Esta historia con Segundo Alejandro Castillo comenzó en el camerino de visitante del estadio Monumental. Y terminó tres horas después, con él posando para las fotos de Forbes frente a la imponente tribuna, con un impecable traje azul.
El director técnico del Barcelona Sporting Club (BSC) repetía en varias ocasiones las tomas para una nueva 'promo' junto al goleador uruguayo Octavio Rivero. El equipo de producción montó en el camerino la locación, con las camisetas colgadas, las cámaras y los reflectores a los que ya están acostumbrados los dos protagonistas.
Forbes siguió el trabajo de producción para la nueva marca, la número 15 que se sumará a la camiseta amarilla. En total, serán 19 auspiciantes solo en la indumentaria, camiseta, pantaloneta y medias, sin contar las marcas que están en vallas y en diferentes espacios publicitarios del Ídolo del Astillero. La dirigencia también prepara el lanzamiento de una nueva camiseta conmemorativa por los 100 Años de Barcelona, que cumplirá el 1 de mayo de 2025.
Hay suficientes razones para celebrar y preparar una extensa agenda que comenzará en la víspera. El equipo está en un buen momento futbolístico. Ocupa la cima de la tabla de la fase inicial del campeonato Liga Pro, con 12 puntos en cinco partidos. Y el próximo 1 de abril arranca la fase de grupos de la Copa Conmebol Libertadores, contra Independiente del Valle, en el Monumental. También enfrentará a River Plate y Universitario de Lima en el Grupo B, en un calendario que se extenderá hasta el 27 de mayo, con la expectativa puesta en que el equipo pueda avanzar hasta instancias finales.
Castillo, 'El Mortero', el exseleccionado ecuatoriano y exitoso futbolista en diferentes ligas del mundo, ahora como DT tiene el reto de dirigir a Barcelona en el año del Centenario. Conversó con Forbes sobre el momento histórico, su trayectoria en las canchas, y cómo pasó a convertirse en un ícono global de la moda desde el 5 de marzo de 2025. En una noche soñada, derrotó al favorito Corinthians, 3-0, en el Monumental de Guayaquil, vistiendo un elegante esmoquin blanco al borde del campo. Las imágenes de Castillo dieron la vuelta al mundo y llegaron a las páginas de revistas como Vogue. Una semana después selló en Brasil su clasificación en la Libertadores y dejó en el camino al poderoso equipo brasileño.
"Una elección de estilo que coincide a la perfección con la temática Black Dandy de la próxima Met Gala 2025. Y quién sabe si el entrenador Segundo Castillo se puso este esmoquin blanco a propósito...", escribió Giacomo Aricó, un periodista colaborador de Lifestyle para Cinema & Costume para Vogue Italia.
El 'profe' dice que no ha sido invitado todavía a la alfombra roja del Met Gala 2025, que se realizará el 5 de mayo próximo, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, un mítico evento que reúne a los más influyentes de la industria del entretenimiento con los mejores estilos de la moda.
"Acá, para nosotros, la Libertadores es nuestra Champions. Entonces, creo que uno tiene que estar a la altura del torneo que juega y también a la altura del club y de mis jugadores. Tengo que dar esa presencia hacia ellos y que sientan que su entrenador está bien, eso es importante para liberarlos un poco de la tensión, de lo que piensa el jugador que desea conquistar siempre, que es ganar todos los partidos".
No lo hizo a propósito ni estaba en sus planes volverse en una tendencia global en redes sociales. "No lo hice con la intención de que sea tan popular". Creyó que era el momento de escoger el traje que lo tenía en su armario. "Es marca ecuatoriana". Lo confeccionó Juan, un sastre conocido que vive en Sauces 8, en el norte de Guayaquil. Y le costó US$ 400.
"Dije este es el momento para sacarle una sonrisa a los chicos cuando me vean saliendo de mi camerino. Cuando me vieron todos dijeron: ¡Uf!, pero solo sonreían. Me sentía muy bien, porque sabía que ese partido era especial frente a un equipo donde para nada éramos favoritos. Sabíamos que podíamos dar el golpe porque tenemos un gran plantel, es un club con carácter, que ha jugado este torneo".
Castillo, de 42 años, vive el momento único de haber estado en el camerino de Barcelona como jugador y ahora como DT. Después de una carrera de 20 temporadas como jugador profesional, se retiró en 2020. Sus últimos dos equipos fueron Barcelona y Guayaquil City. Desde 2022 había sido asistente técnico del plantel principal. Hasta que firmó un contrato con el club como director técnico del primer equipo por un año, hasta finales de 2025, con un salario de US$ 10.000.
A su retiro tenía planificado ser entrenador, pero no había pensado en Barcelona. Sabía lo difícil que era estar en el equipo, por todo lo que genera y las dificultades de estar siempre en el banquillo de entrenador, con todos los reflectores encima. "Dios me dio la posibilidad de que Fabián Bustos, un entrenador al que ahora vamos a enfrentar en Libertadores, lograra que pudiera venir como ayudante y empezar mi carrera".
