La historia de vida más importante de Nicole Bonilla comenzó en 2017, cuando se regaló un año sabático para conocer el sudeste asiático. Los 12 meses planificados -en un principio- se convirtieron en más de 24 y su aventura se transformó en una forma de vida. Con 31 años, ha visitado países como Filipinas, Camboya, Indonesia, Laos, Nepal, India y Sri Lanka, aprendiendo de su cultura y viajando de manera sostenible.
Según Bonilla, todo comenzó con una decisión: comprarse un departamento en Ecuador o embarcarse en una aventura más grande, viajar por el mundo. Con tan solo 25 años comenzó su aventura en Filipinas y decidió guardar sus memorias en un blog. Una mujer joven y latinoamericana, recorriendo sola el continente asiático, levantó el interés de muchas mujeres, que se sintieron identificadas y sueñan con realizar las mismas hazañas. Esta acogida le permitió capitalizar todos los conocimientos que había adquirido y creó su primer curso en línea “Cómo organizar tu año sabático”. “El dinero se me estaba agotando y tenía pánico de regresar al país sin trabajo. Es así como surgió esta idea para seguir costeando mis viajes”.
Su formación en Relaciones Públicas y Comunicación Organizacional le ayudó a establecer una serie de metodologías que se comercializaron con mucha facilidad, ya que las personas querían saber cómo es la experiencia, cómo se solicitan las visas y sobre todo cuánto dinero se necesita.
“Mucha gente no se conforma con viajar solo 15 días, una vez al año, y pensé que esto podía transformarse en una idea de negocio”. Sin embargo, no tenía los conocimientos para organizar logísticamente las propuestas (como le solicitaban sus seguidores). “Si quería emprender y crear mi propia empresa de turismo tenía que hablar inglés y decidí estudiar en Australia”. ¡Así nació Wambra Viajera! Una compañía 100 % remota, que le permite a Bonilla trabajar desde cualquier parte del mundo (cuando se realizó la entrevista se encontraba en Brasil). “Con esta nueva tendencia del nomadismo digital, solo necesitamos de las herramientas digitales para trabajar mientras viajamos”.
Su empresa está constituida en Estados Unidos y desde junio de 2021 hasta el mismo mes de 2022 ha facturado US$ 111.897,94. Una de sus líneas de negocio “Como un local” se enfoca en organizar viajes para mujeres latinas que buscan experimentar un turismo responsable y respetuoso con las personas y con el ambiente. “Contamos con recorridos a la India que permiten conocer este país fuera de los circuitos turísticos tradicionales y de lujo. Trabajamos con socios estratégicos, emprendedores y organizaciones locales… que nos brindan una mirada real de lo que se vive en estas zonas. En 2023, esperamos abrir nuevos destinos en Tailandia e Indonesia”.
Actualmente, Wambra Viajera tiene una red de colaboradores distribuidos en Ecuador, Venezuela, Perú, Colombia, India y Tailandia, que ofrecen diversos servicios a este emprendimiento, que cuenta con otra línea de negocio enfocada en la educación. La “Escuela de futuras nómadas” enseña a mujeres a crear negocios digitales, donde no necesitan tener un capital inicial, solo el conocimiento suficiente para comercializarlo. “Las mujeres no emprenden no por falta de capacidades intelectuales, sino por factores sociales como el miedo al rechazo”. Es un programa de 12 semanas, con un método de desarrollo y fortalecimiento personal.
De igual manera, Bonilla ya comercializa otro servicio: Wambra Retreats. Son retiros a la Amazonía ecuatoriana para realizar turismo comunitario y tener una experiencia de crecimiento personal. “Son estadías cortas que las vamos a implementar en otros países, con el mismo modelo, ya que nuestro core de negocio es el de los viajes internos de autodescubrimiento para mujeres, que ven la vida de una manera más responsable y ética. Son actos terapéuticos de encuentro con uno mismo. Yo soy la líder de este proyecto de vida porque estoy haciendo lo que promuevo”.
Bonilla no piensa volver al país y ahora está en camino a la India, donde se quedará tres meses, para luego trasladarse a Tailandia. ¡Una vida de nómada digital! (I)
*Fotos de apertura: Ana Olaya