Aunque las aguas transparentes y los acantilados imponentes de las islas Phi Phi, en Tailandia, atraen a viajeros de todo el mundo, Monkey Beach se volvió conocida por otra cosa: los monos que viven allí. Pero no se ganaron la fama por ser simpáticos. Roban comida, cámaras, teléfonos celulares y también muerden a turistas que se acercan sin cuidado.
"Los monos no son particularmente amigables", cuenta Yonna Xhixho, una profesional financiera de Nueva York que visitó la isla mientras estudiaba en Hong Kong.
Recordó que, durante un intento aparentemente inocente de sacarse una selfi, uno le "saltó a la espalda" y le "mordió en el brazo". Por ese ataque, incluso, terminó en el hospital y tuvo que aplicarse varias vacunas contra la rabia.
El hecho, sin embargo, no sorprendió a las autoridades. "Los monos del Parque Nacional Noppharatthara Beach-Phi Phi Island dejaron de buscar alimento de forma natural y ahora esperan que los turistas los alimenten o directamente les roban", declaró el director del parque, según publicó el Bangkok Post en 2019.
"A pesar de los carteles en varios idiomas que advierten a los visitantes que no alimenten a los monos, muchos turistas e incluso algunos guías turísticos siguen ignorando las reglas", dijo el jefe del parque. Esa conducta hizo que los encuentros con los animales se volvieran conflictivos, como ocurre hoy.
De todos modos, todavía quedan playas donde la convivencia con la fauna silvestre se mantiene en calma y con respeto. Estos cinco destinos lo demuestran: se puede compartir la costa con animales de forma tranquila, segura y con recuerdos que valen la pena, siempre que nadie los alimente ni los moleste.
Si buscás una playa donde la fauna se mueve con libertad, Salalah, en Omán, brinda una postal distinta. No solo hay camellos caminando junto al mar, también se pueden ver flamencos chapoteando en aguas poco profundas, a pocos metros de ellos. "La playa de Al Mughsail es uno de los mejores lugares para ver camellos paseando por la costa", dice Ahmed Ghawas, fundador de Salalah Explore, una empresa de viajes que organiza excursiones personalizadas de un día por la zona.
Aunque los camellos son una presencia habitual en Salalah, no siempre se pueden ver flamencos. Según explicó Ghawas en una entrevista por correo electrónico, la mejor época para visitar Al Mughsail es entre octubre y abril, cuando el clima es más fresco.
Los camellos suelen estar acostumbrados a la gente, pero Ghawas aconseja mantener una distancia prudente para no alterar su comportamiento en su entorno natural.
Además de observar la vida silvestre, sugiere hacer una caminata hasta la cascada Ain Ghaidh y acampar junto al mar como formas ideales de experimentar la belleza intacta de la costa omaní.
Escocia, Reino Unido
Si buscás una playa donde se reúnan vacas de las Highlands, las Hébridas Exteriores, en Escocia, tienen algunos rincones ideales. Eso sí, vas a necesitar algo de suerte y conocimiento local para dar con ellas.
"Ver vacas de las Highlands pastando junto al agua turquesa en Clachan Sands fue una de las experiencias más surrealistas y conmovedoras de mis viajes", cuenta Kevin Mercier, fotógrafo profesional, en una entrevista por correo electrónico. Visitó North Uist, una de las islas del archipiélago.
Más al sur, en la isla de Harris, también se las puede ver paseando por la playa, según Jackie Robertson, dueña de Knoydart House, una casa rural de lujo con cocina en Mallaig. Contó por correo electrónico que los visitantes tienen más chances de cruzarse con ellas durante el verano, aunque suelen ser tímidas y probablemente mantengan cierta distancia.
"No esperes verlas por todos lados, porque depende de dónde estén ubicadas las granjas", explica Fiona Spinks, quien se topó con vacas de las Highlands cerca de la playa de Achmelvich, mientras hacía el recorrido en auto conocido como North Coast 500, en las Highlands del Norte.
"No es algo que se pueda planear. Las vacas suelen aparecer en campos abiertos que llegan hasta la costa. No están ahí para mostrarse. Son parte del paisaje agrícola, y si una granja está junto al mar, es posible verlas pastando cerca de la arena", agrega.
Japón
Okunoshima, conocida como Isla Conejo, es una pequeña isla ubicada en el Mar Interior de Seto, dentro de la prefectura de Hiroshima. Se puede llegar en un ferry que tarda unos 15 minutos desde la ciudad de Tadanoumi, con salidas durante todo el día.