Sabe que dirigir al Ídolo del Astillero, el equipo más popular de Ecuador, y tener éxito es abrir camino para otros entrenadores nacionales. "Espero seguir abriendo más puertas para que otros entrenadores puedan llegar a otros clubes importantes del fútbol ecuatoriano".
Su look preferido
Segundo Alejandro Castillo mide 1,79 y pesa 94 kilogramos. Es 9,5 en calzado y usa talla L en ropa, aunque depende de la postura, dice, y en ocasiones está en XL, pero prefiere vestir con prendas ajustadas al cuerpo.
Mantiene la rutina diaria de llegar a las 07:00 al estadio para entrenarse entre 40 a 45 minutos y mantenerse en forma. "Quiero estar listo con energía positiva para el entrenamiento" con la plantilla de jugadores, que comienza a las 08:30. El día previo queda lista toda la planificación con su equipo técnico.
"Mi look preferido es estar cómodo siempre. Estar con la ropa adecuada, más suelta. Con una camisa polo, un jean, zapatos cómodos, más que andar con zapatos formales y traje". Aunque, ahora, los utiliza solo para los partidos o para algún evento especial.
El esmoquin blanco ya se lo había probado en la casa y le quiso añadir el "corbatín negro para darle glamur". Sir Second Castle, como lo identifican desde el partido con Corinthians, no se siente un ícono global de la moda. Sin embargo, comparte con Forbes sus gustos y los secretos de su armario.
También prefiere que lo llamen el 'Mortero', el apelativo futbolístico que se ganó por su físico imponente como mediocampista defensivo. "Seguiré siendo Segundo Alejandro Castillo siempre. No va a cambiar nada en esa parte".
"Soy de un estilo casual. Acá, por la alta temperatura, a veces toca andar con un pantalón corto. Pero cuando son los eventos o alguna invitación trato de ir más casualito y en los partidos en LigaPro también trato de estar bien presentable".
El día de la entrevista vestía un jean, la camiseta de Barcelona y unos zapatos negros Calvin Klein, una de sus marcas preferidas en calzado. Los focos de las cámaras ya habían captado sus outfits en partidos nacionales e internaciones.
Siempre le había gustado vestir las mejores prendas cuando era convocado a la selección nacional o cuando jugaba en equipos de Europa o Medio Oriente. "El jugador ha sido un poquito, como se dice, vanidoso, extravagante, y si hay posibilidades, a veces te rodeas con otro tipo de jugadores, de otros países, que van con una maleta o un bolso Luis Vuitton, que son más cómodas de usar, te gustan, y a veces tienes las posibilidades económicas para comprarlas".
Tiene prendas de Louis Vuitton, Gucci, Armani, Hugo Boss, Zara. "No tengo una marca específica, si me gusta Zara o Calvin Klein, me compro, si hay un traje de Hugo Boss, igual. También tengo sastres en Guayaquil que a veces me convencen de hacerme un traje, siempre mantengo la humildad, pero en ocasiones por la premura, porque no hay tiempo para ir a probarse las medidas, compro ya confeccionado".
Los zapatos más caros que se ha comprado son unos Dolce & Gabbana, en US$ 700, y unos Louis Vuitton, en 1.200 euros, en París, cuando jugaba en equipos internacionales.
En el partido ante Estudiantes de la Plata, el 12 de julio de 2023, llamó la atención por sus zapatos brillantes, color plata, que lucían como elaborados en piel alto relieve, y que combinaban con su corbata con tonos plateados. Recuerda que los compró en US$ 600 en un viaje a Egipto cuando jugaba con Al-Hilal, en Arabia Saudita.
En relojes, le gustan las marcas Cartier y Rolex. El más caro que se compró fue un Rolex en US$ 10.000, "pero hasta ahí", dice sonriendo. "Creo que uno trabaja también para darse sus gustos. Porque la vida es eso también. No solo es hacer otras inversiones, sino que hay que usar uno y gastar, pero a la medida de las posibilidades de lo que hay, tampoco podemos invertir en algo donde sabemos que no es muy rentable para uno".
Otro traje icónico es el que vistió en el video de presentación como DT de Barcelona, el 17 de diciembre de 2024. Pantalón y camisa negra mangas largas, un chaleco gris y una boina, el denominado Sherlock Holmes outfit. Muy parecido al estilo de los protagonistas de la serie Peaky Blinders, ambientada en la Inglaterra de los años treinta, que ya lo había usado en un partido internacional y que al club le gustó para el promocional.
"Esos chalequitos y todo el traje los compré cuando estaba en Europa y me han durado porque los conservo bien cuidados. Cuando jugaba en Inglaterra, en el Everton y en Wolverhampton, teníamos muchas actividades con los dueños de los equipos y siempre teníamos que ir bien vestidos o usar los trajes que el club nos hacía para eventos especiales o partidos, es una cultura que fui teniendo".
