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Rincón de Francia Quito - Ecuador
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El Rincón de Francia es una parada obligatoria para quienes disfrutan de la gastronomía francesa en Quito. Con 47 años de historia, este es un lugar icónico que mantiene su menú y sus platillos intactos con el paso del tiempo. La pangora, los escargots y su corvina en almendras son algunas de las delicias que ofrece.

14 Noviembre de 2024 15.00

En pleno corazón de Quito, en el tradicional barrio de La Mariscal, se encuentra una casa antigua de estilo colonial. Sus ventanas de madera y sus balcones con geranios resaltan entre la arquitectura moderna que hoy caracteriza al sector. Un pequeño rótulo de madera y una puerta del mismo material, decorada con dos faroles a los lados, son la entrada a una experiencia culinaria que se mantiene viva durante 47 años. 

Ingresar al Rincón de Francia es como realizar un viaje en el tiempo. Mantiene una decoración sobria, donde la madera es uno de los principales protagonistas. Objetos de plata y bronce cuelgan en sus paredes y sobre sus repisas descansan múltiples reconocimientos recibidos. No es un restaurante de un solo ambiente, está dividido por varias habitaciones y cuenta con un segundo piso, donde están un espacio privado y sus oficinas. 

Entre ese olor característico de una propiedad antigua, los manteles impecables y el brillo de sus copas en cada mesa, parece que el reloj se detiene y se pueden escuchar las innumerables historias que han sido contadas en este escenario. Es un rincón lleno de magia y de anécdotas atesoradas por Azucena Aragón, quien es la dueña y fundadora junto a su exesposo, el francés Gilles Blain.

Este personaje era un reconocido chef en Europa que vino a trabajar primero en el Hotel Quito y luego en el Hotel Colón, en los años 70. Se conocieron, se casaron, tuvieron un hijo y abrieron un restaurante. No pasó en el mismo orden, pero así se puede resumir la aventura que vivieron juntos por 14 años. Aragón dejó su carrera como contadora y se puso su mandil de emprendedora. "Él quería tener su propio restaurante y no teníamos plata, solo lo que él y yo trabajábamos. Tuvimos mucha suerte y el apoyo de personas que nos conocían de antes".

Rincón de Francia Quito - Ecuador
Fotos: Pavel Calahorrano Betancourt

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El 13 de enero de 1977 abrieron las puertas, en la misma casa en la que el Rincón de Francia atiende en la actualidad, y sus primeros clientes fueron sus amigos y conocidos. Lo más importante, de acuerdo con Aragón, siempre ha sido la comida, los detalles, los ingredientes y el cuidado con el que se elabora todo. Las recetas de su exesposo se mantienen intactas y el menú es el mismo de hace casi medio siglo. Su hermano, quien trabajó con Blain desde muy joven, se hizo cargo de la cocina después de su separación y ha mantenido vivo su legado, su rigurosidad y su perfeccionismo.

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Dentro de los platos más apetecidos están los escargots a la bourguignon, la pangora y la langosta. Sin embargo, en las especialidades se pueden encontrar desde ravioles napolitanos gratinee, conejo a la mostaza de dijon, callos de la casa con garbanzos, hasta ternera braseada al oporto, medallones de lomo a los dos aromas y charolais a las tres pimientas. Su menú ofrece entradas, potajes, tortillas, ensaladas, pescados y mariscos, con un total de 42 platillos. Los precios van desde los US$ 6 hasta el más caro, que ronda los US$ 34.

"Gilles era perfeccionista. Todos los tomates debían ser del mismo tamaño y el pescado tenía que ser fresco y tener el ojo de tal manera, me enseñó a ser perfecta y estricta en los procesos. La gente en el mercado no me quería vender porque regresaba con todo y en las noches botábamos lo que sobraba. Me dolía el corazón porque no teníamos plata, pero él me decía: 'para ganar hay que aprender a perder'". Al inicio su nombre ganó fuerza por el boca a boca. Aragón confiesa que su exesposo quería hacer comida 100 % francesa, pero nadie conocía y comenzó a adaptar las dos gastronomías.

Rincón de Francia Quito - Ecuador
Fotos: Pavel Calahorrano Betancourt

Entre una de sus anécdotas, recuerda las visitas del expresidente Galo Plaza, quien llegaba con embajadores, ministros, funcionarios... quienes abrían la puerta y entraban a una casa antigua, con espacios apretados y tablas que crujían. "Él les decía: 'este no es un restaurante de lujo, pero se come bien'. Asumo que era para que no se asusten (dice entre risas)". A los seis meses tuvieron algunos ingresos; y mientras ella quería arreglar la casa, Blain quería mejorar su cocina, su laboratorio. Con los años, han mantenido la esencia de esta construcción, con algunas remodelaciones y mejoras.

Desde 1977 hasta 2024 han pasado 17 personajes por la silla de Carondelet y por las mesas del Rincón de Francia. "Yo creo que todos los presidentes de Ecuador han venido, excepto Daniel Noboa. Al inicio no sabíamos qué iba a pasar, pero la tenacidad, los productos de primera y el poco uso de condimentos fuertes (solo sal y pimienta), ha hecho que nos mantengamos vigentes".

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Cada una de sus mesas tiene dueño. "La gente que viene me suele pedir la misma mesa porque ahí cierran negocios. Ahora ya vienen las nuevas generaciones, los abuelos les traen a sus hijos y a sus nietos. También, cuando hay eventos internacionales me han visitado presidentes de otros países y eso pasa mucho porque nos recomiendan desde la Cancillería".

Rincón de Francia Quito - Ecuador
Fotos: Pavel Calahorrano Betancourt

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Uno de los momentos de quiebre fue durante su divorcio. Según Aragón, todos pensaban "que ya no iba a seguir porque se fue el francés". Sin embargo, uno de sus hermanos tomó la posta de la cocina, otro de la caja y bajo su liderazgo no permitió que el restaurante se cierre. "Un día me levanté y me dije a mí misma que no podía seguir sufriendo porque debía trabajar duro para sacar esto adelante".

Esta mujer power, que está por su octava década, asegura que atienden al medio día y en la noche. Con los cortes de luz que vive Ecuador están pensando en hacer una jornada única. Cuenta con 15 colaboradores, entre cocineros y servicio. Desde el tiempo de la pandemia este rincón tiene ciertos problemas por la crisis económica. Su fundadora asegura que continuará apostando e inyectando dinero hasta que la situación mejore. Su capacidad de atención es de 80 personas y muchas veces ha tenido que poner límites de tiempo.

Aragón continúa trabajando todos los días y ella misma recibe a sus comensales. Sus problemas de salud no afectan este amor que siente por el "rincón" y recuerda, con añoranza, que este restaurante era el club social de Quito. "Todos pasaban por aquí. Farreaban, bailaban, nos visitaban después de la fiesta de los toros... y yo espero, aunque sin dientes, seguir despidiendo a mis clientes, a los que quiero tanto porque nunca me fallaron. Siempre estuvieron conmigo".  (I)

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