La búsqueda de alguien especial con quien compartir la vida se da cada vez más en el mundo digital. Como resultado, se prevé que el mercado mundial de las citas online llegue a casi US$ 3.600 millones para 2025. Pero hay un punto a tener en cuenta: no se puede creer todo lo que se lee ni a todas las personas que se conoce en Internet. Una investigación de ESET revela que el 52 % de las personas cree que la soledad en los días previos a San Valentín la hace más vulnerable a los métodos utilizados por los delincuentes que buscan víctimas en sitios o apps de citas.
Las estafas románticas o de citas (catfishing) ocurren cuando quien estafa adopta personajes falsos en sitios y aplicaciones de citas. Se hacen amigos de los corazones solitarios, construyen una relación e incluso llegan a proponerles matrimonio. Pero, muy pronto solicitan dinero o que se abra una nueva cuenta bancaria para usar. Usan estas cuentas para lavar el dinero que obtienen de otras víctimas, convirtiendo a la víctima del fraude romántico en mulas de dinero involuntarias. Cifras de 2018 afirmaban que el 30% de las víctimas fue utilizada como mulas de dinero. Incluso pueden tratar de persuadir a las víctimas para que les envíen fotos o videos comprometedores para luego intentar chantajearlas.
“Una cosa está clara: el fraude de las citas es un gran negocio. Ocupa el octavo lugar en la lista de los tipos de delitos cibernéticos más reportados en Estados Unidos, en 2021 las estafas románticas ocuparon el segundo lugar en cuanto a pérdidas, permitiendo a los estafadores timar más de US$ 600 millones, cifra que superó los US$ 500 millones de 2020”, menciona Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de investigación de ESET Latinoamérica.
Afortunadamente, muchas de estas estafas siguen un patrón similar. Las señales a las que prestar atención al conocer a una nueva persona en línea:
- Hacer creer que viven o trabajan fuera del país en el que se encuentra la víctima.
- Afirmar que trabajan en una plataforma petrolera, en el ejército o como médico.
- Hacer muchas preguntas personales a la víctima.
- Ser evasivos cuando se les pregunta sobre sus vidas.
- Intentar un avance muy rápido en la relación y declarar su 'amor' en poco tiempo.
- Dar excusas cada vez más elaboradas para no verse personalmente o unirse a una videollamada.
- A menudo buscan rápidamente mudar la conversación del sitio o app de citas hacia un chat privado.
- Tener fotos de perfil perfectas.
- Contar historias de vida complicadas para argumentar por qué necesitan dinero. Esto suele incluir la necesidad de pagar.
- Gastos de viaje. Por ejemplo, pasajes de avión.
- Gastos médicos.
- Visas y documentos de viaje.
- Deudas de juego.
- Tarifas aduaneras aplicadas a los artículos importados.
Si piden dinero, quienes están detrás de los engaños amorosos generalmente pedirán que se les transfiera, o posiblemente solicitarán a su amor gift cards o tarjetas prepagas con dinero. Si la víctima se niega, la persona que estafa continuará acosándolo/a hasta que ceda, posiblemente usando excusas cada vez más elaboradas de por qué necesita el dinero. Por tanto, hay que adelantarse a esta situación y hacer una investigación sobre cualquier persona que se conozca en Internet. Si bien no suena romántico, al tratarse de contactos casi anónimos, puede ahorrar dolores de cabeza y dinero a largo plazo. A la hora de buscar información sobre la persona se aconseja:
- Realizar una búsqueda inversa de su foto de perfil (por ejemplo, con Google Images) para ver si coincide con otros nombres o detalles y de esta manera averiguar si es una imagen robada.
- Buscar su nombre y otros detalles para ver si la historia de vida de la persona coincide con la información en Internet.
¿Qué hacer si se sospecha que se ha convertido en víctima?
- Cortar inmediatamente con todo tipo de comunicación con la persona.
- Hablar con un amigo/a o familiar para obtener una opinión honesta de ellos.
- Si se pagó con una gift card, comunicarse con el proveedor de inmediato y verificar si pueden reembolsar el dinero.
- Informar el incidente a las autoridades de su país. (I)