Aterrizar en el medio del agua no es lo que muchos viajeros considerarían una llegada ideal, pero a menudo es la única forma de llegar a islas privadas en el Océano Índico. Sin embargo, en las Islas Exteriores de las Seychelles, una simplificó el arribo de sus visitantes —y de las aeronaves— al instalar su propia pista de asfalto para jets privados y pequeños aviones charter.
La isla Alphonse es un destino único y sumamente remoto que ofrece una experiencia alternativa a la tradicional oferta de lujo de las Seychelles. Podés llegar en avión, pero tan pronto como pongas los pies en tierra firme, te verás envuelto rápidamente en un mundo de lujo donde las formalidades se dejan de lado y los invitados cenan con los pies en la arena.
Alphonse se encuentra a 400 kilómetros o una hora en avión de Mahé, la isla principal y más grande de las Seychelles, por donde deben pasar los vuelos internacionales. Se encuentra dentro de un atolón de tres pequeñas islas tan remotas que no llegan a ellas las señales de telefonía móvil. Antes de que entres en pánico, ya instalaron WiFi.
La pista de aterrizaje atraviesa el centro de la isla, dividiéndola en dos. La mitad es una reserva natural llena de plantas y vida salvaje autóctonas; la otra mitad está dedicada a un hotel que cuenta con 22 acogedores bungalows de playa, cinco espaciosas villas de playa con piscinas privadas y dos espectaculares refugios de playa de cuatro camas.
La vida en Alphonse gira en torno a actividades que sumergen a los huéspedes en la naturaleza, desde buceo en arrecifes de coral ricos en vida marina hasta caminatas por la naturaleza en las reservas de los alrededores. Los visitantes se entretienen con un programa de experiencias gratuitas y opcionales en el centro de buceo y actividades, así como experiencias gastronómicas que incluyen parrilladas en la playa, cócteles al atardecer y una fiesta de sarongs semanal. Un punto destacado es el almuerzo exclusivo en los bancos de arena del arrecife al que está invitada toda la isla.
Los huéspedes pueden disfrutar de varias instalaciones de recepción, como un restaurante, un salón, un bar, una piscina, un spa y canchas de tenis rodeadas de árboles tropicales. Tené cuidado con las tortugas gigantes que deambulan por la isla mientras pedaleás entre tu bungalow y los espacios comunes.
El complejo pone un gran énfasis en la sostenibilidad sin sacrificar la calidad y se hacen grandes esfuerzos para importar lo menos posible a la isla. Hay una granja donde se cultivan gran parte de los productos de la cocina (los huéspedes pueden visitarla para hacer un recorrido o tomar una clase de cocina con un chef) y gran parte de la energía del complejo se produce en la granja solar de la isla: echá un vistazo a los paneles adyacentes a la pista mientras volás.
Para quienes buscan una experiencia alternativa y auténtica, Alphonse es el lugar ideal. Y el complejo no se limita a quienes utilizan vuelos privados: se pueden organizar servicios chárter desde Mahé varias veces por semana.