La chimenea. El horno de leña. La cocina de campo. Las habitaciones campestres. El pan caliente de la 'veci'. Las frutas frescas del mercado. El aroma a café. El jugo de piña con cedrón. El río. Los dos gatos. El silencio. Los balcones. La galería de arte. En Espacio Pueblo se rememora la vida del campo y sus rituales, disfrutando del entorno en una casa con todas las comodidades en medio del bosque. Allí, las experiencias sensoriales giran en torno al arte.
Ubicada en el corazón de Amaguaña, a unos 40 minutos de Quito (60 minutos con tráfico; 90 minutos con tráfico pesado), la casa que acoge al proyecto del fotógrafo, periodista y cineasta, Édgar Dávila, de presentar su colección de arte al público, atesorada en los últimos cinco años, es una invitación a llenarse el alma de serenidad. Construida hace 22 años, la edificación formaba parte de la fábrica de Textiles Ecuador. En el inicio de la pandemia, Dávila, buscando huir de la ansiedad que le generaba el miedo colectivo de la ciudad, se propuso abrir una galería rural. Buscó. Y encontró. Un lugar que respira e inspira.
Todos los ecuatorianos tenemos esta conexión súper cercana con el campo. Es una de las experiencias más bonitas de venir. Tenemos todas las comodidades -excepto televisión-, en medio de la naturaleza. Cada vez que viene una persona, tratamos de generar una experiencia personal con los visitantes. Nos conocemos, conversamos, sociabilizamos. Tenemos y les compartimos todas las cosas que necesitan para pasarla bien. Es una vivencia más sostenible, consciente y local. Como viene gente del exterior, logramos vincular la gastronomía con sus historias, sentados a la mesa comparten sus creaciones en la casa, explica Dávila.
¿Pasar una noche o un mes? Hay oportunidad de hacerlo por el tiempo que se requiera. En el lugar nunca faltará el pan de leña, la espumilla, las frutas y el café para el desayuno. Para el resto de comidas, es necesario llevar los alimentos para compartir. Eso sí, hay que evitar las carnes, porque el concepto de este lugar es comulgar de la manera más sana con la naturaleza. Por eso, incluso hasta las arañas son respetadas en su hábitat. No hay que asustarse, para quienes tienen fobia, porque el lugar luce impecable y pulcro todo el tiempo.
En Espacio Pueblo también es posible desarrollar talleres de conexión con la parte espiritual. Sea yoga, sea sonoterapia o sea simplemente una guitarreada al calor de la chimenea, la familiaridad y la amistad entre quienes coinciden en el espacio nace espontáneamente. Todo, en medio de un permanente show room donde el arte coleccionado por Dávila está al alcance de los ojos. EMESE, Juan Miguel Marín, Carolina Iturralde, Pamela Pinto, Jonathan Kent, A Tres Manos Estudio, Martina Samaniego, Teo Monsalve, Luna Lunares, Apitatán, Pablo Terán, Jorge Vargas, son solo algunos de los famosos nombres que se exponen por el lugar. Por cada rincón se respira arte, naturaleza y paz. ¿Quién dice que este no es el mejor alimento? (I)