Mary Sangurima nació en Piñas, El Oro. A los 18 años, en 2016, decidió mudarse a Estados Unidos justo después de terminar el colegio. Desde pequeña, descubrió el gusto particular por los números. "Las matemáticas y física eran las materias que más me gustaban en la escuela y colegio", reconoce. Aunque en ese momento no tenía claro qué carrera quería seguir, sabía que debía estar relacionada con alguna de estas ramas.
Al llegar al primer mundo, tuvo la oportunidad de estudiar una Licenciatura en Administración de Empresas, por lo que amplió su visión de diferentes áreas del mundo de los negocios, como contabilidad, economía, finanzas y marketing. Durante este proceso, Sangurima se dio cuenta de que las finanzas eran lo suyo. "Usamos números y sí, es una ciencia exacta, pero también tratamos de predecir el futuro". Por eso, en poco tiempo, decidió empezar una maestría en Finanzas en la Universidad de Maryland.
No tenía claro si se quedaría en Estados Unidos o volvería a Ecuador, pero su fascinación por la globalización y la tecnología fue un factor en su decisión de explorar nuevas oportunidades fuera de su país.
Antes de unirse a JP Morgan, esta joven ecuatoriana completó dos pasantías en instituciones financieras. La primera fue en Bank of America Private Bank, el segundo banco más grande de Estados Unidos, con una capitalización de US$ 265.440 millones. Allí trabajó durante tres meses. En el rol de Analista de Gestión de Patrimonios ayudó con diversas tareas relacionadas con inversiones, como el análisis de portafolios y el rebalanceo de activos. Luego, hizo una pasantía en UBS Financial Services Inc., donde desempeñó funciones similares y amplió aún más su experiencia.
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Desde pequeña, esta financiera siempre quiso trabajar en JP Morgan, atraída por su reputación como uno de los mejores bancos del mundo. Mucho antes de ingresar, sabía que era el banco más grande de Estados Unidos y que su división de banca privada era considerada la mejor en el sector. Era un sueño, pero también un desafío, ya que la competencia para conseguir un puesto era feroz. Se animó a aplicar cuando estaba a punto de graduarse y pensó que no tenía nada que perder al tocar la puerta.
El proceso de aplicación fue intenso. Sangurima tuvo alrededor de diez entrevistas en un período de tres semanas. Aplicó a través de la página web y, aunque tenía sus dudas, se convenció de que arriesgarse valía la pena. Se preguntaba a sí misma: "¿Qué es lo peor que puede pasar?" Durante las entrevistas, los reclutadores se interesaron por su formación y experiencias previas, especialmente por su dominio de Excel y Phyton, habilidades muy valoradas en la industria.
Uno de los retos de su proceso de selección fue la competencia. Aproximadamente 30.000 personas aplicaron para 400 puestos disponibles para recién graduados. Su meta era sobresalir y para eso Sangurima cuenta que resaltó que dominaba dos idiomas y que venía de Ecuador. La entrevista más difícil fue un caso práctico que involucró el análisis de una hoja de Excel con más de 30.000 celdas.
Pasaban los días y recuerda que estaba a la espera de la llamada del reclutador que le diría si había conseguido el trabajo en JP Morgan. "Recibí una llamada de mi manager, ella me dijo que había conseguido el puesto. La alegría fue inmensa, celebramos juntos en ese momento tan especial. Mi familia ha sido un pilar fundamental en mi camino hacia este logro".
Allí estaba Mary Sangurima, de pie ante un gigante, lista para empezar una nueva aventura. Forbes presentó el top 10 de los bancos más valiosos del mundo en 2024, por capitalización del mercado. JP Morgan lideró este ranking con una capitalización de mercado de US$ 505.690 millones desde Nueva York, Estados Unidos. Además, cuenta con 300.000 colaboradores a escala global.
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Desde junio de 2024, trabaja como Equity Specialist en la banca privada de JP Morgan. Esta joven es parte de un equipo global de expertos en inversiones. Su equipo está compuesto por nueve personas, de las cuales seis trabajan en la oficina de Nueva York, mientras que hay un especialista en Londres y dos más en Asia. Juntos se dedican a gestionar fondos mutuos y cuentas administradas, de la mano de asesores para dar soluciones de inversión a sus clientes. En este rol, Sangurima tiene la oportunidad de trabajar con clientes que cuentan con un mínimo de US$ 5 millones.
Su trabajo está enfocado en Latinoamérica. Este departamento cuenta con 450 asesores y personal de apoyo que se dedican a la Banca Privada de la región. Este equipo gestiona alrededor de US$ 230.000 millones en activos de clientes.
Para esta ecuatoriana, dar un paso adelante hacia oportunidades no siempre es fácil. "A pesar de que en el país pueden existir oportunidades, quizás no todas sean de la magnitud que uno desea", dice. Por eso, el mensaje es claro: hay que dejar atrás el miedo y tomar la iniciativa. JP Morgan no apareció en su puerta, asegura. Al final, lo más importante es trabajar, arriesgarse y preguntarse: ¿qué es lo peor que puede pasar? (I)
