María José Pazmiño es de esas personas que no se detienen nunca. Para ella, el estudio es un proceso continuo, una puerta que siempre está abierta, lista para descubrir nuevas oportunidades. Desde muy joven, comprendió que la educación no termina en las aulas; por el contrario, es un camino que se recorre día a día.
Pazmiño nació en Ambato, pero es cuencana de corazón. Desde pequeña se mudó con sus padres al Austro y, durante la escuela y colegio, fue de aquellas que se destacaba entre los estudiantes. "Siempre me gustó ser una buena estudiante. Me gradué como la mejor de mi promoción y luego estudié Arquitectura en la Universidad Estatal de Cuenca, donde también me gradué con honores".
Durante nuestra entrevista, me sorprendió con una propuesta distinta: en lugar de la clásica charla, me invitó a ver una presentación que había preparado con esmero. Se trataba de una serie de fotografías que capturaban momentos clave de su vida, cada una acompañada por una historia que ella deseaba compartir. Lo que logró transportarme a cada episodio de su recorrido.
Al concluir sus estudios universitarios, Pazmiño aprovechó la oferta del Departamento de Idiomas de la Universidad para aprender nuevas lenguas. Mientras desarrollaba su tesis, cursaba clases de inglés y francés; este último era un idioma que le parecía interesante, aunque en ese momento no imaginaba cuán útil sería en su futuro.
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Inició su carrera profesional en la Junta Parroquial de Santa Ana, en las afueras de Cuenca. Su primer rol fue como asistente en el área de infraestructura, de la mano de arquitectos, ingenieros y autoridades locales en diversos proyectos. En esta posición adquirió experiencia práctica en la gestión de obras públicas y en la coordinación de equipos técnicos y administrativos. Allí trabajó durante casi un año bajo contrato.
Luego, Pazmiño decidió darse un respiro y un viaje a Estados Unidos le abrió la mente en cuanto a las posibilidades de ejercer la arquitectura en otros países. A su regreso a Ecuador, fue contratada nuevamente por la misma Junta Parroquial, esta vez como técnica de planificación y proyectos. En esta posición, asumió la coordinación de iniciativas en las 21 comunidades de la parroquia y gestionó tanto obras de infraestructura como proyectos sociales y agrícolas. También se encargó de la gestión de marketing.
El deseo de buscar oportunidades en el exterior comenzó a tomar forma. Fue entonces cuando Canadá se presentó como una alternativa viable, con programas de migración que Pazmiño consideró amigables. En 2018, esta arquitecta y su esposo tomaron la decisión de enfocarse en su plan migratorio y continuaron con su preparación de idiomas, al tiempo que reunían todos los requisitos necesarios para aplicar a un programa de estudios en Canadá.
Finalmente, en 2019, tras meses de preparación, su aplicación fue aprobada. En agosto de ese año, llegaron a Canadá. Aunque inicialmente María José planeaba estudiar Administración de Empresas; al llegar, un programa de marketing le llamó la atención. Ambos lograron establecerse en un nuevo país, lleno de incertidumbre, pero con el sueño de comenzar una vida fuera de Ecuador.
Llegar a Canadá fue un cambio desafiante para la pareja, que enfrentó una realidad diferente en un lugar sin redes de apoyo. La emoción y el entusiasmo predominaban, pero también hubo una sensación de duda. Adaptarse a un entorno nuevo, sin conocer a nadie y sin familiaridad, requirió un esfuerzo, desde aprender a moverse en la ciudad hasta buscar recursos.
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En sus primeros meses en Canadá, esta ecuatoriana comenzó a trabajar a tiempo parcial en una escuela de español, donde se encargó de tareas administrativas. A pesar de los desafíos iniciales y de las numerosas entrevistas, su persistencia dio frutos cuando recibió ofertas de empleo en ambos campos, arquitectura y marketing. Decidió aceptar una oferta que le permitió combinar sus habilidades en ambos sectores, y que marcó el inicio de una etapa exitosa en su carrera en este país.
Desde 2020, esta arquitecta se desempeñó como coordinadora de marketing en Smith Vigeant Architectes Inc. en Montreal, Canadá. En este rol, fue responsable de la preparación de ofertas de servicios para instituciones públicas y privadas, y coordinó estrategias de marketing y gestión de propuestas.
Luego de tres años, una nueva puerta se abrió para esta ecuatoriana y desempeñó un rol similar. Fue contratada como coordinadora de operaciones en Artesa Architectes Concepteurs, en Brossard, Canadá. En este rol, gestionó el proceso de elaboración de ofertas de servicios para instituciones públicas y privadas. Sin embargo, a pesar de que valoraba su experiencia en esta compañía, buscaba un equilibrio más sólido entre su vida laboral y personal. Su búsqueda de una mejor armonía la llevó a descubrir una oportunidad en Prisme Architecture, una firma reconocida en el sector.
Actualmente, Pazmiño ocupa el cargo de coordinadora de ofertas de servicio e interna en arquitectura en esta empresa, en Brossard, desde enero de 2024. En esta función, coordina y gestiona la elaboración de ofertas de servicios para clientes institucionales y privados. Su trabajo permite que la empresa obtenga contratos millonarios en proyectos. Prisme Architecture, según esta arquitecta, es una de las firmas de arquitectura más destacadas de Quebec. En 2019, ganó un contrato de USD 2.500 millones para construir 15 escuelas secundarias.
En Canadá, esta ambateña encontró un nuevo capítulo lleno de desafíos y alegrías. Hace unas semanas había recibido la convocatoria para la ciudadanía canadiense. Días después de esta entrevista, recibí una fotografía de que lo había conseguido. Como digo, es imparable.
De cara al futuro, Pazmiño tiene grandes planes. Su objetivo principal es superar el examen de la Orden de Arquitectos para escalar otro nivel y culminar sus estudios en Administración de Empresas, otra carrera que se suma a su lista. Con una mezcla de gratitud y ambición, María José Pazmiño se enfoca en avanzar en su nueva vida, y equilibrar sus aspiraciones profesionales con el disfrute de las nuevas sorpresas que le ofrece su entorno. (I)