En casa de la Gerenta de Pet Station son #humanfriendly
La brasileña Carolina Kourroski está a cargo de Pet Station, un negocio de Almacenes Pycca, que comenzó con su primer local en noviembre de 2022. El crecimiento ha sido tan acelerado que acaba de abrir su tienda número 9, en Quito. La empresa tiene previsto invertir US$ 4 millones en los dos primeros años, para 30 locales. Había sido petlover desde pequeña y ahora en su familia tiene siete hijos: tres humanos y cuatro mascotas. Dos labradores, Bombón y Cacao, y dos gatas, Lady y Lua.

En 2016 llegó a Ecuador como Gerenta General de Kimberly-Clark, luego estuvo a cargo del proyecto Semvra, del Grupo Vilaseca. Desde 2017 integra el Directorio de Plásticos Industriales Pica, y en mayo de 2022 comenzó el proyecto Pet Station, una nueva propuesta de Almacenes Pycca. No se trata de un pet shop, es una tienda donde la mascota es el centro y no el producto, dicen. El primer local se abrió en noviembre del año pasado, en Ciudad Celeste, Samborondón. La apertura superó las expectativas y aceleró su expansión. Llegaron a abrir dos locales por mes y la última acaba de inaugurarse en Quito, esta semana. Ya son nueve tiendas. “No somos pet friendly, somos human friendly. El concepto de los locales está enfocado en la relación humano-mascota, una relación que existe en todas las edades. La familia tradicional la integran esposos, hijos y mascotas. Pero hay personas que antes de casarse tienen a la mascota como pareja, las parejas que tardan en tener hijos, tienen mascotas. Luego, cuando el nido queda vacío, la dupla es la mascota. Yo fui criada con animales, siempre tuve mascota”, dice Carolina Kourroski, directora de Pet Station. 

Los planes son invertir US$ 4 millones en los dos primeros años para montar 30 tiendas hasta 2024. Los locales tienen un portafolio de 2.000 productos para perros y gatos. Tiene un segmento de bienestar de salud animal, alimentos, objetos para dormir, pasear, viajar y asear a la mascota. Para cada tienda se contratan 10 personas. El eslogan de Pet Station es 'cuidamos de quien te ama'. Por eso, en la selección de personal, la primera pregunta es: 'tienes mascota'. Carolina cuenta sonriente que si no tiene mascota no entra al proceso. “Enseguida te das cuenta si miente o si es amigo, amante o loco apasionado, con mascota influencer”. 

Las tiendas tienen perchas para petlovers, con decoración, papelería, libros, cuidado del hogar, ropa y accesorios, memoriales, regalos personalizados y una infinidad de productos para gastarse todo el presupuesto en los hijos de cuatro patas. En el país no hay datos globales de cuánto destinan los ecuatorianos para sus mascotas, explica Kourroski. Aunque solo hay cifras del gasto en alimentos especializados, que asciende a US$ 144 millones, frente a US$ 116 millones que se gastan en la compra de pañales de bebés y en yogur, US$ 86 millones, según los datos de Kantar. 

Fotos : Wladimir Torres

Kourroski señala que el consumidor de mascotas se parece mucho al de pañales, es un consumidor con hijos bebés. “La mascota no habla, no dice lo que siente, por eso lo que estás comprando es para su bienestar y es el amor para un ser totalmente desprotegido. Creía que no había vínculo, pero son muy parecidos. Hay una convivencia con la culpa, porque tienes que salir al trabajo y la mascota se queda sola en la casa esperando a que llegues. Hemos escuchado en la tienda que las mascotas están con ansiedad de separación después de la pandemia y les ofrecemos un alimentador automático que tiene la voz del tutor, no solo se pone el alimento, sino que el dueño puede grabar su voz diciendo 'ven a comer'. Los vendimos todos”. 

Kourroski sabe de criar bebés humanos y bebés mascotas. Había sido una pet lover desde pequeña y cuando arribó a Ecuador desde su país de origen, Brasil, no solo estaba acompañada de su esposo, Ismar Kourroski, y su primer hijo, sino que trajo a Lucky, un golden retriever, de 3 años, y Lady, una gata persa himalaya. El perro empezó a tener problemas de piel apenas llegó, no se adaptó al clima, y falleció cuando tenía 8 años. 

La muerte de Lucky fue el mayor golpe para su hijo. Así que comenzaron a buscar un perro que fuera de confianza porque sus hijos, para entonces ya tenía su segunda hija, están acostumbrados a abrazar y besar a las mascotas. Hasta que llegó Bombón, un labrador color chocolate, de un criadero de Quito, en enero de 2022. Inicialmente creyó que no era legítimo, pero luego investigó que esta raza tiene dos linajes, uno inglés y otro americano. Dos meses después le enviaron a Cacao, también chocolate. Un peludo que ha sido modelo en los videos de Pet Station, para la cuenta de Tik Tok. “Sufrimos un montón cuando se fue Lucky, mis hijos y toda la familia somos locos por los perros, mis hijos los besan, somos perrunos, y con mi marido hablamos con la voz del perro. Yo hago de Bombón y él me contesta como si fuera Cacao. Son mis bebés, cuando estoy en casa están conmigo, son unos hermosos, pero cada uno elige el dueño. Cacao es apasionado por mi marido, él llega, se sienta en el sofá, y el perro se le lanza encima, como si fuera la esposa, loca por él (se sonríe). Bombón es más defensivo conmigo, donde vaya se pone atrás mío”. 

Lady ahora tiene 10 años, observa de lejos a las visitas, y es la más reservada de la familia. Hace tres años se sumó Lua, nacida en Ecuador. Es una gata persa, más inquieta, le gusta exhibirse, se ubica sobre la mesa de mármol para las fotos. Bombón y Cacao se mueven por toda la sala, solo se tranquilizan cuando mamá les ofrece una carnita. Carolina asegura que no hay rivalidad entre las mascotas.   

“Tengo hijos brasileños y ecuatorianos. En total tenemos siete hijos, cuatro son mascotas y tres humanos, dos naturales y mi sobrina, quien vive con nosotros hace algunos años. Cuando fui transferida a Ecuador solo éramos mi marido, un niño y mis dos mascotas. En 21 años de casados nos habíamos movido por siete ciudades, a un promedio de tres años en cada una. Cuando llegó el momento de irnos a otro país ya teníamos tres hijos, y mis cuatro mascotas. Así que decidimos radicarnos en el país, por mi trabajo, y mi marido es el director general de Hoteles Oro Verde”. (I)