El día de María Elisa Muñoz pasa a mil por hora. Si no está en una de las dos tiendas de D'Cuero, se encuentra en una reunión de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana Cuenca con otros emprendedores. Si no se halla en el taller de los artesanos con los que trabaja, puede andar de viaje de negocios o conversando con alguno de los marketplace en los que oferta los zapatos de mujer y hombre que diseña con la asesoría de su padre.
Soy hiperactiva y siempre siempre tengo que estar haciendo algo. No puedo estar quieta, dice con picardía y alegría esta emprendedora cuencana que convirtió su proyecto de tesis en una pequeña empresa. En esta, da empleo directo a cinco personas y este año calcula sumar ventas cercanas al cuarto de millón de dólares, si los planes se cumplen.
Muñoz estudió la carrera de Estudios Internacionales en la Universidad del Azuay, y en ese entonces desconocía lo que significaba emprender, armar planes de negocios o crear una estrategia de ventas en línea. Como hija de un empresario del sector de calzado, para su tesis de grado se animó a pensar en una nueva línea de zapatos y cómo venderlos en línea. Era 2016 y estaba por culminar sus estudios universitarios.
Con el título en mano y la foto de graduación en la casa de su familia, Muñoz decidió, en 2017, darle seguimiento a su tesis de grado y convertirla en un emprendimiento de pisadas certeras; así, con el apoyo de su familia, fundó D'Cuero. Estos primeros cinco años han sido una montaña rusa, con altos, bajos, auge, caídas, incluso con ganas de botar la toalla en algún momento.
Con dos tiendas en Cuenca (una en el Centro Histórico y otra en la zona de negocios), el emprendimiento de Muñoz avanzaba. En su primer año ya contaba con cerca de 30 diseños de zapatos casuales y formales, para mujeres y hombres. Estos se ofertaban en los locales, así como en el sitio web de su emprendimiento, en un momento en el que el ecommerce ya era una realidad en el país, aunque no con el ritmo que deseaba Muñoz.
Para acelerar su iniciativa, esta emprendedora hizo que las cosas pasaran. Con una estrategia de marketing digital, D'Cuero empezó a recibir pedidos de EE.UU. y Europa entre 2017 y 2019; los envíos se hacían mediante una agencia internacional de courier. El cliente pagaba por el envío. Desarrollamos una logística para despachar el pedido hasta la puerta de la casa del comprador. Esa experiencia fue literalmente vital para los tiempos desafiantes que estaban por venir.
En el último trimestre de 2019, la iniciativa que lidera esta cuencana dio un salto: abrió una tienda en Cumbayá. Todo iba según lo planeado, las ventas crecían y los clientes estaban satisfechos con el producto. Muñoz estab contenta, hasta que un microscópico virus que apareció en China empezó a causar estragos en el país y en el mundo entero. La flamante tienda tuvo que cerrar a los cinco meses y la joven empresaria, como buena millennial, sabía que los canales digitales serían el presente y el futuro de su negocio. Con los ánimos bajos, Muñoz sacó fuerzas y siguió adelante.
La estrategia se resume en estas líneas: Tuvimos que pivotear para ir al mundo digital y sostener la empresa durante estos dos años de pandemia. Eso sí, ni un solo día dejamos de vender zapatos, excepto los primeros 15 días de la pandemia. Desde abril de 2020 vendíamos digitalmente. La clave fue que desde el inicio de D'Cuero fue pensada como una marca con proyección internacional y para eso era fundamental el e-commerce. Los locales de Cuenca dejaron de atender al público, pero los artesanos con los que trabajamos seguían produciendo en su taller para cubrir los pedidos que llegaban en los canales digitales. Muñoz hace una pausa y cuenta el propósito de su emprendimiento: Queremos ser una marca global para dar a conocer el talento de Ecuador en el mundo, el trabajo de los artesanos, en este caso del mundo del calzado.
Los resultados del plan aplicado por Muñoz ya son realidad. La página web recibe hoy en día 9.000 visitas al mes. Las ventas se dan por el sitio en línea, pero también por WhatsApp. Además, D'Cuero está en marketplaces como Etsy y Faire. Somos omnicanal, atacamos todos los frentes. El retail es el principal modelo de venta, pero también el B2B (business to business). Con este modelo, los diseños de Muñoz y su equipo se venden ya en tiendas de EE.UU. como Devine & Co., Soles y Executive Level Limited, y en Laufsteg Bonn-Beuel, en Alemania. A inicios de marzo pasado hizo el primer envío a Alemania. Los pedidos oscilan entre 30 y 50 pares, y, si bien son cantidades pequeñas, para Muñoz son firmes pisadas para expandir la marca. No enviamos un contenedor, pero son ventas y experiencia.
¿Algún otro desafío en estos cinco años? Sí, responde. Fue cuando se mudó a EE.UU. para estudiar un MBA en Boston en 2019. Tuve que aprender a manejar el negocio de manera remota a la distancia. Lo bueno es que fue una oportunidad para armar un equipo, aprender a delegar y hacer que el negocio no dependa solo de mí. Habíamos alcanzado un modelo de negocio establecido y la ayuda del equipo fue clave para avanzar.
La responsabilidad social es otro punto al que Muñoz le pone atención. Los 30 artesanos que producen el calzado son de la comunidad de Baños, en las afueras de Cuenca. Ellos confeccionan los diseños y Muñoz con su equipo se encarga del marketing, el branding, las redes sociales, etc.
En los zapatos que se venden bajo pedidos en línea en el exterior (hasta ahora han llegado a 41 países), se cuenta la historia de ese modelo. En una tarjeta se incluye la firma del artesano y se recalca que no es un producto industrial. Para Muñoz, estas acciones son una manera de ser transparentes. Es un trabajo sostenible y ético. Generamos un ingreso para familias que no han tenido muchas oportunidades.
Pero eso no es todo. Desde julio del año pasado Muñoz es la directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana, en Cuenca. Necesito estar haciendo cosas nuevas y ahora, como directora de la Amcham Cuenca, coordino proyectos productivos en favor de empresas y emprendedores. La idea es transmitir lo aprendido a las nuevas generaciones y a Cuenca en general.
¿Qué siente hoy? Muñoz asegura que lo hecho hasta ahora le ha llenado el alma, porque las gratificaciones han pesado más que los tropezones. He viajado, he ganado becas como la de International Youth Foundation y soy parte de YLAI o la Young Leaders of the America Initiative. No hay nada que me llene más.
Con tono serio, esta entrepreneur dice que no se necesita ser una multinacional para llegar al extranjero. No importa tener una gran cadena de locales, lo que me importa es saber que estamos mostrando al Ecuador. Yo aprendí desde abajo, qué necesita el cliente, el servicio personalizado; me llena de alegría tener un negocio en marcha y crear empleo.
¿Se considera una líder? Me gusta pensar que soy una líder que impacta en otras personas. No soy jefe, trato de motivar y compartir valores. Alinearse con un propósito. Inspiro en lugar de dar órdenes.
Los planes siguen y para 2030 Muñoz quiere que su marca sea conocida en otros países, estar en sitios como Amazon y participar en fashion shows. Además me veo como mamá, con un balance de mujer y empresaria. (I)