Un SUV blanco se detiene frente a las oficinas de Coworking Cuenca y Manuel Vega baja del vehículo por la puerta del copiloto. Luce una chaqueta azul, un jean negro, una camiseta de Star Wars y zapatos Converse multicolores. Sonríe, estrecha la mano del periodista y dice: Pasemos, en el tercer piso de la casa tenemos una sala para conversar. El río Yanuncay se hace escuchar levemente y el sol se esconde por unos minutos detrás de unas cuantas nubes; es lunes por la mañana y la semana empieza para todos, aunque para Vega cada día es una oportunidad para pensar en negocios atados a la tecnología.
La entrevista con este cuencano, más conocido como 'Manu', se empezó a planificar hace varios meses y se concretó a inicios de septiembre, luego de varios mensajes por Whatsapp y una que otra llamada. En Forbes Ecuador sabíamos que este cuencano era un personaje que debía estar en nuestras páginas. Se mueve como pez en el agua en el mundo tecnológico, pasando por fintechs y criptomonedas, vive entre Ecuador, México y Estados Unidos; en su perfil de LinkedIn se describe como conector, emprendedor, navaja suiza, taita y empresario.
Una oficina pequeña con un escritorio, dos sillas y una ventana que deja ver los tejados de un barrio residencial de Cuenca es durante unos 45 minutos el espacio para conversar con este emprendedor multifacético que se enamoró del internet cuando estaba en el colegio a mediados de los años noventa. Tengo déficit de atención y la parte académica se me hace muy difícil, es la frase con la que explica su amor por la tecnología. Vega estudió durante tres años Administración de Empresas en su ciudad natal y un año de tecnología en EE.UU., en Purdue University. Como no puedo estar enfocado soy autodidacta, por eso en 1995 ya me sumergía en internet, cuando muy pocos lo hacían.
Así fue su debut con una incipiente herramienta que con el tiempo ha revolucionado todo. Para 1997 Vega vendía computadoras (y CD piratas antes de Napster), tenía 17 años y era un nerd. Yo era raro, no encajaba, siempre pensaba diferente, no me importaba tanto el colegio, había un desafío intelectual. El tema de las ventas me ayudó en la parte social, dice en el tercer piso de Coworking Cuenca, uno de los casi 15 espacios de trabajo colaborativo que 'Manu' ideó. Vega actualmente trabaja en proyectos con la Bolsa de Valores de México y Estados Unidos. Fue el CTO de AleFi, una fintech de Miami que estuvo enfocada en conectar plataformas de inversiones y mejorar la experiencia de nuevos inversionistas pequeños, pero que no sobrevivió al huracán que se desató tras el colapso de Silicon Valley Bank. También es el fundador de la empresa de producción AudioVisual Flow Kings LLC, basada en Miami, que tiene el foco en crear contenido para uso online. Mientras que con Flow Kings LLC elabora manuales en video para las plataformas en línea. Y de yapa es miembro del directorio de algunas empresas donde, como mentor de CEO, guía en la manera de encontrar inversiones y escalabilidad. Cuando uno trabaja con directores ejecutivos de startups o de empresas tradicionales, hay que escucharlos y nunca hacerles pensar que uno sabe más que ellos, dice en voz baja, como si revelara una de sus estrategias más valiosas.
Pardue University, situada en Indiana, Estados Unidos, y reconocida por ser centro de estudios enfocado en la investigación, fue un punto de inflexión para este cuencano que hoy tiene 41 años. Pardue fue increíble, me abrió la cabeza estar en una universidad de más de 41.000 personas. Al volver trabajó con su papá vendiendo insumos agrícolas y allí aprendió a administrar casi todos los aspectos de un negocio, desde las ventas, las cobranzas, manejar gente, los temas legales y más. Fue interesante, pero no era mi trabajo y no hay nada más feo como un trabajo que uno no disfruta. Renuncié, mi papá y yo sabíamos que no era lo mío. Me dijo, dale, no seas un perdedor, hazlo a tu manera.
Entonces incursionó en redes sociales. Era 2010 y el mundo de las relaciones digitales estaba por explotar. 'Manu' creó y empezó a administrar las cuentas de personajes reconocidos, así como de algunas instituciones públicas; también creó grupos en canales como Facebook para manejar temas como seguridad, servicios, entre otros. Vega sabía que Facebook, Instagram y otras redes eran espacios naturales para los negocios y, con errores y aciertos, se convirtió en un pionero en temas de social media; además, con intuición y la autoformación que le caracteriza, entendió que el futuro estaba marcado por tecnología agrícola (drones), médica (healtech) o financiera (fintech). Así fue que empezó a desarrollar software para el mercado bursátil, donde hubo mucho espacio para mejoras. El Manuel Vega de 30 años se lanzó de lleno a emprender apuntalado por la tecnología.
