La confianza en sí misma y en sus objetivos, sumada a la capacidad de seguir adelante a pesar de los obstáculos que hay enfrente, conforman la esencia de Valeria Restuccia. La seguridad de esta ecuatoriana se nota apenas cruza la puerta de las oficinas de Forbes Ecuador.
Esta ejecutiva de 39 años asegura que nació para ser jefe. Se graduó de Ingeniera Comercial en la Universidad de las Américas (UDLA) en 2006. Por un tiempo fue visitadora médica, por unos meses también fue parte de Interpharm, una empresa farmacéutica. Pero no se sentía cómoda. Necesito mi libertad de tiempo y espacio, mi creatividad, no sirvo para recibir órdenes y horarios. Tengo carácter de líder.
Bajo estas convicciones, una tarde, mientras se tomaba un café, llamó a la Bolsa de Empleo de la UDLA y les dijo: Seguro tienes un montón de CVs antes que el mío, pero te voy a dar una razón por la que el mío debe estar primero. Es un tema de actitud. Cuando tengo una meta en la cabeza, no hay quien me detenga.
A los pocos días recibió la llamada de Custodia, empresa especialista en seguros. Ingresó como Relationship Director, es decir una asociada directa con independencia para manejar su propia marca: Valeria Restuccia. En 2007 cerró con 30 clientes.
Mientras conversamos ella disfruta de su cigarrillo sin combustión que, en ocasiones, le ayudaba a recordar esta carrera profesional de dieciséis años. Explica que su compañía se especializa en planificación y prevención de las finanzas en el largo plazo para la persona, la familia y la empresa. Esto incluye seguros de vida, de salud, de jubilación, entre otros. En 2014 Valeria Restuccia facturó alrededor de US$ 100.000.
De padre italiano y madre esmeraldeña, la ecuatoriana nació en Sicilia, una isla del mediterráneo que se ubica frente a la punta de la bota italiana. Su padre trabajaba en una empresa internacional de telecomunicaciones y Restuccia tenía nueve años cuando la familia se mudó a Argentina. Ahí aprendió sus primeras palabras en español.
Un año después, cuenta, su papá renunció a la empresa porque su mamá le puso un ultimátum: quería volver a Ecuador. Armaron maletas y aterrizaron en Quito en 1994 y por eso Restuccia se declara quiteña de corazón.
En este punto de la entrevista prende un nuevo cigarrillo y cuenta que no tiene miedo a lo diferente. La empresa que había fundado crecía con el tiempo y en 2019 facturó US$ 250.000, esto le permitió ingresar a The Millon Dollar Round Table (MDRT), una asociación global e independiente de los principales profesionales de seguros de vida y servicios financieros del mundo. Mi tasa de efectividad es dos a uno, es decir si me reúno en un mes con 80 personas, por lo menos cuarenta se vuelven mis clientes. Soy una trabajadora incansable, pero sobre todo una broker de seguros que me preocupo primero por la ganancia de mi cliente y no por la mía.
A esto añade que Ecuador no es un país planificador y comenta que sólo un 7 % de la población está asegurado individualmente. Creemos en el típico y clásico ´Dios proveerá´, sentimos que nada nos va pasar, nos creemos autosuficientes. Estamos trabajando para que la gente entienda que por gastos médicos podemos quebrar. Yo no aplaudo el tema corporativo por una razón, es una soga al cuello, porque en algún momento puede terminar y cuando eso pasa, todo lo que ocurrió medicamente se vuelve una preexistencia altamente limitada para un plan individual. De eso debemos tener conciencia.
Después de encender su tercer cigarrillo, nos comenta que en 2023 aspira sumar 120 nuevos clientes a los 500 que ya tiene, y a los 750 que se encuentran en pólizas. Según sus matemáticas esto le permitirá cerrar este año con una facturación superior a los US$ 300.000.
Amante del gimnasio y la lectura, en su proyecto de vida no contempla un matrimonio, ni tener hijos. Con un poco de astucia trata de leer sin éxito mis anotaciones. Apagó su último cigarrillo y entre risas dijo que son unos garabatos inentendibles. Restuccia está segura que cuenta con todas las herramientas para ser una ganadora. (I)