Cristian Molina y Sandra Muñoz son una pareja de visionarios que ha logrado consolidar su vida profesional y personal luego de superar algunos obstáculos. Se conocieron en 2013, cuando los dos trabajaban en L'Oréal Ecuador. Cristian se desempeñaba como General Controller y Sandra como Brand Manager. Al poco tiempo se enamoraron y, por política de la compañía, uno de los dos debía abandonar el barco. Cristian decidió hacerse a un lado porque estaba seguro de que su ahora esposa tenía un excelente futuro en la compañía. “No tengo miedo a tomar nuevos retos, aferrarse a las cosas paraliza”, comenta al recordar esta etapa de su vida.
Corría el año 2014 y empezaron las fricciones. Cristian no tenía trabajo y Sandra mantenía el hogar. Se habían comprado una casa en US$ 160.000 y casi no les alcanzaba para cubrir el valor del préstamo. Recuerdan que su relación era como un globo a punto de explotar. Las peleas eran cada vez más constantes y fuertes. Cristian hacía el papel de amo de casa: cocinaba, limpiaba y lavaba platos; mientras que Sandra llegaba exhausta en la noche. Entraron en una encrucijada, si no buscaban terapia, el divorcio era inminente. Optaron por lo primero, fueron meses de aprender, ceder y comprender a aceptarse como son. Salieron a flote. Cristian cuenta que algunas veces dio pasos al costado como una señal de apoyo al desarrollo profesional de Sandra, de quien es su principal fan.
Hoy los dos son exitosos profesionales, cada uno en su rama. Sandra se desempeña como Country BD Manager para Ecuador y República Dominicana de Haleon y Cristian es gerente regional corporativo de Manufacturas Eliot. Llevan diez años casados, viven en Panamá y tienen dos hijas. Esta es su historia.
Las prioridades de Cristian
La vida de Cristian Molina ha sido una montaña rusa con desafíos, caídas y levantadas. Al terminar el colegio, hizo sus maletas y decidió volar para cumplir el sueño americano. Llegó a Nueva York para estudiar inglés y paralelamente debía trabajar para costear sus gastos. Comenzó desde abajo, friendo donas en Dunkin' Donuts, luego pasó a limpiar stands de productos de belleza en Eve Beauty Source: ganaba US$ 5,50 la hora. “Fue durísimo, porque nunca había levantado una escoba. Trabajaba nueve horas diarias y en la noche estudiaba inglés”. Poco a poco fue escalando posiciones hasta convertirse en gerente de dos tiendas y supervisar un equipo de diez personas.
En Queens College obtuvo un bachelor en Finanzas Corporativas, Administración de Empresas y Contabilidad. “En esos años también fui valet parking en un restaurante griego, mesero y barman en otro, me enfrentaba a jornadas laborales extenuantes. Con las propinas me redondeaba los US$ 600”.
El camino hacia la estabilidad financiera fue duro. En 2011 regresó a Ecuador. “Entré en crisis, no conseguí trabajo en EE.UU. y tuve que volver a la casa de mis papás y someterme a sus reglas”. Consiguió trabajo como Project Finance Controller en Huawei y dos años después pasó a L'Oréal Ecuador como General Controller.
Con dos maestrías en Administración y Finanzas, Cristian sentía que su carrera iba en ascenso y que había encontrado una ruta. Sin embargo, su vida profesional dio un giro cuando conoció a su esposa. A pesar de sus aspiraciones y expectativas, renunció a su trabajo para construir una vida familiar con Sandra Muñoz, quien era Brand Manager en la misma empresa.
“Por suerte, al poco tiempo encontré un trabajo en Mybike Mobile Corp como Financial Planning Manager, era una empresa muy pequeña, facturaba US$ 5 millones. Salí al año porque no nos entendimos en ciertos temas y otra vez a empezar de nuevo. Mi esposa mantenía la casa, me sentía un inútil. Fue el principio de una crisis matrimonial que gracias a Dios logramos superar con terapia de pareja y mucha decisión de los dos”.
En 2016 Cristian encontró estabilidad en Confiteca, donde su habilidad financiera le valió ascensos y nuevas responsabilidades. “Me ofrecieron la gerencia financiera en Colombia, justo cuando a mi esposa también la habían ascendido en L'Oreal. Nuevamente di un paso al costado. Otra vez a buscar trabajo y empezar de nuevo”. Edimca - Aglomerados Cotopaxi le abrió las puertas como CFO, pero tres años y medio después la historia se repitió. Cristian dio un paso al costado, su esposa había sido nombrada Country Manager de GSK en Panamá.
