Casa Gallo canta con lo mejor de la comida típica en Samborondón
El restaurante abrió en 2018 en la zona de Buijo Histórico, en Samborondón, y hay planes de expansión con dos locales más, hasta 2024. La inversión para los nuevos proyectos será de US$ 500.000 y generá trabajo para 50 personas. Nelson Ruales, de 33 años, es propietario de este emprendimiento familiar, que incluye una planta de alimentos.

Casa Gallo atrae desde su nombre y se vienen imágenes de una pelea de gallos. Pero se trata de un restaurante de comida tradicional, en un ambiente cálido, acogedor y moderno. Desde su estilo arquitectónico, los detalles de la decoración, los toques rurales, hasta el menú hacen una combinación perfecta para una agradable experiencia gastronómica. El almuerzo es un momento especial y se puede hacer la sobremesa hablando de cómo va el día, en una jornada de calor intenso y del tráfico feroz en la vía Samborondón. Abrió en febrero de 2018 en la zona urbana de Buijo Histórico y se ha convertido en el sitio preferido de las familias que habitan en los grandes desarrollos urbanísticos de la zona. 

“Es comida típica, pero no de mal gusto. Es tradicional, pero no es un lugar anticuado, ni aburrido, sino moderno. En ocasiones creemos que lo típico tiene que ser de mal gusto, y hasta los nombres se escogen con doble sentido. Pero Casa Gallo es un lugar con un servicio alegre y se pueden armar los platos a gusto del cliente”, explica el guayaquileño Nelson Ruales Tapia. Tiene 33 años y es el propietario de este emprendimiento familiar. El negocio encontró sus raíces en el buen gusto por la comida que tenían sus padres, Sandra y Nelson, oriundos de Quito, pero aficionados a la culinaria de la Sierra y la Costa.

“Logramos capitalizar la demanda de la época, porque no había centros comerciales en la zona, el sector era virgen para este tipo de negocios. Ahora mantenemos una clientela fija que nos pide más servicios. Tenemos una carta inclusiva, con almuerzos desde los US$ 4, podemos llegar a muchos clientes, y parte del éxito, desde el inicio, es que logramos manejar los costos y la calidad de los productos”, cuenta. 

Hace 12 años la familia comenzó con el servicio de catering para empresas, hasta que decidieron invertir en el restaurante y en una planta de producción de alimentos. Ahí se producen 700 almuerzos diarios, tanto para Casa Gallo como para el servicio de delivery. La inversión en el terreno y la infraestructura fue de US$ 300.000. En los dos negocios trabajan 30 personas. Desde hace dos semanas comenzaron a vender desayunos. 

Casa Gallo rescata la tradición montubia de la costa ecuatoriana. Y no es de sorprenderse si a mitad de la mañana pasa un poblador a caballo, ya que también es una zona agrícola. Además, los vecinos tienen gallos, algunos de pelea. “Cuando estamos en construcción, teníamos muchos gallos visitándonos y los escuchábamos cantar con frecuencia, por eso escogimos ese nombre”. 'Casa Gallo, comida típica en un pueblo de gallos'.

Restaurante Casa Gallo. Foto: Pavel Calahorrano

El lugar tiene un estilo arquitectónico rústico industrial, que fusiona lo colonial con lo moderno. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Patricio Cabal, fundador y director creativo del estudio Caliptra Arquitectura. El cemento pulido de la fachada y de algunas paredes interiores le dan un look de modernismo y elegancia. Además, usaron materiales como ladrillo visto, madera, cerámica decorativa y acero. Las lámparas exteriores y la veleta con forma de gallo en el techo fueron fabricadas por herreros cuencanos. 

