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Qué sesgos sobre la IA en el trabajo son más difíciles de cambiar

Lindsay Kohler

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Dado que el 41% de los empleados se muestra escéptico sobre el uso de la misma en el trabajo, el Laboratorio de Innovación Laboral de Asana buscó comprender si esos escépticos podrían transformarse en usuarios entusiastas de la IA.

7 Agosto de 2024 10.47

En vista de las ganancias de productividad prometidas por la IA, las empresas están ansiosas por que los empleados adopten estas herramientas. Sin embargo, la adopción generalizada de estas implica superar creencias preexistentes sobre la IA, y algunas de estas creencias son más difíciles de cambiar que otras. 

En particular: el escepticismo. Dado que el 41 % de los empleados se muestra escéptico sobre el uso de la misma en el trabajo, el Laboratorio de Innovación Laboral de Asana buscó comprender si esos escépticos podrían transformarse en usuarios entusiastas de la IA. La respuesta a esa pregunta se detalla en el informe de julio de 2024 "Mentalidades de IA: cómo liberar el poder de la IA en su organización".

En resumen, descubrieron que las creencias de los empleados se pueden cambiar, pero solo en determinadas circunstancias. Asana planteó la hipótesis de que podrían convertir incluso a las personas más escépticas en entusiastas de la IA con la intervención adecuada. 

Para ello, probaron varias ideas, que iban desde la promoción de la IA y todos sus beneficios hasta la exploración del escepticismo en torno a la tecnología con un enfoque centrado en el ser humano. Sus hallazgos sugieren que centrarse en los resultados positivos o abordar las preocupaciones directamente puede ser más eficaz que impulsar un cambio radical de mentalidad.

"En esencia, sabemos que los humanos nos resistimos al cambio", afirma la Dra. Rebecca Hinds, directora del Laboratorio de Innovación Laboral de Asana. "Creo que el miedo a lo desconocido es difícil de cambiar y no se puede cambiar de la noche a la mañana. Por eso tenemos que dejar de pensar en la tecnología en términos de características y funcionalidades y empezar a pensar en ella como una nueva forma de trabajar. Debemos pensar en la psicología que se esconde detrás del escepticismo a la hora de adoptarla. Y ese escepticismo se activará cada vez que la tecnología no cumpla con las expectativas".

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Saber quiénes son los entusiastas de la IA también es valioso porque así se puede saber a quién recurrir para liderar este cambio.

Hinds menciona luego la idea, bien documentada, de que los eventos y experiencias negativos son más fuertes que los positivos. "Lo que tiene mayor impacto es cómo responden al resultado de la IA. Si tenés una interacción negativa, tenés que tener cinco interacciones positivas para compensar. La IA no funciona todo el tiempo, especialmente no con el primer mensaje. Y cuando tenés ese resultado negativo, incluso si son resultados positivos posteriores, todavía tendés a anclarte en lo negativo", dice.

Cambiar las creencias preexistentes de que la IA ocupará puestos de trabajo

El informe define las mentalidades de IA como "las creencias y actitudes que dan forma al modo en que las personas abordan y se relacionan con la IA en sus vidas y su trabajo". Con ese fin, Asana desarrolló su Escala de mentalidad de IA para que la utilicen las organizaciones. 

Está compuesta por 16 afirmaciones relacionadas con la IA y divididas equitativamente entre afirmaciones positivas y negativas. Las afirmaciones incluyen "Adoptar la IA significa sacrificar la creación y la innovación humanas" y "Combinar la IA con la experiencia humana puede generar mejores resultados que confiar únicamente en el juicio humano o en la IA".

"Creo que la pregunta fundamental que hay que hacerse es dónde se ve el papel de la IA en relación con los humanos", afirma Hinds. A continuación, cuenta cómo un ejecutivo de una gran empresa prohibió la frase "inteligencia artificial" y la sustituyó por "inteligencia aumentada", y que este cambio de enfoque se está convirtiendo en una tendencia en la comunicación interna.

 "Creo que una pregunta fundamental es si los empleados realmente creen que la IA va a complementar las capacidades humanas o si tienen miedo de que vaya a sustituirlas, desplazarlas o amenazarlas. Entender dónde se encuentran en ese espectro nos dice mucho sobre su modelo mental al abordar la tecnología", agrega.

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Las empresas están ansiosas por que los empleados adopten la IA.

Saber quiénes son los entusiastas de la IA también es valioso porque así se puede saber a quién recurrir para liderar este cambio. Los entusiastas de la IA pueden difundir la tecnología, pero solo si las empresas crean las condiciones adecuadas para ello. 

"Se trata de crear una cultura de experimentación y hacer que el fracaso sea aceptable. Dar a la gente el espacio para experimentar con la IA, incluso si eso va a frenarlos en el corto plazo", dice Hinds. Algunos ejemplos de oportunidades prácticas para explorar la IA incluyen laboratorios de innovación, hackatones de IA u oportunidades de tutoría con expertos en IA.

Las empresas deben comprender que hay dos aspectos a tener en cuenta a la hora de aprender a utilizar la IA. Está la parte técnica, que consiste en diseñar rápidamente y aprender a utilizar las demás funciones. Pero los empleados también deben aceptar el cambio. No importa si la tecnología es excelente si la gente le tiene miedo. 

Por eso es tan importante comprender estas creencias preexistentes para que la IA sea un éxito en la organización. "El elemento humano será mucho más importante que la formación técnica", afirma Hinds. "Si la gente cree que la IA va a complementar sus propias capacidades, se puede empezar a formar a la gente para que adquiera la competencia técnica mucho antes que el otro grupo", completa.

Nota publicada por Forbes US


 

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