La cubana que emigró a los Estados Unidos, emprendió y fue elegida como Celebrity Beauty Artist por Forbes
Mily Ajo pasó de concertista a convertirse en la reconocida CEO de una empresa de belleza elegida por celebridades e influencers, y premiada por Forbes en Estados Unidos. Esta es su historia.

Empezar de cero. Esta es la premisa que definió la vida de Mily Ajo desde que dejó su Cuba natal y llegó a Estados Unidos por reclamación de su esposo. Y no es que tuvo que empezar de cero solo por el hecho de emigrar, sino por reconstruir al cien por ciento su vida e incluso su profesión. 

En Cuba, Mily Ajo era la flautista principal en una banda de conciertos y directora coral. Cuando llegó a Miami, quiso continuar su línea profesional y trabajó un tiempo como pianista en algunas iglesias. También como maestra de música en escuelas. Sin embargo, la necesidad de pagar cuentas la hizo introducirse en el mundo de la estética.

"Cuando llegamos, apenas nos alcanzaba para pagar el alquiler. Vivíamos en un lugar que nos costaba 600 dólares. Mi esposo era diseñador gráfico en una editorial cristiana y yo era una manicurista que ganaba máximo 300 dólares, en alguna buena semana de diciembre", recordó sobre sus inicios.

A pesar de que esa introducción al mundo de la estética fue algo casual, Mily Ajo encontró allí un nicho por explotar. "Mis primeras clientes fueron las cubanas. Me llamó mucho la atención cómo nosotras teníamos cultura para arreglarnos las uñas y el cabello, pero no existía cultura de faciales. Vi que había mucha necesidad de aprender y también gente que buscaba quien les enseñe. Y así arranqué", sostuvo.

 

Para lograrlo ideó una estrategia con los recursos que tenía a mano. A través de Facebook Live comenzó a mostrar cuáles eran los tratamientos que ofrecía, la importancia que tenían para el bienestar de las mujeres y los resultados que obtenía con ellos. "Empecé sola en una camilla alquilada. Mi esposo me hacía flyers y yo salía por las esquinas, por los bakeries. Me paraba en los semáforos a entregar los flyers con diferentes ofertas y tratamientos", precisó en diálogo con Forbes Argentina. 

En ascenso

A partir de allí todo comenzó a crecer. Las recomendaciones empezaron a ser cada vez más frecuentes, los servicios más abundantes y también la demanda de aprendizaje. Así, en apenas unos pocos años, Mily Ajo desarrolló su negocio con tres grandes pilares: un spa, una academia y una boutique. 

"Nuestra meta con Dermabless Academy es mantener a las alumnas en las últimas tendencias de la estética. Además enseñamos todos nuestros protocolos que por año hemos desarrollado y enseñamos también a trabajar con los productos que hemos ido formulando", sostuvo.

 

El spa es la línea de negocios más tradicional en el mundo de los servicios de belleza. "Nos gusta centrarnos en dar servicios de spa. Ofrecerle a las clientas tratamientos complementarios, exfoliaciones, masajes, siempre le damos un ambiente relajante que las haga sentir como en el medio de un oasis", agregó. 

Por último, y de la mano de Dermabless Boutique, Mily Ajo logró desarrollar su propia línea de productos dermatológicos. "Todos nuestros productos son de grado médico porque nuestros ingredientes activos son muy altos y muy puros. También tenemos productos de maquillaje saludables con ingredientes activos seleccionados para aportar beneficios a la piel, una línea de joyería y una línea de perfumería".

Según Mily Ajo, sólo en un año, casi 15 mil mujeres pasan por Dermabless. "Aproximadamente, entre los tres negocios, unas 300 mujeres por semana", calculó la emprendedora.

Además de sus tres negocios, Mily logró formar una comunidad en redes sociales de más de 400 mil seguidores y, en el año 2022, fue reconocida con el premio Forbes Celebrity Beauty Artist. "Realmente han sido años de mucha constancia, de trabajar con sinceridad, eligiendo los tratamientos que realmente le funcionan a los clientes y los que tienen resultados verdaderos y sostenibles en el tiempo", sostiene respecto a su reconocimiento internacional. 

Desafíos en el camino hacia el éxito

Mily se enfrentó a diversos obstáculos en su trayectoria profesional, no solo para llegar a Estados Unidos y establecer su propio negocio, sino también para adquirir las habilidades necesarias para llevarlo adelante de manera exitosa. "Como latinos, no solemos tener una educación empresarial. Tuvimos que aprender a través de ensayo y error, a manejar empleados, entender las leyes y los modelos de negocio", explica. 

Asimismo, explica que por ser inmigrante su valor profesional no solo se evalúa por su experiencia o conocimiento, sino por la cantidad de tiempo que lleva residiendo en los Estados Unidos. 

"Creo que ser percibida como alguien con poca experiencia en el país, como inmigrante o como alguien que no tuvo una educación empresarial desde joven, puede ser una desventaja. Al principio sentí que las personas sólo me valoraban por la cantidad de tiempo que llevaba en el país. Pero quizás también fue eso lo que me ayudó a ser quien soy hoy", concluye.