A muchas personas les encanta la idea de crear una empresa, ganar dinero y convertirse en célebres empresarios, pero este viaje no es apto para todo el mundo. Se requieren ciertas cualidades, características y disciplina para poner en marcha, mantener y ampliar una empresa.
Este artículo analiza brevemente cómo distinguir a los que tienen potencial para convertirse en empresarios de los que no.
¿Cualquiera puede ser empresario?
Cualquiera puede ser empresario, pero eso no significa que todo el mundo tenga las cualidades para sobresalir en este papel. En un viaje empresarial, uno se convierte en su jefe, se enfrenta al riesgo de tener unos ingresos inestables y soporta las presiones de dirigir toda una empresa. Sin embargo, a pesar de todas estas responsabilidades, el éxito de tu startup nunca está garantizado al 100%.
Crear una empresa conlleva muchos riesgos, incertidumbres y responsabilidades. De ahí que sólo las personas con las cualidades necesarias para triunfar deban emprender este camino.
¿Qué se necesita para ser un empresario de éxito?
Las cualidades que se indican a continuación diferencian a quienes pueden ser empresarios de quienes pueden tener dificultades en esta función.
Estás automotivado
Una de las cualidades fundamentales de un empresario de éxito es la automotivación. En esta línea de trabajo, nadie más que vos puede hacerte responsable de tus tareas. Por lo tanto, debés entender claramente por qué querés convertirte en empresario y estar dispuesto a dedicar el trabajo necesario para alcanzar tus objetivos empresariales.
Aquellos que pueden seguir motivados para trabajar con constancia en medio de las dudas, las tentaciones y, tal vez, incluso las críticas de otras personas tienen más posibilidades de tener éxito en los negocios que aquellos que sólo trabajan cuando la motivación o la inspiración provienen de fuentes externas.
Sos un líder natural
Ni siquiera los magnates multimillonarios pueden sostener solos sus empresas. Cuanto más éxito tenga, más necesitará el apoyo de los que le rodean. Ningún individuo puede destacar en todo, por lo que, como empresario, debe poseer dotes naturales de liderazgo para dirigir un equipo o una empresa.
Los líderes naturales de éxito son conscientes de sí mismos, adaptables, seguros y responsables. Además de tener estas habilidades intrapersonales, también debe poseer características interpersonales o habilidades relacionadas con la comunicación y la colaboración con los demás como líder.
Capacitá a tu equipo, convertite en un modelo a seguir y escuchá y vocalizá tus pensamientos para ser un líder capaz de guiar a una empresa hacia el éxito.
Estás dispuesto a asumir riesgos
Como empresario, asumir riesgos también es esencial porque, cuanto más alto sea lo que está en juego, mejores pueden ser los beneficios o los resultados.
Sin embargo, asumir riesgos no significa invertir imprudentemente o emprender nuevos proyectos sin investigar. Significa tener la mente abierta a nuevos conceptos e ideas, aunque exista la posibilidad de que no tengan éxito. Calculá siempre los riesgos que asumís y asegurate de que lo que apostás se corresponde con tus ganancias potenciales.
No tenés miedo al fracaso
Incluso las figuras empresariales más destacadas de la actualidad experimentaron fracasos en innumerables ocasiones. Empresas multimillonarias como Meta, Tesla y Apple son creaciones construidas a partir de una serie de reveses, como admitieron sus fundadores. Mientras aprendas de tus errores, aborda los problemas, planes y conceptos teniendo en cuenta la aceptación de un posible fracaso.
Dejá que el fracaso sea tu maestro, no el factor que te impida mejorar, innovar y asumir riesgos.
Siempre estás dispuesto a aprender
Por muy experto que seas, siempre hay algo que aprender en tu sector. Así que, en lugar de ver a los demás como una competencia que debe evitar, tratar a los que tienen muchos más conocimientos que vos como mentores o modelos a seguir para moldearse y convertirse en un mejor empresario.
Del mismo modo, tratá los problemas, las situaciones y los intentos fallidos como valiosas oportunidades de aprendizaje. Los que no pueden adaptarse y aprender en los negocios quedan rezagados frente a otros creadores de empresas.
Te gusta la innovación
La mayoría de las empresas de éxito prosperan porque son innovadoras. Abordan los problemas del mercado de forma diferente a la mayoría y no tienen miedo a introducir nuevos productos y servicios que otros pueden considerar absurdos o imposibles.
Innovar aumenta las posibilidades de abrirse camino en el mercado. Por tanto, abrazá la innovación tanto como valores los conceptos y planes probados.
Podés tomar grandes decisiones
Como líderes, los empresarios suelen cargar con la mayor responsabilidad dentro de sus equipos o empresas. Por lo tanto, deben ser capaces de enfrentarse a decisiones difíciles que pueden hacer triunfar o fracasar su negocio.
Al tomar una gran decisión, es importante tener en cuenta todos los factores posibles. Se persistente y confiá en tus elecciones como líder, y asumí siempre la plena responsabilidad de los resultados de tus decisiones.
Sos una persona creativa
La creatividad desempeña un papel vital a la hora de impulsar el éxito, ya sea en la planificación estratégica de tu negocio, en la creación de tu empresa o en el desarrollo de productos y servicios innovadores para tus clientes.
Cuanto más creativo seas, mayores serán tus posibilidades de obtener resultados positivos. Así que, aunque la practicidad es vital para el éxito de las empresas de nueva creación, tenés que dejar que prospere el pensador creativo que llevás dentro.
¿Quién no debería plantearse emprender?
No hay una forma concreta de decir si una persona no debería ser emprendedora. Sin embargo, como regla general, si carecés de la mayoría de las cualidades antes mencionadas, es mejor que busques otras salidas profesionales.
Crear y dirigir una empresa suele ser más arriesgado que un empleo normal. Requiere niveles muy altos de disciplina, voluntad y dotes de liderazgo. Por no hablar de que esta carrera no garantiza que puedas obtener un flujo de ingresos constante.
Ser fundador significa asumir grandes responsabilidades en nombre de muchas personas, posiblemente trabajando las veinticuatro horas del día e incluso arriesgando tus inversiones financieras. Si no parece que puedas hacer frente a estos retos, explorar otras opciones profesionales alternativas puede ser lo mejor. Hacerlo te permitirá encontrar una carrera que se ajuste mejor a tu tolerancia al riesgo, sus preferencias y tus objetivos personales.
*Con la información de Forbes US