Protagoniza una carrera profesional que lo llevó a un banco francés top
A Pedro Santamaría le corren las finanzas por las venas. Su carrera profesional pasó por varias industrias, pero él supo escoger su espacio favorito: la banca. Este ambateño tiene un gusto particular por el francés y lo utiliza como su idioma natal. Se pasea por las calles de París y visita a sus clientes más exclusivos. Este es su trabajo en uno de los bancos más grandes de Francia, el Société Générale. Conoce su historia.

Pedro Andrés Santamaría nació y vivió en Ambato hasta los 6 años, antes de mudarse a Quito. Se graduó en Economía en la Universidad de las Américas y luego realizó un MBA en Francia. Desde pequeño desarrolló un fuerte vínculo con los números. Este amor por las matemáticas lo acompañó a lo largo de su vida escolar. 

Estudió la materia de economía en el colegio y fue allí cuando descubrió su interés por esta rama. Inspirado por su padre, quien trabajó en el sector bancario en el área de sistemas, Santamaría recuerda que lo que más le fascinaba era verlo vestir de terno. “Siempre fui de las personas que hace un presupuesto. Organizo mis gastos y mis finanzas y creo que por ahí también va todo”. 

Santamaría tuvo su primera experiencia laboral como pasante en Citibank, en Quito. Ingresar a una multinacional fue un desafío desde el inicio. La primera entrevista fue en inglés, un requisito esencial para entrar a Citibank, a pesar de que la mayoría del trabajo se desarrolla en español. 

Durante los seis meses de pasantía, Santamaría se enamoró del sector bancario. Una de las anécdotas que más recuerda de este periodo fue conocer a Jane Fraser, quien en ese entonces estaba de visita en Ecuador y hoy en día es la CEO de Citibank. Ella se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo en uno de los cuatro grandes bancos estadounidenses, según este ecuatoriano.

Luego de esta etapa, Santamaría conoció el mundo laboral. Ingresó a Banco Guayaquil y asumió el rol de Asesor de Tarjeta Premium, en donde atendía a clientes de alto nivel para las tarjetas más exclusivas de esta entidad bancaria. Su función principal consistía en relacionarse con estos usuarios a través de llamadas y reuniones.

Esta posición le permitió interactuar diariamente con ejecutivos y tomadores de decisiones de varias industrias. Lo que, para él, enriqueció su experiencia profesional. Este trabajo, que fue su primer empleo a tiempo completo, le brindó “una valiosa oportunidad para desarrollar habilidades en la gestión de relaciones”. 

Tras ocho meses en Banco Guayaquil, surgió otra oportunidad en la carrera de este joven profesional. A pesar de haber comenzado el proceso de selección con Telefónica antes de unirse al banco, la larga espera dio frutos cuando finalmente le ofrecieron el puesto de Key Account Manager, con tan solo 23 años

Este cambio reflejó su deseo constante de evolucionar. La transición a la industria de las telecomunicaciones, una experiencia totalmente nueva para él, prometía un aprendizaje importante y la posibilidad de abrir puertas en una multinacional con presencia en otros países.

A los 23 años, mientras sus compañeros de equipo tenían entre 28 y 30 años, él se destacaba por manejar grandes responsabilidades. En Telefónica, su rol de Key Account Manager lo llevó a liderar la relación con importantes empresas y organizaciones. Telefónica le permitió trabajar en proyectos innovadores como el Internet de las Cosas (IoT), inteligencia artificial y Big Data, áreas que apenas comenzaban a despegar. 

Después de un tiempo en esa compañía, recibió una llamada de la Universidad de las Américas, con la propuesta de ocupar un puesto en planificación financiera. Aunque la oferta implicaba un salario menor, le resultó interesante y esta era la razón: “tengo admiración por Felipe Martínez, que se había convertido en el presidente de riesgos más joven del país a los 28 años, era un modelo a seguir para mí. Fue quien me hizo la entrevista en la universidad”, cuenta. 

