Forbes Ecuador
Paola Calisto Quito - Ecuador
Liderazgo
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A esta quiteña, madre de tres hijos, el diseño la llama a gritos. Cuando vivió en Manta descubrió un nicho de mercado que no había sido cubierto. A su regreso a Quito fundó Casa Link, una empresa que conecta proveedores de insumos de la construcción con clientes. Hoy factura US$ 1 millón y en 2023 planea duplicar la cifra.

21 Diciembre de 2022 06.00

En el mundo de la construcción, la competencia es implacable. El que no innova, muere. Y el que innova, tampoco tiene todo asegurado. Hay que trabajar…mucho. Esta quiteña es otra madre, ejecutiva y creativa diseñadora que se abre espacio en un espacio -todavía- dominado por hombres. Pero, al igual que las profesionales que cada vez se empoderan y creen en sus capacidades, a Paola Calisto nada la detiene. 

Tiene 42 años y es una apasionada del diseño. Cuando terminó el colegio empezó a estudiar Arquitectura, pero al año se dio cuenta que lo suyo era la decoración, por eso obtuvo un MBA en Fashion and Desing Manager en la Universidad SDA Boscconi en Milán, Italia. Tras culminar sus estudios superiores, retornó al país en 2006. Empezó su vida laboral en la ahora extinta Hogar 2000, una empresa de producción de muebles modulares de cocina, baños y closets. Ahí estuvo un poco más de cuatro años, diseñando, por supuesto. 

En 2010 dejó la compañía para dar a luz a su tercer hijo. Quería dedicarse a su labor de mamá a tiempo completo. A la vez, la familia se mudó a Manta, porque el esposo, Álvaro Maldonado, aceptó el cargo de Director en La Fabril. Pero al igual que el mar llama los surfistas, el diseño a ella no la soltaba. “Todo nació cuando empecé a construir mi casa en Manta, fue un dolor de cabeza, no encontraba los acabados que quería, me topé con empresas poco serias que me pedían anticipos y luego desaparecían. Nadie nos asesoraba sobre dónde conseguir los insumos. De hecho, contratar una diseñadora en ese entonces tenía un costo muy alto”.

Con todos esos obstáculos, finalmente edificaron su casa. Sin embargo, en 2016, la familia regresó a Quito. Maldonado se puso al frente de la Secretaría de Desarrollo Productivo y Competitividad en el Municipio. Con el recuerdo vivo de lo que sucedió en Manta, Calisto volvió a buscar algo que la vinculara con lo que tanto ama. Se enfocó en buscar alianzas con proveedores y ofrecer el servicio a clientes. Con ese objetivo, ese mismo año nació Casa Link. Ella se paseó por toda la ciudad en búsqueda de gente que trabajaba pisos, revestimientos, recubrimientos, pintura, ventanas y objetos decorativos, etc., para conectar con quienes los buscaban. Al inicio trabajó junto a una socia, aunque años después esa alianza no continuó. 

La inversión inicial fue nula, en ese entonces ganaba un porcentaje por asesoramiento, de entre 5 y 10 % del valor transado. Ese primer año llegó a facturar alrededor de US$ 100.000 y consiguió 20 proveedores. “La intención no era tener muchos, sino buenos, serios y, sobre todo, con un buen servicio post venta”.

Pasó el tiempo y Calisto soñaba con tener un show room, en donde el cliente pudiera ver, palpar y combinar los materiales y artículos para su casa, oficina o edificio, incluido el paisajismo y planificación de las áreas verdes. Encontró una casa en Cumbayá, Quito, estaba en buen estado, así que adecuarla le significó una inversión de US$50.000. Con esto creó los espacios de exhibición de los productos de 50 proveedores socios. Con este impulso, Casa Link cerrará el año con ventas de aproximadamente US$ 1 millón. Y es solo el inicio para esta soñadora, que ya se visualiza en el Olimpo del diseño ecuatoriano. En 2023, abrirá un nuevo local, también en Cumbayá, con una inversión estimada de US$ 100.000, lo cual le permitirá duplicar la facturación, y ya arma maletas para expandirse a Guayaquil y Manta en 2024. ¿Lo logrará? En dos años les contaremos… (I)

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