Las claves del éxito
Para Segundo Alejandro Castillo el trabajo y la dedicación son fundamentales en una carrera de éxito. Así como la humildad de no olvidar las raíces. Antes de salir a la cancha, siempre les dice a sus jugadores "que valoren el lugar y el equipo donde están y que entreguen lo mejor".
En la víspera de la entrevista había seguido el partido de la selección ecuatoriana con Chile, en Santiago, y cree que la Tri está con "un pie y medio adentro" del Mundial 2026. Está contento porque esta "nueva camada de chicos nos va a llevar a un segundo mundial", y hay que valorar el esfuerzo que hacen.
Todas las luces están sobre Barcelona, ¿cómo se siente esa presión?
Es hermoso lo que la gente exige, lo que es este club, pero los retos son estos. La vida te pone en estos lugares y Dios te da esa posibilidad de estar ahí porque sabe que tienes la capacidad, la responsabilidad y el carácter de estar acá y de poderlo hacer bien. Entonces, soy afortunado, espero poder devolver con logros, con cosas importantes para el club y trabajar día a día para conseguir los objetivos.
¿Cuál fue su momento más difícil como futbolista profesional?
La verdad es que mi mayor decepción fue no haber jugado el Mundial de Brasil 2014 porque me lesioné faltando un mes y medio. Esa fue la única lesión fuerte que tuve, aunque no fue de operación, me mantuvo casi tres meses lejos de las canchas. Fue en un partido de preparación con México, ya nos quedaba un mes para ir a la Copa del Mundo. Fue lo más difícil, había enfrentado una Eliminatoria se fue larga para mí porque cuando comenzó estaba jugando en México. Y faltando cinco o siete fechas, se concretó mi traspaso a Medio Oriente, desde Arabia Saudita eran unos viajes larguísimos, de 24 horas casi de vuelo. Y en la recta final no pude estar.
¿Cuál ha sido su mayor éxito?
El mayor éxito es haber jugado en los equipos en los que estuve, como es Barcelona, donde logramos el campeonato en 2016, y en diferentes clubes, también con campeonatos, y representar a mi país, haber jugado una Copa del Mundo, en Alemania 2006. La verdad que estoy muy complacido, agradecido con Dios por todo.
¿Cuáles son las lecciones que sacó como jugador desde sus inicios?
Desde muy chiquito me gustó jugar el fútbol en mi natal San Lorenzo, Esmeraldas. Y con dificultades, a veces no había para los zapatos y teníamos jugar descalzos. Yo jugaba con Venus, pero a veces no tenía, me tocaba prestar al compañero. O cuando estábamos jugando, decíamos un rato tú, si pierdes, me prestas las lonas para jugar. Éramos de bajos recursos, pero creo que también eso lo empuja a uno un poco más para conseguir objetivos, para crecer, para mentalizarte de que, si tú tienes un bienestar económico, puedes ayudar a tu familia.
¿Eso lo empujó para obtener sus logros?
Empuja a conseguir las cosas, a darte la responsabilidad. Salí de San Lorenzo a los 14 años para jugar en Espoli, que fue mi primer club, en Quito, y era difícil a esa edad. Mi mamá no me quería dejar salir porque no había las posibilidades de una tecnología como ahora para ver a tu familia, no había WhatsApp y otras cosas. Era difícil hablar con mi mamá porque no teníamos teléfono en casa. Tenía la vecina que estaba como a 10 casas de la tuya. Llamaba y le decía: 'Vecina, le puede decir a mi mamá que quiero hablar con ella, vaya haga el favor.' Tenía que esperar para que le avisaran. Todas esas dificultades te fortalecen para empujarte mucho más a lo que quieres. Somos siete hermanos, una mujer y seis varones, yo soy el segundo, y por eso me pusieron Segundo.
¿Qué debe valorarse?
Disfruté también la etapa de chico, de haber crecido y de haber valorado todo lo que se sufrió para llegar a primera, porque ahora hay muchas más comodidades para los chicos, hay una mejor inversión porque los jugadores son los patrimonios de los clubes y son los que permiten poder tener un ingreso también a los equipos. Entonces, hay un mejor trato, y convivencia, que antes era un poco difícil, me tocó estar en clubes como en Espoli, donde a veces tocaba entrenar sin desayunar. Eso me empujó mucho más para conseguir el objetivo y ahora, cuando uno ya está en la élite, hay que valorar todo lo que hiciste para estar aquí, hay que cuidar, respetar y valorar toda la carrera que uno ha hecho para estar en la cima.
¿No olvidar de dónde viene?
Eso es importante. Creo que el jugador tiene que saber de dónde viene y dónde está. Valorar de cómo hizo el esfuerzo para llegar a un equipo de primera porque nadie regala nada. Y cuando está ahí, ratificar lo que te costó. Esos valores el jugador no puede perder. Tener esos valores claros y la humildad también es importantísimo dentro del deporte y de la vida general. (I)