Según Santamaría, la experiencia en planificación financiera en una institución educativa es enriquecedora. Allí comprendió el funcionamiento de cada facultad y se adaptó a una industria diferente. 

En 2021, este ecuatoriano se fue a Francia para realizar un MBA, pero debido a que la pandemia del Covid 19 seguía y se quedó en el país. Durante ese tiempo, surgió una oportunidad de trabajar en la industria de las rosas, en Flower Village. Su nuevo trabajo implicaba gestionar la relación comercial entre Ecuador y Estados Unidos, con la empresa Paul Sailers, centrada en la exportación de rosas.

En este puesto, se encargaba de negociar precios, coordinar salidas de finca, y determinar el número de cajas y tallos. Este cargo lo llevó a estar presente durante las dos fechas más importantes para la industria de las flores: San Valentín y el Día de las Madres. En ambas ocasiones, viajó a Estados Unidos para reunirse con clientes y fortalecer las relaciones comerciales. 

“A mí me encanta viajar, y creo que esa experiencia me hizo valorar mucho el trabajar en el extranjero. Aunque mi trabajo estaba ligado a Ecuador, colaborar con empresas que no compartían necesariamente la misma cultura o forma de ver las cosas me ayudó a transformarme y salir de mi zona de confort”, asegura. 

Hasta que llegó el día de preparar sus maletas y empezar otro reto académico en Francia. Santamaría hizo un MBA en Rennes School of Business. En diciembre de 2022, justo antes de finalizar sus estudios, ya había asegurado una pasantía, un requisito para validar su especialización en Francia. Consiguió una posición en Henkel, una multinacional alemana, donde trabajó en la división de productos de gran consumo.

Al finalizar la pasantía, Santamaría tenía que decidir si volver a Ecuador o quedarse en el viejo continente. Optó por quedarse, con el objetivo de conseguir una visa de talento, algo accesible para extranjeros que encuentran empleo en Francia. Poco después de terminar su pasantía en Henkel, recibió una oferta a través de LinkedIn -desde Bélgica- para una posición en Francia con Electrolux. Fue contratado como Category Manager.

A sus 29 años,  buscaba estabilidad después de una década de cambios y experiencias en diversas empresas. Sin embargo, se encontró en medio de una reestructuración mundial que llevó al despido de tres mil personas en Electrolux, incluyendo a él. 

“A pesar del golpe, mi fe en Dios y también mi deseo de regresar a la banca me impulsaron a buscar nuevas oportunidades en Francia”, enfatiza. Se centró en las grandes instituciones bancarias como Société Générale, el segundo banco más grande de ese país y que hoy cuenta con un ecuatoriano en sus filas. Esta entidad bancaria tiene presencia en más de 60 países, 130.000 empleados a escala global y en el primer trimestre de este año tuvo un beneficio neto de 680 millones de euros.

Este ecuatoriano inició el proceso de selección a finales de febrero y, tras varias entrevistas, finalmente recibió una oferta el 16 de abril.  Este logro fue el resultado de la dedicación, dice Santamaría.

"Pedro, nos complace informarte que has sido seleccionado. Esto fue lo que me dijeron y casi me pongo a llorar", resalta. El proceso fue meticuloso y demorado, pero valió la pena, dice. En su rol como Private Client Advisor, Pedro se dedica a orientar a los clientes más top del banco, en una variedad de áreas, desde inversiones hasta seguros de vida y gestión de cuentas. 

Según explica, actúa como un consejero personalizado y su trabajo implica recibir a clientes que buscan asesoramiento sobre cómo invertir sus fondos y tomar decisiones financieras prudentes. 

“Todo en la vida tiene un propósito”, y Pedro cree firmemente en que cada experiencia, sin importar cuán desafiante sea, lo ha llevado a donde está ahora. Está convencido de que las “circunstancias se alinean por razones más grandes y que cada desafío superado ha contribuido a su crecimiento personal y profesional”. (I)