Desde que eran niños, María José Villacis y Cristhian Terán tenían el sueño de tener su propio restaurante. Ella era de Ibarra y él de Tulcán (aunque a los 7 años se mudó a Quito). Estas dos almas creativas, amantes del lujo, consolidaron su relación de amistad primero y luego se sentaron en la mesa para negociar. En el caso de María José estudió diseño de modas en el Instituto Metropolitano de Diseño (La Metro) y Cristhian se inclinó por el diseño industrial en la Universidad de las Américas (UDLA). Y así fueron marcando su rumbo, primero solos y luego juntos. Una era amante de la moda y el otro de los autos, pero ambos compartían su amor por la elegancia.
Sus proyectos individuales los llevaron lejos en sus respectivas áreas. Villacis cuenta: inicié mi marca de trajes de baño en el segundo semestre de la carrera. Ha sido muy enriquecedor para mí. Me ha ayudado a conocer gente muy posicionada en el sector de la moda. Su marca 'Morena del Rey' se vende más fuera que dentro del país debido a que apunta a un target alto. Yo siempre he sido de la idea de que un traje de baño, en las mujeres, nos genera mucha inseguridad. Entonces los diseños son sin costuras para que no te parta la figura o los 'gorditos'. No son el típico triangulito de traje de baño, es algo más elegante, los panties son a la cintura, es un diseño súper diferente. La fabricación se hace en Imbabura, tengo la fábrica en mi casa y es muy lindo porque todos son bordados por comunidades indígenas. Más o menos trabajamos con unas 15 personas.
Y Terán comparte que, desde los 17 años empecé un negocio de autos, tengo un concesionario de autos junto a mi hermano. Terminé la Universidad, pero el diseño no lo apliqué en nada, bueno, un poco en la construcción del Showroom que tenemos. Primero, lo hacíamos en una oficina muy chiquita donde mostrábamos un auto debajo de un edificio, nos expandimos y metimos 13 autos. Después hubo una oportunidad con la ayuda de mi padre de comprar un terreno en la 6 de diciembre. Entonces él dijo 'bueno, yo les compro, pero ustedes me pagan el arriendo de la primera parte', entonces hicimos eso y de ahí iniciamos. Q2 Saloon Autos empezó en 2009 y asegura que fueron los primeros en traer la marca Ferrari al país, desde 2018 ha vendido 13 de ellos. Pero, la primera marca que importaron fue Lotus y luego Maserati. Fue algo récord, en 8-9 meses vendimos 32 Maseratis. Pero era un sueño personal de mi hermano y mío el traer Ferrari al Ecuador. Lo hicimos, por una parte como negocio y también por marketing, porque eso nos abrió las puertas a muchas cosas.
Después de graduarse, hace 5 años, en una reunión familiar en la casa de María José decidieron invertir entre US$ 50.000 y US$ 60.000 para levantar el primer restaurante 'Beatrice Pizza e Pasta' en Ibarra. Mi bisabuela de parte de mamá se llama Beatriz y mi mamá también, entonces decidimos ponerle ese nombre en italiano. Comenzamos el proyecto con un aforo de, más o menos, 15 personas en 2021 y un equipo de cuatro. Ahora estamos con un aforo de 50 personas y un equipo de 15 colaboradores. Y a la par, Cristhian avanzaba con otro proyecto, con una inversión de US$ 7 millones, sentaría las bases de su nuevo restaurante: Hiedras Plaza. Yo hice esta plaza comercial junto a mi hermano y decía 'algo tengo que tener aquí'.
Es aquí cuando sus destinos se juntaron. No eran los mejores amigos, pero tenían amigos en común y con el tiempo coincidieron. De una charla salió la idea de negocio. Había visto el emprendimiento y rápido crecimiento de María José con el restaurante en Ibarra y dije 'de ley tenemos que poner Beatrice aquí en Quito'. La idea de todo esto nació por la pasión que le mete María José al diseño, a la comida y a mí me gusta un montón eso, estudié eso. No le aplico al diseño, me dediqué a los negocios, pero sabía que algo teníamos que hacer acá. Conocí el proyecto en Ibarra, me encantó y dijimos 'hay que hacer esto a otro nivel. Tenemos que expandirlo'. Y con una inversión de US$ 130.000 abrieron el segundo local de 'Beatrice Pizza e Pasta' en la capital. Debido a su alto flujo en los primeros días, proyectan facturar US$ 900.000 en su primer año. Entre los dos locales emplean a 39 personas.
Este restaurante se construyó en las bases de una antigua fábrica de tela y posee objetos rescatados del pasado a los que le dieron una nueva vida útil. La mesa redonda está hecha con unos silos enormes que se usaban para bordear las telas y rescatamos el librero de contabilidad para decorar la entrada. Su bar se alza como una catedral y en la cima se ubica un cuadro que lo pintó mi abuelo tres meses antes de fallecer, sentimos que nos está cuidando. En cuanto a los platos, ambos tienen sus favoritos. Para ella: será y siempre será el de camarón y atún, tonno e gamberi, porque mi mamá siempre me lo hacía entonces para mí siempre va a hacer mi favorito y siempre que como aquí pido el mismo. Y para él: A mí me encanta la lasaña de pollo y la pizza. Cuando empezamos en pruebas de cocina yo decía 'esos platos están ricos, pero hay que seguir dándoles más nivel todavía, más sabor, más texturas' entonces creo que los dos pasamos como un mes completo aquí comiendo de todo.
En cuanto al maridaje, cuentan con ocho cócteles de autor que fueron creados con el apoyo de un bartender profesional. Tenemos el Lettre a Beatrice inspirado en la Divina Comedia. Dante tiene una musa que es Beatrice y todo gira en torno a ella. Mi abuela y mi mamá son unas musas, este cóctel tiene oro y está decorado como para la 'realeza'. Además, tenemos una amplia carta de vinos de Argentina, Francia, e Italia. Con un aforo para 68 personas, esta experiencia gastronómica italiana está lista para recibir a sus comensales. Un sueño realizado por un par de creativos que sacaron adelante sus marcas de lujo y que hoy se unen para ofrecer una experiencia, estilo casita rústica italiana, sin dejar de lado la elegancia de Roma. (I)