Negociar el salario es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo si la negociación no es una habilidad que utilicen en sus responsabilidades diarias.
A continuación, tres pasos que pueden ayudar a superar el miedo a negociar.
1. Tengan su situación financiera en orden
Esta es su mayor herramienta en cualquier negociación. Estar financieramente dispuesto y ser capaz de salir airoso de una negociación les da ventaja para pedir lo que se merecen. Es más probable que lo consigan si disponen de los medios financieros para querer el trabajo sin necesidad de aceptarlo. No tienen que estar completamente libres de deudas, ni tener ya una buena posición económica para hacerlo.
2. Utilicen su currículum como un guion directo
Si pasaron mucho tiempo con su currículum intentando parecer inteligente, los responsables de contratación y los reclutadores sabrán que ustedes también lo estaba intentando. La mayoría de los currículos que leí están llenos de palabrería innecesaria que podrían resumirse de forma más sucinta con verbos de acción y logros. Además, casi siempre incluyen palabras que sonarían incómodas o rígidas si realmente leyera su currículum en voz alta.
Las expectativas de los responsables de contratación están más altas que nunca, pero su capacidad de atención también es más corta que nunca. En lugar de redactar su currículum para que sólo lo lea el equipo de contratación, léanlo en voz alta y escríbalo como si estuviera hablando con naturalidad durante una entrevista.
Su currículum puede servirles entonces como puntos clave de conversación que tendrán delante de usted durante una negociación. Les recordarán a su empleadores por qué merecen un sueldo mayor. En lugar de frases espontáneas, incorporen puntos de conversación claves sobre cómo pagarle más salario supondría realmente más dinero para la empresa, como por ejemplo:
- Cómo sus contribuciones aumentaron los ingresos
- Cómo mejoró usted los procesos para recortar gastos
- Cómo puede ser más eficiente y hacer las cosas más rápido que sus compañeros
Y, por favor, nada de currículos de dos páginas. Limítense a una página, independientemente del tiempo que lleven trabajando.
3. Háganse oír en LinkedIn
Si van a una negociación salarial, debe tener confianza para compartir lo que ya han conseguido, no sólo lo que cree que puede aportar en el futuro.
Yo tomé la costumbre de actualizar trimestralmente mi perfil de LinkedIn, incluyendo:
- cambiando el titular y la sección de resumen en función de mis logros más recientes;
- pidiendo recomendaciones a clientes y socios satisfechos;
- compartiendo contenidos que creo que muestran mejor mi experiencia.
Gracias a este hábito constante, me han llegado más oportunidades en lugar de tener que cazarlas porque las personas de mi red reciben un goteo lento y constante de lo que hago mejor y tienen las pruebas que lo respaldan, frente a una simple conversación puntual.
En lugar de esperar hasta el momento en que tengan que negociar para mostrar su mejor trabajo, hacerlo durante todo el año hará que se sientan menos incómodo cuando llegue el momento. O mejor aún, puede que no tengan que decir tanto porque su red ya se habrá puesto sobre aviso.