Hace poco más de dos meses, Disney y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, parecieron enterrar un conflicto legal sobre cómo la compañía puede hacer crecer su imperio de parques temáticos en el Estado del Sol. La disputa, que duraba ya dos años, se había recrudecido con la toma hostil por parte de DeSantis del antiguo Distrito de Desarrollo Económico de Reedy Creek, que pasó al control de Disney tras la oposición de la empresa a la controvertida ley “No digas gay” de DeSantis.
El miércoles, la junta nombrada por DeSantis que supervisa el rebautizado Distrito de Supervisión del Turismo de Florida Central acordó que Disney siguiera adelante con sus planes de invertir hasta 17.000 millones de dólares en su extenso complejo turístico de Orlando. Los planes incluyen la posible ampliación con un quinto gran parque, así como la adición de dos parques más pequeños (como parques acuáticos) y hoteles.
“Todo vuelve a ser como siempre para Disney en Florida”, afirma Robert Niles, creador de Theme Park Insider. “Con el abandono por parte de DeSantis de su disputa con Disney impulsada por la campaña presidencial, la empresa puede seguir adelante con sus planes de expansión”, agrega.
La división de parques y experiencias de Disney generó unos ingresos de 32.500 millones de dólares en el año fiscal 2023, lo que supone más de un tercio de los ingresos anuales totales de la compañía. Esto supuso un aumento del 16% respecto al año anterior y un récord para el segmento.
En la última presentación de resultados de la compañía en mayo, los ejecutivos de Disney mostraron un optimismo alcista mientras hablaban de la inversión de capital prevista junto con los buenos datos financieros.
“La división de parques temáticos de Disney es un negocio con márgenes superiores a 25 y lo fue durante un largo periodo de tiempo, tiene unas puntuaciones de satisfacción de los clientes terriblemente altas, lo que crea ventajas que sugieren que deberíamos ser capaces de mantener unos márgenes elevados y un alto rendimiento de la inversión”, dijo el director financiero de Disney, Hugh Johnson, a los inversores. “En un negocio con ese perfil, se invierte en él”", completa.
“Disney se comprometió a gastar 60.000 millones de dólares en sus parques de todo el mundo durante la próxima década”, afirma Niles, "y ahora sabemos cuánto de eso se destinará a Florida”. Los 17.000 millones de dólares destinados a Orlando incluyen nuevas atracciones en los recintos ampliados de Magic Kingdom y Disney's Animal Kingdom, así como un nuevo hotel, señala. “Más allá de eso, Disney no reveló ningún plan. Que Disney tenga autoridad para construir un quinto parque no garantiza que lo vaya a hacer”, enfatiza.
La última vez que Disney sumó un gran parque temático a su complejo de Orlando fue en 1998, cuando se estrenó el parque Animal Kingdom, con un costo declarado de casi 1.000 millones de dólares.
El acuerdo del miércoles permite a Disney seguir adelante con sus planes de expansión al tiempo que permite a DeSantis normalizar las relaciones con el mayor empleador del estado. Durante su acalorado tira y afloje, el CEO de Disney, Bob Iger, calificó a DeSantis de “antiempresarial” y “antiFlorida”, y la compañía desconectó un campus empresarial de 1.000 millones de dólares que habría traído 2.000 puestos de trabajo a Lake Nona, Florida.
No todo el mundo está contento con la incursión de Disney en la política de mano dura. En la última junta de accionistas de la compañía, celebrada en abril, algunos se quejaron de las donaciones políticas de la empresa para apaciguar a DeSantis. “En los últimos años, Disney contribuyó con más de 100.000 dólares a una administración que apuntó contra sus empleados, se burló de sus valores y la castigó disminuyendo sus exenciones fiscales y su grado de autogobierno”, dijo Laura Nixon, representante de la Educational Foundation of America, poseedora de acciones de la compañía desde hace mucho tiempo.
Adoptando la postura contraria, Scott Shepard, director del grupo de reflexión conservador National Center for Public Policy Research denunció que “hacer que Disney sea sinónimo de alimentar a la fuerza con ideología de género radical a los niños pequeños en edad escolar y luego ocultárselo a los padres haría que el público principal de Disney se marchara a raudales”. Los informes financieros de la compañía sugieren que el núcleo de seguidores de Disney no se fue a ninguna parte.
Ahora que DeSantis ya no es un aspirante a la presidencia, los expertos dicen que Disney hace bien en pasar página. “Los parques temáticos son un negocio impulsado por el capital”, dice Niles. “La tecnología siempre avanza. Si quieres ser el líder del mercado, y cobrar precios líderes en el mercado, tenés que estar expandiéndote y avanzando en todo momento. Eso cuesta dinero”, enfatiza.