Cuando recibió la confirmación de su beca para estudiar en Rusia, Carla Cornejo estaba segura de que su vida cambiaría, pero nunca pensó que esa decisión influiría en cientos de jóvenes ecuatorianos que (al igual que ella) sueñan con vivir en el extranjero. Esta quiteña de 35 años sabía que sus opciones económicas eran limitadas y aplicar a becas era la única opción. Estudió por cuatro años Historia del Arte en la Universidad Estatal de Tecnologías Industriales y Diseño de San Petersburgo y también cursó un máster en la misma área en el Instituto de Cultura de San Petersburgo.
En los seis años que vivió en Rusia encontró a su compañero de vida y vivió una "verdadera transformación cultural". Aprendió seis idiomas y visitó 35 países. "Esta experiencia me ayudó a expandir mi visión y reforzó mi creencia de que la educación es una herramienta poderosa de cambio social". El año pasado, de acuerdo con cifras del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos INEC, se reportaron 3,1 millones de salidas del país y solo un 2,1 % correspondía a estudios.
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Este 2024 ese porcentaje encontró más oportunidades en Arabia Saudita, Panamá y España que son los países que más becas universitarias han entregado a Ecuador, según el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana. En total, este año recibimos 6.000 becas, que se dividen entre 2.500 de Arabia Saudita, 1.000 de Panamá, 649 de España, 364 de Corea del Sur, 226 de China, 113 de la India y 75 de Hungría. No hay que olvidarse que las opciones aumentan porque cada Gobierno entrega becas propias para estudiantes extranjeros a través de sus ministerios de educación o por medio de fundaciones privadas.
Encontrar "un espacio idóneo" en esta avalancha de ofertas es la meta de Cornejo, quien en 2019 regresó con las maletas llenas de ideas que se convirtieron en la Fundación Cultural CLE. Desde su silla en la presidencia se propuso "cambiar vidas" y hasta el momento ha capacitado a 11.123 estudiantes en talleres sobre becas internacionales. "Les ayudamos a crear hojas de vida impactantes y redactar cartas de motivación que brillan por sí solas. Somos mentores y guías para que este camino sea más accesible para todos. Muchas veces las oportunidades se cierran por desconocimiento".
Antes de migrar estudió turismo en Ecuador y trabajó en varios lugares que le permitieron entender que ella quería "más en su vida". A su llegada a Rusia tuvo una inmersión profunda en su cultura y confiesa que sintió un choque, que lo revivió cuando regresó a nuestras fronteras. Parte de su beca implicaba retornar a su país natal y devengar lo invertido en su educación. Así que, con su esposo y otros tres socios, crearon esta fundación, que tiene tres ejes: la cultura, los idiomas y la educación.
Al momento poseen una base de más de 300 becas en 150 destinos para todos los niveles universitarios y ofrecen asesorías personalizadas, mentorías gratuitas, talleres grupales y sesiones masivas en colegios. Básicamente, "ayudan a que el proceso sea más llevadero, con explicaciones sobre las aplicaciones, las admisiones y la recolección de toda la información necesaria". Una de las metas de su fundación es identificar cuál es la mejor opción para cada perfil, tomando en cuenta sus áreas de interés, sus ingresos económicos y su situación familiar.
De igual manera, organizan festivales, capacitaciones, talleres de pinturas, tardes poéticas... para conocer las "maravillas que encierran otros países a nivel mundial". La mayor cantidad de sus eventos son remotos y cuentan con alianzas estratégicas con varias instituciones como la Casa de la Cultura, el Teatro Bolívar e instituciones de educación superior. Por ejemplo, uno de sus proyectos icónicos es "Victoria", que busca capacitar a mujeres para que tomen el control de su futuro educativo. En sus cuatro años de funcionamiento, han realizado dos eventos grandes al año, cinco eventos culturales al mes y dos talleres de arte a la semana. 150 niños, niñas y jóvenes participan mensualmente en sus actividades.
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Además, cuentan con clases de inglés, ruso, italiano y francés. Su enfoque se divide entre las asesorías personalizadas pagadas (US$ 3.000 al mes) y los eventos que realizan en pro de comunidades vulnerables. También, tienen una biblioteca virtual con más de 20.000 libros y una física con 1.834 ejemplares, en varios idiomas, que incluye ocho libros propios que venden para costear sus actividades.
Con un presupuesto de US$ 65.000 para 2025, Cornejo cree firmemente que la educación es la herramienta necesaria para cambiar la situación de Ecuador y esta fundación busca ser "el inicio del cambio". (I)