Entre risas dice ser un buen mandarina. “Le dije, 'vamos, yo me hago cargo de mi hija y la casa'. Hicimos maletas y aterrizamos en Panamá en marzo de 2022”.
Su determinación, perseverancia y empuje para no darse por vencido dieron inmediatamente frutos. Dos meses después, Manufacturas Eliot, una empresa colombiana de textiles y confecciones que factura más de US$ 500 millones, lo contrató como gerente regional corporativo y financiero. El conglomerado cuenta con más de 9.000 empleados y presencia en Ecuador, Panamá, Costa Rica, Perú, México, Chile, Guatemala y Bolivia. “Trabajo con nueve monedas y paso gran parte de mi tiempo en un avión. En Ecuador vendemos US$ 55 millones, tenemos 22 tiendas y una distribuidora”.
Sandra, la otra mitad
Desde su infancia, Sandra Muñoz ha navegado por un viaje de constante cambio y desafíos. Al ser hija de un militar, su familia se mudó frecuentemente y vivió en varias ciudades como Gualaquiza o Riobamba. Estos traslados le enseñaron la habilidad de adaptarse y encajar en distintos ambientes y circunstancias. Graduada con honores en Negocios Internacionales en la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), en 2006 ingresó a Andean Organics, donde empezó como coordinadora de ventas y llegó a ser gerente. Con lo que ganaba cubría sus gastos y disfrutaba de la vida social.
Después de terminar su maestría en Marketing y Gestión Comercial, entró a Zaimella como coordinadora. Meses después la ascendieron a gerente comercial. Su empuje, dedicación y tenacidad la llevaron a L'Oréal Ecuador en 2012 como Brand Manager. Pasó por varios cargos hasta llegar a ser Marketing Manager. “Siempre quise ser la mejor en todo. Una actitud vale mucho más que los conocimientos, soy muy entradora, competitiva y organizada. Pasé siete años en la empresa, ahí conocí a mi esposo. Él vio un impulso más grande en mi carrera y renunció. Él ha sido un puntal muy importante en mi vida, siempre me ha apoyado”.
Cuando Sandra salió de L'Oréal, en 2019, entró en crisis, recuerda que lloraba todas las noches, se sentía mal, con malas energías. La perseverancia y el respaldo de Cristian la ayudaron a llegar como Shopper Marketing Manager de Ecuador en Glaxo Smith Kline (GSK), una multinacional de productos farmacéuticos que en 2022 superó los US$ 30.000 mil millones de facturación. “Cuando es de ser, Dios te abre las puertas. Llegó la pandemia, como trabajábamos en casa, decidí ser mamá. En eso mi jefa me llamó a proponerme ser Country Lead. En Ecuador se vendía más de US$ 22 millones y 10 marcas, entre esas Voltaren, Sal Andrews, Sensodyne, Corega y Emulsión de Scott.”
En 2022, un cambio en el modelo de negocio la llevó a Panamá para manejar Ecuador y República Dominicana como cabeza de GSK y ahora dirige Haleon, una empresa de consumo de la salud OTC (que no requieren autorización médica) fundada en julio de 2022 tras la separación con GSK. “Sentí que se me juntó el cielo y la tierra, mi hija tenía seis meses, Cris tenía un buen trabajo. Como siempre, su apoyo fue incondicional, pasamos noches sin dormir, tuvimos largas conversaciones, veíamos que la situación en el país se complicaba. Fuimos de vacaciones a Panamá, quería endulzarle el camino y resultó. Hicimos maletas y desde abril de 2022 vivimos en Ciudad de Panamá”.
La carrera profesional de Sandra ha ido para arriba. Seguramente su perseverancia, tenacidad, exigencia, organización y responsabilidad le han permitido conseguir ventas superiores a los US$ 45 millones y dirigir un equipo de 40 personas. Hoy le están ofreciendo manejar un nuevo país y en cinco años aspira a ser Country Manager de la región.
La vida de estos ecuatorianos es un testimonio de perseverancia, adaptabilidad, pero sobre todo de amor. Hace siete meses nació su segunda hija. Han trascurrido diez años de matrimonio y ahora son un sólido equipo con metas ambiciosas y un futuro prometedor. (I)