En una entrevista por correo electrónico, Clare Tobin, directora ejecutiva de Wild Frontiers, una empresa de viajes de aventura, contó: "La población de conejos creció a lo largo de los años, pero sus fuentes de alimento no aumentaron, por lo que siempre tienen hambre y están felices de acercarse a los humanos que les llevan comida".
Explicó que la isla mantiene reglas estrictas porque los conejos son muy sociables y dependen de los visitantes para alimentarse e hidratarse. Por eso, se debe usar solo alimento seco especial para conejos, que se vende en tierra firme. Además, hay que observarlos sin tocarlos, perseguirlos ni levantarlos.
Ante la consulta sobre el mejor momento para visitar Okunoshima, Tobin respondió: "La temporada alta puede ser bastante concurrida. Recomiendo visitarla de abril a principios de junio o en octubre para disfrutar de temperaturas cálidas y agradables y menos gente".
Galápagos, Ecuador
Las Islas Galápagos forman un archipiélago en el Océano Pacífico donde animales como lobos marinos, iguanas y tortugas gigantes se mueven con total libertad, sin que la presencia humana los perturbe.
Victoria Westmacott, directora de marketing digital de Galápagos Safari Camp —un campamento de lujo con tiendas en la isla Santa Cruz, una de las 18 principales del archipiélago— destacó en una entrevista por correo electrónico que considera a Tortuga Bay como una de las playas más hermosas del lugar.
En esa bahía, los visitantes pueden encontrar iguanas marinas tomando sol sobre las rocas de lava o entrando al mar para alimentarse de algas. "No es raro encontrarse remando para surfear junto a una iguana marina", comentó.
También recomendó la playa Garrapatero, al este de Santa Cruz, donde se puede navegar en kayak por los manglares y observar tortugas marinas, tiburones de arrecife pequeños e iguanas. Además, la laguna detrás de la playa permite avistar flamencos, pinzones de Galápagos y otras aves costeras.
Jackie Swayze, quien visitó el archipiélago en julio de 2024, dijo que encontró la mayor concentración de iguanas en la isla Española, cerca de Punta Suárez. "Era imposible no verlas, con cientos abarrotando las playas y los senderos. Tenía miedo de que me tocaran, se cruzaran en mi camino o que pisara una sin querer, pero en realidad no se movían mucho (y cuando lo hacían, eran lentas)", contó.
Para quienes buscan verlas en la costa, Erin Correia, planificadora sénior de Adventure Life, sugirió dirigirse a Punta Espinosa, en la isla Fernandina. "El suelo está cubierto de montones de iguanas marinas descansando", explicó.
Por su parte, Clare Tobin, de Wild Frontiers, recordó que los machos cambian de color durante la temporada de apareamiento, por lo que el mejor momento para viajar va de diciembre a febrero.
De todas formas, Westmacott advirtió que, como hay poca o ninguna sombra en las playas, marzo y abril suelen ser los meses más calurosos, mientras que septiembre y octubre tienden a ser más frescos.
Australia
Australia es el hogar de algunos de los animales más singulares del planeta: canguros, ualabíes, koalas y quokkas, entre otros.
Claudia McKenzie, una expatriada que vive en Australia desde 2016, contó en una entrevista por correo electrónico que ver canguros y ualabíes es algo habitual fuera de las ciudades. "De hecho, están por todas partes: al borde de la carretera, en los potreros, a veces incluso en los jardines de las casas", dijo.
Para quienes quieran verlos por primera vez, recomendó visitar Pebbly Beach, en Nueva Gales del Sur. "Al principio me pareció bastante surrealista. Pero están acostumbrados a ver gente, así que no te prestarán mucha atención y prácticamente te ignorarán", comentó. Sin embargo, no se olvida del momento en que una cría de canguro saltó a la bolsa de su madre justo frente a sus ojos.
Por otro lado, Lucky Bay, en Australia Occidental, suele considerarse la playa con la arena más blanca del país, según señaló un representante de Turismo de Australia Occidental en una entrevista por correo electrónico.
A solo 45 minutos en auto al este de Esperance, tanto en Lucky Bay como en el Parque Nacional Cape Le Grand es común ver canguros descansando sobre la arena. En la zona, algunos hoteles y resorts organizan safaris al atardecer para observarlos cuando están más activos.
Nota publicada por Forbes US