Tiene grandes ventanales que permiten el ingreso de la luz natural. Dos ambientes, el principal con aire acondicionado y un patio posterior techado. Las mesas tienen cerámica blanca, pintadas a mano, con estampas que recogen la tradición montubia. Son machetes, peleas de gallos, un agricultor, un canoero, un jinete en un rodeo y unas garzas blancas. Hay dos cerámicas que tienen historia. Una con 1829 y la otra con el rostro de Simón Bolívar. El Libertador estuvo en el sitio para firmar el Tratado de Buijo, un acuerdo militar que permitió la retirada del ejército peruano, que había invadido Guayaquil. 

Los platos estrellas

Casa Gallo tiene dos servicios. Entre las 12:00 y las 15:00 ofrece almuerzos a US$ 4. Y los platos a la carta que tiene como estrellas al caldo de bola, al seco de pollo y moros con carnes. Además, el cliente decide cómo armar su plato, con múltiples combinaciones. El menú de desayunos se elabora con verde, choclos, huevos, pan y frutas. “Nuestra especialidad es la comida típica y somos diferentes porque podemos armar el plato a gusto del cliente, puede ser un seco de pollo con moro, no son platos definidos, sino abiertos”. 

La carta está dividida en proteínas que van desde los US$ 3, como un seco de pollo, lomo fino de res a US$ 6, pechito de lomo a US$ 9, costilla de cerdo San Luis a US$ 6, chuleta de cerdo a US$ 4. Las guarniciones tienen precios desde US$ 1, como aguacate, hasta US$ 2,50, un moro de lentejas. El caldo de bolas es 'el imperdible' de fin de semana y cuesta US$ 5, igual que el caldo de gallina. También hay ceviches de pescado, camarón y mixto. 

Si va por Casa Gallo no debe perderse los helados Kelao, chocolate brownie, coffee tiramisú o el delicioso coco maracuyá.

Seco de pollo. Foto: Pavel Calahorrano

Dos locales más hasta 2024

Nelson Ruales dejó una carrera de Marketing, encaminada en industrias de consumo masivo, para empujar el proyecto familiar. Primero tuvo una pausa de año y medio hasta que puso en marcha el restaurante y la planta de alimentos. Luego retornó a sus actividades de profesión, pero finalmente se reincorporó a Casa Gallo. “Era un proyecto muy importante para mi familia, lo que íbamos a invertir, y era una transición a un restaurante y planta propia. Necesitábamos todas las manos, dejé lo que estaba haciendo en marketing para dedicarme a esto y me gusta”. Ahora estudia el primero de dos años en la Escuela de Chefs.

Recuerda que en los primeros meses de apertura del restaurante, él y su esposa de origen francés, Eloïse Cornu, trabajaron de meseros. “Salimos de la zona de confort para impulsar algo nuestro”. Ellos se conocieron en un intercambio de estudios en Australia, al que aplicó Nelson, a través de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UESS). Al segundo mes de haber llegado, lo enganchó una joven parisina, con la que hizo amistad. Y surgió “algo que al final fue difícil decirnos adiós”. Eloïse regresó a Francia y él a Ecuador. Mantuvieron una relación a distancia de año y medio, hasta que ella vino al país. Actualmente tienen una niña, de año y medio, Victoria. 

La familia Ruales tiene un plan de expansión para Casa Gallo hasta 2024, que incluye la apertura de dos locales más. Uno estará en los primeros kilómetros de la vía Samborondón y otro en la vía a la Costa, en Guayaquil. La inversión para los dos restaurantes ascenderá a US$ 500.000 y generará mano de obra para 50 personas mas. 

El local de Samborondón brindará los servicios de desayuno, almuerzos y en la noche. En el horario nocturno se ofrecerá una mejor experiencia, con un ambiente diferente, con platos para picar y coctelería. “Lo que se viene es la evolución del restaurante, comida de buena calidad y buen precio, queremos maximizar los beneficios que reciben nuestros clientes por los precios que pagan, mejorando los servicios en los locales. Si todo marcha bien, estaremos abriendo en el último semestre de este año en Samborondón”. (I)