Visitar la tienda de Valente Misura resulta ser toda una experiencia. En pleno verano en Quito, usar traje y corbata podría ser una locura, pero no para Jorge Luis Pérez. Este aficionado por la elegancia y un smoking único, les dice a los hombres que siempre hay una alternativa para tener una excelente imagen. Con un terno negro muy llamativo y detalles de color dorado casi invisibles, nos recibió e invitó a pasar a su local en donde se respira moda italiana.
Desde pequeño vio a su padre como un referente de lo que es vestirse bien. Tener buen gusto con la ropa lo aprendió de él y la mejor parte del día era compartir este momento: elegir un atuendo para salir. Este emprendedor recuerda que su papá tuvo las tiendas de ropa Clásica Uomo y San Giorgio en dos centros comerciales de la capital, en donde el producto estrella fueron las corbatas importadas de Italia. Es así como a muy corta edad experimentó muy de cerca cómo era ser comerciante.
Tras muchos años de aprendizaje, 'Giorgio', como le decía su padre, decidió emprender y poner en práctica cada consejo que recibió en su niñez y adolescencia. Así nace hace algo más de tres años Valente Misura, una tienda que confecciona trajes napolitanos hechos con mano de obra local y telas italianas. Valente, para Pérez, significa valentía. De esta forma, se crea una marca que pretende brindar un servicio personalizado, y como su nombre lo dice, a la medida (Misura en italiano).
El servicio a los clientes empieza con la toma de medidas directamente al cuerpo para trasladarlo al patrón artesanal, donde se realiza la marcada y el corte. Tras esto se hace una prueba con el cliente donde se determinan ajustes y detalles finales. Luego se adapta a la medida perfecta favoreciendo la silueta y “es ahí donde el arte sartorial cobra vida para crear una pieza exclusiva y personalizada”.
En la actualidad, esta tienda de ropa tiene un equipo de nueve ecuatorianos que crean magia en sus talleres. Entre artesanos, un vendedor y un administrador, Valente Misura logra confeccionar y despachar cerca de 50 trajes mensuales, lo que les genera una facturación de USD 30.000, al mes. Para finales de este año abrirá una tienda en Cumbayá en la que la inversión bordea los US$ 100.000; con este nuevo local este emprendedor espera cerrar este año superar los US$ 350.000 en ventas anuales.
Un atuendo diseñado al gusto del cliente tiene un costo que oscila entre US$ 450 y US$ 1.200 con todos los accesorios. Para Pérez, sus clientes principales son los novios, abogados, médicos y figuras del mundo deportivo. Ha tenido la oportunidad de vestir a futbolistas reconocidos como Antonio Valencia, Hernán Galíndez, Javier Burrai, entre otros. Hoy suma cerca de 500 clientes.
Este joven que, de vez en cuando, usa jean y también ropa deportiva, tiene un discurso que marca una diferencia: “no importa a donde vayamos. Podemos ir a jugar padel, al trabajo o a cualquier lugar, pero cuando nos vestimos bien transmitimos algo”, reflexiona este emprendedor del mundo de los trajes. (I)