Otro hito se dio en 2015, cuando cofundó Coworking Cuenca con un socio, Fabián Bermeo, experto en recursos humanos. La idea que tenían era conectar emprendedores y aprovechar las nuevas tecnologías de la información. Con esa viada fundé más espacios de coworking en Cuenca y en Quito para que los emprendedores validen sus ideas, sin el ego o el error que tienen muchos emprendedores de no compartir las ideas que tienen. En este punto de la conversación Vega frena el ritmo para dejar claro que su trabajo era decir si las ideas eran buenas, podía mejorar o eran inservibles. Escuchó de todo y no tenía ningún filtro para liquidar algunas propuestas, pero también reconocía las que tenían potencial.
¿Y cómo maneja el déficit de atención este emprendedor y mentor de CEO? 'Manu' no se complica con eso y dice que una de sus medicinas es aprender cosas nuevas todo el tiempo. Soy muy apasionado en lo que hago, vivo con plenitud mi déficit de atención, no lo sufro. He creado un entorno para poder hacer todo lo que hago. Trabajo siempre con tres monitores, en cada uno hay un proyecto en marcha y navego por cada uno casi al mismo tiempo. Con esa filosofía de trabajo y con el déficit de atención bajo control tiene empresas dentro y fuera del país y ha generado una reputación que le permite ser un CTO cotizado por empresas de México y Estados Unidos.
Esas estadías fuera de su natal Ecuador son de provecho. En Estados Unidos, por ejemplo, ha asistido a conferencias en Silicon Valley donde confirma que su inclinación por los negocios y a tecnología fue una buena decisión. Allí aprende de emprendedores que están en la jugada hace más de 20 años, que han levantado empresas top y que hoy son inversionistas que comparten recursos e ideas con los nuevos entrepreneurs. En una de esas charlas escuchó a un gurú un pronóstico que lo tiene inquieto. Con la inteligencia artificial en pleno desarrollo los expertos dicen que la mitad de la gente se va a quedar sin trabajo, eso significa que la gente tendrá más tiempo libre. Esa revelación dejó plantada en la mente de Vega una semilla en forma de pregunta: ¿Qué le vamos a vender a la gente que nunca ha tenido tiempo y ahora lo va a tener?.
'Manu' confiesa que en los siguientes diez años aspira a lograr un exit (la venta de su participación en una fintech) de varios millones de dólares para ser uno de esos inversionistas que tanto admira. Espero vender uno de mis emprendimientos por un buen monto para ser inversionista enfocado en fintech. Así podré guiar a otros emprendedores.
Al hablar de las oportunidades que las está aprovechando en Estados Unidos, Vega habla directo y sin pelos en la lengua. En Estados Unidos el capitalismo funciona, la gente paga y esa seguridad en los pagos permite trabajar muy enfocado. Añade que la industria fintech es un mercado de trillones de dólares, una cifra inimaginable y hay mucho por hacer. Ahora, también es importante educar a los jóvenes en esos temas. El trading, por ejemplo, es muy psicológico. Además, Estados Unidos es un mercado con precios justos, allá trabajo con diseñadores increíbles, gente muy preparada que además entiende muy bien el tema financiero. Y sobre México debo decir que la ley fintech permite que sea un mercado muy versátil. Las fintech, en general, se mueven a una velocidad increíble.
La charla con esta 'navaja suiza' vuelve a acelerarse. ¿Cómo te desconectas? Vega dice que le cuesta mucho ponerse en modo relax por el déficit de atención, al que según dice intenta hackearlo a diario. También comenta que una de sus maneras de lanzar un cable a tierra es pasar con su hija de 10 años. Con su madre nos hemos puesto de acuerdo para disfrutar con ella, mi hija es muy creativa, ya sabe algunos trucos del mundo de los negocios y afortunadamente no tiene déficit de atención. Al hablar de su hija, Vega reflexiona sobre la manera en la que se forma y se educa hoy en día a los niños. Ella también vendía pulseras y otras cosas a sus amigas de la clase, pero los profesores prohibieron que lo haga. Él no está de acuerdo con ciertas normas de las escuelas de hoy. Hay que evitar que a las niñas y a los niños les pongan en un solo molde. Él es un ejemplo de eso.
Es cerca del mediodía y la entrevista cambia de ambiente. Vega nos invita a recorrer las instalaciones de Coworking Cuenca, a donde está mudando sus equipos. Desde la terraza del lugar se observa el Yanuncay, uno de los cuatro ríos de Cuenca; es un barrio es tranquilo, con poco tránsito vehicular. Allí hacemos una pausa para que haga una llamada. Al continuar dice que la apariencia de los emprendedores del mundo startup tiene un rol. Pero lo más importante es saber de lo que se está hablando con empresarios e inversionistas. Yo llego siempre a reuniones usando Converse, eso llama la atención, pero juega más el hecho de saber el tema, de entenderlo y explicarlo. (I)
*La nota original se publicó en la edición impresa número 14 de Octubre-Noviembre de 2023.