¿Que tienen en común las series The Dropout, WeCrashed y Super Pumped? Reconstruyen los casos reales de jóvenes empresarios que tuvieron ideas consideradas en principio como visionarias, pero que terminaron en desastres personales o incluso en algunos casos en quiebras fraudulentas.
El clásico esquema dramático del surgimiento, apogeo y caída sigue dando sus frutos, sobre todo en estos tiempos en que muchos negocios basados en una aplicación puede valer miles de millones de dólares en poco tiempo, pero -como toda burbuja- también puede estallar con igual velocidad.
The Dropout, cuyos primeros episodios sobre un total de ocho ya están disponibles en el servicio de streaming Star+, narra la historia de Elizabeth Holmes (Amanda Seyfried), quien en 2003, con apenas 19 años, fundó Theranos, una compañía que entre 2013 y 2014, llegó a tener una valuación de 10.000 millones de dólares. ¿Qué proponía esta empresa? Básicamente, terminar con las incómodas jeringas, permitir exámenes varios en pocos segundos con apenas una gota de sangre y abaratar así los altos costos del sector de la salud.
Todo maravilloso si no fuera porque se trató de un engaño mayúsculo que esta serie dirigida por Michael Showalter (el mismo realizador de Un amor inseparable/The Big Sick y Los ojos de Tammy Faye), basada en el podcast homónimo de investigación de ABC y con elementos que remiten tanto a la serie Silicon Valley, de Mike Judge, como al film Red Social, de David Fincher, expone de manera atrapante.
Lo concreto es que Holmes -émula de Steve Jobs y considerada la primera mujer billonaria- terminó en la ruina y siendo condenada por distintas estafas. Si la ficción de The Dropout puede parecer por momentos inverosímil por lo absurdo del caso, ahí esta The Inventor: Out for Blood in Silicon Valley about Holmes and Theranos, documental de Alex Gibney disponible en la plataforma HBO Max con el título local de Desangrando a Silicon Valley, como para constatar que semejante fraude fue real.
Y, si de fraudes se trata, Netflix consiguió en las últimas semanas dos éxitos como la serie de ficción Inventando a Anna, con Julia Garner como Anna Delvey (su nombre real era Anna Sorokin ), una joven ruso-alemana que convenció a la élite de Nueva York de que era una millonaria heredera y una exitosa empresaria; y El estafador de Tinder, ya comentada en esta columna, sobre un Don Juan israelí que también se hizo pasar por un millonario, sedujo y engañó a decenas de mujeres.
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Pero volvamos al fenómeno de los negocios (no tan) brillantes. Apple TV+ no se quedó atrás y para este viernes 18 anuncia el estreno de los tres primeros episodios de WeCrashed, protagonizada por una dupla que seguramente dará mucho que hablar: Jared Leto y Anne Hathaway.
Leto interpreta a Adam Neumann, cofundador junto a Miguel McKelvey (Kyle Marvin) de WeWork, una empresa de coworking (alquiler de un amplio espacio de trabajo subdidivido en pequeñas oficinas para emprendedores independientes) que llegó a operar inmuebles en más de 100 ciudades (entre ellas, Buenos Aires) y alcanzó una valuación bursátil de 47.000 millones de dólares.
La serie -también basada en un exitoso podcast, en lo que ya constituye una tendencia dentro de la tendencia- narra no solo esta historia de éxito, narcisismo y amor (Anne Hathaway interpreta a Rebekah, esposa de Adam) sino también -en lo que ha sido una constante en este tipo de procesos- cómo la junta de inversores va conspirando para tomar el poder y desplazar a quien fue creador y CEO del proyecto.
Otro caso similar es el que aborda Super Pumped, miniserie de la cadena Showtime sobre Travis Kalanick (Joseph Gordon-Levitt). Este entrepreneur californiano que ya había desarrollado varios emprendimientos tecnológicos (Scour Inc., Red Swoosh) se convirtió en multimillonario tras fundar en 2009 la compañía (aplicación) de servicio en autos para pasajeros Uber (su fortuna en 2014 ascendía a 6.000 millones de dólares).
Pero no todo lo que brilla es oro y Kalanick se vio forzado por los principales accionistas a renunciar en 2017, luego de que se iniciaran varias investigaciones tras un escándalo por discriminación sexual y laboral que denunciaron varias empleadas. El ambiente sexista y los casos de acoso resultaron el golpe final para un empresario de carácter indomable, tan imprudente como arrogante y agresivo. De todas maneras, en su caso quedó muy lejos de entrar en bancarrota: en diciembre de 2019 vendió todas sus acciones de Uber por más de 2.500 millones de dólares.
Codicia, egolatría, manipulación, engaño, excesos y despotismo son las constantes de todas estas historias que muestran a puro desparpajo y sarcasmo que la idea de hacerse millonario en muy poco tiempo es posible, pero también que el sueño (norte)americano muchas veces termina en pesadilla.
*La nota se publicó originalmente en Télam y el autor dirige el medio Otros Cines