El cineasta Javier Andrade logró el regreso de Ecuador al Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), después de 17 años con la película "Lo invisible", donde habla de un tema que le interesa personalmente: la depresión. Andrade, cuya opera prima "Mejor no hablar de ciertas cosas" en 2012 fue un éxito de crítica y público, explicó a la agencia de noticias EFE que la presencia de "Lo invisible" en la XLVI edición de TIFF es una gran satisfacción para él.
Recordó que la última cinta ecuatoriana exhibida en Toronto fue "Crónicas", de Sebastián Cordero en 2004 y consideró como un "gusto y honor" devolver Ecuador a la muestra de Toronto. "También para mí es una gran oportunidad que esta película, que es una película pequeña, muy volcada al cine de autor, muy volcada a entregar la película a una actriz que yo considero extraordinaria, esté recibiendo este nivel de atención", añadió Andrade.
El filme, que se desarrolla en la sierra de las afueras de Quito, está protagonizado por Anahí Hoeneisen, que representa a una mujer de media edad de la clase alta ecuatoriana, quien tras dar a luz sufre una depresión.
A la medida de Hoeneisen
Andrade reconoció que la película fue escrita para Hoeneisen "como un sastre hace un vestido para una persona".
"La película viene un poco de dos o tres ideas distintas. Una es que yo tenía muchas ganas de hacer una película que se sintiese distinta a mi primera película en términos de filmar en la sierra de Ecuador, de tener un personaje femenino en vez de masculino, y de no usar voz en 'off'. Quería también trabajar con Anahí Hoensein, que es una actriz que yo respeto mucho", detalló.
El realizador añadió que la idea de esta película surgió después de terminar su anterior proyecto y tras mantener conversaciones con Hoeneisen y su esposo, Daniel Andrade, director de fotografía de la película. "La idea era hacer algo rápido, por poco dinero y como una suerte de experimento con ellos para yo dirigir a Anahí", rememoró Andrade, quien agregó que el proyecto evolucionó hasta el punto de no ser ni corto ni barato para convertirse en una exploración artística muy bonita de navegar en la piel de una mujer.
Andrade subrayó el importante papel que tuvo Hoeneisen en la elaboración del guion final y la calificó de "excelente compañera", cuya investigación rigurosa sobre la temática le permitió meterse en la psique de una mujer que sufre depresión.
Trabajar con amigos
"Eso a mí me daba una tranquilidad que me permitía dormir tranquilo sabiendo que la película era coligada por ella y por un universo femenino que, de alguna forma, me permitía acceder", declaró Andrade, añadiendo que por el tipo de historias que le gusta contar y el proceso que sigue "de mucha intimidad, búsqueda y riesgo" necesita trabajar con "amigos, gente que comparte una forma de hacer cine y una confianza hacia la búsqueda más allá que el resultado".
También resaltó que esa forma de trabajar es algo generalizado en Ecuador: "somos pocos y la lucha, sobre todo, por levantar fondos es muy compleja", apuntó. "Tenemos ahora una institucionalidad muy débil en términos de Instituto de Cine, que no lo hay -reflexionó-. Lo hubo por 14 años, pero el Gobierno anterior lo cerró y lo fusionó con un instituto de artes".
Por otro lado, Andrade se refirió a su próximo proyecto, titulado "Loretta Young y los monstruos", que describió como el tipo de película que a él le hubiera gustado ver cuando tenía 15 años. "Es una película sobre la primera vez que te rompen el corazón, sobre adolescentes con elementos del realismo mágico de la literatura latinoamericana mezclado con un elemento del género del terror", comentó.
"Nuestra literatura en Latinoamérica es muy rica, sobre todo, en argumentos, muy rica en mandar a la mierda convenciones y darles la vuelta si la emoción está clara. Eso a mí me inspira mucho y es el corazón de este proyecto que ojalá lo podamos hacer pronto", concluyó. (I)
*Con información de EFE