusión brutal. Después está el hecho de que la gente te graba por la calle; hay quien viene a casa a espiar, a dar gritos por la verja y rebasar mi intimidad. He ido a la ducha desnudo en mi casa y he escuchado a gente gritar mi nombre y eso asusta un poco.

Y con ese nivel de exposición, ¿no necesita vacaciones?

ILL: El descanso y la desconexión son fundamentales para tener una buena salud. Y yo tengo que aprender a desconectar totalmente, es decir, a estar seis días sin ningún tipo de contacto con nada.

Nota publicada en Forbes España.

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