Cuando la torre Eiffel estuvo lista en 1889, el monumento con sus vistas del paisaje urbano de París fue un golpe deslumbrante para la alta sociedad de París. Sobre todo porque desde ese momento se dijo que el diseñador se había reservado un pequeño departamento para él cerca de la cima que se convirtió en el objeto de la envidia general.
Escondido justo debajo de la aguja, el departamento de la parte superior de la torre Eiffel es estrecho, de casi 100 metros cuadrados, y descrito por el escritor Henri Girard como amueblado con el estilo sencillo que los científicos aprecian.
Si bien no es un dato muy conocido, el apartamento privado de Eiffel, todo un objeto de deseo de la alta sociedad de aquellos años, está disponible para visitas y posee una sala de estar con empapelado de cachemira, un piano de cola, tres pequeños escritorios, una mesa y pinturas al óleo.
Completan la planta, una cocina y un baño; además de su cabina de ascensor, escalera y equipamiento técnico que ocupa gran parte del espacio. Y si bien algunos pensarían pasar la noche allí, cabe destacar que no hay dormitorio. Incluso se cree que Eiffel nunca durmió allí.
El peligro de quedarse en el departamento de la torre Eiffel
El hecho curioso es que dormir allí supone un gran riesgo en caso de tormentas. No obstante, en su momento las personas más adineras del mundo hicieron ofertas generosas para quedarse en el apartamento al menos una noche. Fue en vano: Eiffel lo utilizaba para contemplación, experimentos científicos y para albergar a algún invitado ocasional.
Si bien algunos pueden creer que el apartamento de la torre Eiffel puede ser una hermosa oficina o casa, ofreciendo la mejor vista de todo París y rodeada por un balcón al aire libre, se olvidan que la torre es uno de los pararrayos más grandes de la ciudad.
Por estos días, el público puede recorrer la zona con gran parte de sus instalaciones originales intactas, a razón de unos US$ 30 estadounidenses. Es preciso saber que fue reabierto tras años fueras del alcance de las visitas.
El acceso a la visual del apartamento de la torre Eiffel es muy reducido, pero en el interior pueden verse réplicas de cera modeladas de Gustave Eiffel, su hija Claire y Thomas Edison, para recrear la visita del inventor al apartamento en 1889, cuando le regaló a Eiffel uno de los primeros dispositivos de grabación de audio.