Cómo el jiu-jitsu brasileño, el arte marcial que practica Mark Zuckerberg, puede ayudarte a alcanzar el éxito profesional y personal
Aceptar el fracaso requiere un cambio de mentalidad, donde vemos el fracaso como una oportunidad de crecimiento, en lugar de un signo de debilidad. Al adoptar una mentalidad de cinturón negro y cultivar la resiliencia, podemos usar el fracaso como un trampolín hacia el éxito.

Es fácil mirar a las personas exitosas y pensar que nacieron con algún talento innato que las colocó en el camino hacia la grandeza. Pero la verdad es que toda persona exitosa, ya sea en los negocios, los deportes o la política, probablemente superó innumerables reveses para llegar a donde está.

De hecho, el fracaso puede ser uno de los mejores maestros. Cuando fallamos, nos vemos obligados a examinar lo que salió mal y, a menudo, descubrimos nuevas formas de hacer las cosas que nunca hubiéramos descubierto de otra manera. El fracaso también puede ayudarnos a desarrollar resiliencia y perseverancia, que son rasgos críticos para el éxito.

 

Replantear el fracaso como una oportunidad de crecimiento

La actitud de la sociedad hacia el fracaso es problemática porque en gran medida lo asocia con la debilidad, en lugar de reconocerlo como un signo de valentía. Se necesita coraje para probar algo nuevo, tomar riesgos y exponerse. Y cuando se falla, se necesita aún más coraje para levantase, aprender de los errores y seguir adelante. Para abrazar el fracaso, debemos cambiar nuestra mentalidad y ver el fracaso como una oportunidad de crecimiento, en lugar de un signo de debilidad.

No es suficiente simplemente fallar y seguir adelante. Para abrazar verdaderamente el fracaso, debemos tomarnos el tiempo para reflexionar sobre lo que salió mal y usar ese conocimiento para mejorar. Esto significa analizar nuestros pasos en falso y descubrir qué podríamos haber hecho de manera diferente. Cuando hacemos esto, podemos aprender de nuestros errores y aplicar ese conocimiento a proyectos futuros.

 

Cultivando una mentalidad de cinturón negro

‌Practicar jiu-jitsu brasileño me ha ayudado a replantear mi actitud hacia el fracaso, cuando lucho con un oponente en un partido o un desafío en el trabajo. Estas tres lecciones clave de las artes marciales pueden ayudarte a desarrollar una mentalidad de cinturón negro en tu propia vida profesional:

Aprender de los fracasos

En el jiu-jitsu brasileño, el deporte de contacto y arte marcial practicado por Mark Zuckerberg, es el cinturón negro el que ha sido golpeado más veces que nadie. El cinturón negro ha fracasado, por así decirlo, más que nadie, pero también han aprendido de esos fracasos para convertirse en maestro de su oficio. Es similar en el mundo de los negocios. Las personas más exitosas son a menudo las que más han fracasado. La perseverancia es fundamental para el éxito, y el fracaso es una de las mejores formas de fomentar esta cualidad.

 

Utilizar los contratiempos como catalizadores para el crecimiento

Todavía recuerdo la primera vez que mi instructor de jiu-jitsu brasileño nos recordó que nadie comienza como cinturón negro. Fue un momento de humildad, pero también me recordó que el camino hacia la maestría está lleno de contratiempos. Cada vez que “tapeo” (me rindo), recuerdo que todavía tengo mucho que aprender y uso esa experiencia para mejorar mis habilidades y convertirme en un mejor artista marcial.

Reconocer que el fracaso es una oportunidad para conectarse

El fracaso nos permite desarrollar empatía y comprensión por otras personas que enfrentan desafíos similares. Nos otorga la sabiduría para ofrecer orientación y apoyo a aquellos que están navegando por sus propios caminos hacia el éxito. Por lo tanto, no temamos el fracaso, sino que lo abracemos como una fuerza transformadora que nos impulsa hacia la grandeza.

 

A fin de cuentas, creo que el fracaso es un ingrediente necesario para el éxito. La capacidad de aprender del fracaso y utilizar ese conocimiento para mejorar es crucial. Aceptar el fracaso requiere un cambio de mentalidad, donde vemos el fracaso como una oportunidad de crecimiento, en lugar de un signo de debilidad. Al adoptar una mentalidad de cinturón negro y cultivar la resiliencia, podemos usar el fracaso como un trampolín hacia el éxito.

*Con información de Forbes US