En un mundo que cambia a un ritmo acelerado, es sorprendente que muchos líderes de organizaciones sigan confiando en el tradicional proceso de evaluación de desempeño anual. Este sistema, que en muchas organizaciones se ha vuelto casi un rito de pasaje, no solo es ineficaz en su formato, sino que se ha quedado obsoleto frente a las herramientas modernas de feedback continuo y colaborativo. Es hora de desafiar este enfoque y abrazar una nueva forma de medir y mejorar el rendimiento de las personas, una que esté en sintonía con las exigencias de la era digital y que fomente una cultura de crecimiento continuo.
El costo de lo obsoleto
La evaluación de desempeño tradicional se basa en un proceso anual que se realiza en un único momento del año, donde los empleados reciben una retroalimentación retrospectiva, una autopsia, sobre su rendimiento. Esta metodología tiene varios problemas fundamentales: en primer lugar, se enfoca en una revisión tardía, lo que significa que, cuando las personas finalmente reciben comentarios, ya puede ser demasiado tarde para corregir errores o ajustar su enfoque. Además, en un entorno de trabajo ágil y altamente competitivo, las métricas utilizadas a menudo no reflejan las necesidades dinámicas de las empresas ni el progreso constante que se espera de los equipos.
Este enfoque no solo genera frustración, sino que también reduce la efectividad del proceso de evaluación, ya que se basa en observaciones que no siempre son actuales. En lugar de centrarse en el rendimiento de todo el año, la retroalimentación se vuelve más un ejercicio administrativo que una herramienta útil para el crecimiento y desarrollo profesional.
La necesidad de un cambio radical: feedback continuo
En lugar de seguir con una evaluación anual que se convierte en un mero trámite, las empresas deben adoptar enfoques más ágiles y modernos que promuevan el feedback continuo y el aprendizaje constante. Herramientas digitales como las plataformas de retroalimentación en tiempo real, los sistemas de evaluación de 360 grados y las aplicaciones móviles de seguimiento del rendimiento permiten que los empleados reciban información de manera constante, lo que facilita el ajuste inmediato de su desempeño. Este enfoque proporciona la oportunidad de corregir el rumbo de manera oportuna y fomenta una cultura de responsabilidad continua.
El feedback constante no solo mejora la eficiencia y la motivación, sino que también permite que las personas se sientan más conectados con sus equipos y líderes. En lugar de esperar meses para saber cómo están haciendo su trabajo, pueden recibir comentarios instantáneos sobre su desempeño, lo que les da la oportunidad de mejorar y adaptarse en tiempo real.
Ventajas del feedback permanente
Uno de los principales beneficios de una evaluación de desempeño continua es que fomenta un ambiente de trabajo colaborativo. Los líderes pueden dar feedback de manera regular y constructiva, lo que no solo ayuda a los empleados a corregir errores de manera más eficiente, sino que también fortalece la relación entre ambos, basada en la confianza y la comunicación abierta.
Además, el feedback continuo permite una personalización de la formación y el desarrollo, ya que las personas pueden recibir orientación específica sobre áreas clave que deben mejorar. Esto es mucho más efectivo que una evaluación anual que, debido a su naturaleza generalizada, puede pasar por alto detalles importantes que afectan el rendimiento de una persona o equipo.
El futuro es ágil y adaptable
La evolución del trabajo y las necesidades de las organizaciones actuales requieren una aproximación más flexible y ágil. En un mundo donde el cambio es constante y la adaptabilidad es la clave, las herramientas que ofrecen feedback constante permiten que las organizaciones se adapten más rápidamente a los cambios, mejorando tanto la experiencia de las personas, como los resultados finales.
Al adoptar este tipo de herramientas, las empresas pueden incluso detectar patrones de desempeño que podrían haberse pasado por alto en un proceso anual. Esto les permite identificar tendencias, anticipar problemas y aprovechar oportunidades que, de otro modo, no habrían sido visibles.
Un llamado a la acción
La evaluación de desempeño tradicional ya no es suficiente para las empresas del siglo XXI. El sistema anual es ineficaz y anticuado, ya que no refleja las demandas actuales de agilidad, adaptación y desarrollo continuo. Las empresas que realmente deseen maximizar el potencial de sus equipos deben dar el paso hacia la integración de herramientas digitales de feedback constante. Solo así podrán mantenerse competitivas, innovadoras y alineadas con las necesidades de las personas y del mercado global.
*La columna fue escrita por Valentín Videla, Crack Consulting