Daniel Wainmann tiene 66 años. Nació en Argentina y a los 16 años se mudó a Israel con su familia. Desde hace 36 vive en suelo ecuatoriano. Podríamos escribir tanto sobre él que no alcanzarían las páginas para abarcar toda su historia. Por dos horas, entre risas, anécdotas y hasta lágrimas, compartió con Forbes Ecuador aspectos de su vida poco conocidos. A su criterio, para que un emprendimiento tenga éxito debe incluir tres ingredientes claves: innovación, disrupción e impacto. Con calidez, asegura que la primera regla de un em- prendedor es saber soñar despierto.
Aquí su historia. Les confieso que no me he cansado de escucharla y leerla:
En 1974, la situación en Argentina era muy difícil. Se vivía una dictadura militar y mi familia decidió migrar al norte de Israel, en Netanya. El proceso de inserción fue muy duro, no hablaba ni una palabra en hebreo, ahora lo hablo perfecto. La capacidad financiera de mi familia era limitada. Hice de todo, desde limpieza de ascensores, mesero, hasta implementar un centro de cómputo, porque siempre fui un freak de la tecnología. Mi sueño era estudiar aviación. Fui parte de un escuadrón de la fuerza área israelí. En 1977 me enrolé en el servicio militar porque era un requisito indispensable para obtener mi nacionalidad. La experiencia es muy distinta a la que se vive en Ecuador. No es un tema de subordinación, te enseñan a ser responsable, con principios, y te van preparando para ser un buen ser humano.
En la universidad de Tel-Aviv me gradué en Ingeniería Industrial y Análisis de Sistemas. La aviación me apasionaba, trabajé muchos años en Israel Aerospace Industries, donde me desempeñé como Instructor, asesor de Sistemas Aeronáuticos y director de la Delegación en Ecuador, y así llegué a este país, del cual me fui enamorando poco a poco, ya que me envolvía en algo mágico. La gente es muy amable y de gran corazón. Veníamos con mi esposa por un año, que se ha convertido en 36.
En 1989 nació mi hijo, entré en una crisis existencial, quería hacer cosas que construyeran y no destruyeran. Decidí dedicarme a emprender, cuan- do nadie lo hacía. Mis amigos, que se han convertido en mi familia, me di- jeron que estaba loco y mi esposa, con una sonrisa, mi dio su apoyo. Te confie- so que no ha sido fácil. Había épocas en que no teníamos ni para comer.
Mi primer emprendimiento fue cuando tenía 33 años. Agarré una computadora fabricada para aviones, la modifiqué y la adapté para automóviles. La información almacenada permitía a las compañías optimizar sus operaciones.
Todo mi capital, US$ 500.000, lo inverti para crear Carlog, un sistema de seguimiento para automotores en tiempo real. Llegue a tener 15.000 vehiculos conectados, solo en Chile coloque 500 equipos en los camiones cisterna de una empresa petrolera. Fui pionero en America Latina. Al año y medio quebre por errores en el manejo y por falta de experiencia. Hubo momentos en que no podia pagar la escuela de mi hijo, no contaba con ningun seguro, con las justas teniamos para sobrevivir (sus ojos se llenaron de lagrimas al recordar esa epoca).
Para leer la entrevista completa consigue la nueva edición en:
Supermaxi
Megamaxi
Mr. Books
Libri Mundi
The Owl Books & Gifts
Mi Comisariato
Travel Stores
o dale clic aquí (I)