El papel de la mujer en la minería evoluciona, pero todavía encara pruebas importantes. Sin embargo, en los últimos años se han logrado avances relevantes gracias a políticas de género, capacitaciones y cambios en la percepción cultural.
La organización Women in Mining Ecuador (WIM Ecuador), establecida en 2019, encabeza este cambio y promueve el acceso de mujeres a la industria minera mediante programas educativos, becas y mentorías. Según datos del Foro Económico Mundial, el porcentaje de representación femenina en el mundo es alrededor del 22 %.
Actualmente, las mujeres representan el 17 % de la fuerza laboral minera del Ecuador, y superan a otros países de la región como Perú y Chile. Pero ¿qué impulsa a una mujer a mostrar su talento en esta industria? La historia de Elsa Hidalgo responde a esta pregunta.
En el mundo de la minería, Elsa Hidalgo es una figura que redefine las normas. Nacida y criada en el campo, es la industria minera donde deja su huella. Estudió Ingeniería Química en la Universidad Central del Ecuador, donde se enfrentó con los desafíos de ser una de las pocas mujeres en su carrera. "Había comentarios de profesores que cuestionaban nuestra presencia. Decían que solo estábamos allí para buscar maridos", recuerda. Pero su pasión por la química y su visión de estar en un campo de trabajo amplio la impulsaron a seguir adelante.
A lo largo de su carrera, Hidalgo tuvo que gestionar equipos y proyectos en un entorno de alta presión. "Empecé a trabajar en el sector petrolero. Hacía tratamiento de crudo, tratamiento de agua y también trabajé en remedición ambiental", cuenta. Al paso del tiempo, esta experta aprendió a equilibrar su vida profesional con su vida personal. Después de dar a luz a su hija, hizo un paréntesis en su carrera para cuidarla.
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Cuando decidió ser madre, no anticipó el impacto que eso tendría en su carrera. Criar a su hija durante dos años fue una experiencia enriquecedora, pero, al volver al mercado laboral, se encontró con una dura realidad. "Pensé que podría encontrar trabajo muy rápido después, pero al regresar me cerraron todas las puertas".
La frustración fue enorme. A pesar de contar con un título de ingeniera y experiencia laboral, los empleadores no valoraron su tiempo fuera del trabajo y le ofrecían sueldos muy por debajo de su preparación. "Me ofrecían US$ 500, y yo tenía un título, experiencia. Fue muy duro ver a mis compañeros en puestos altos mientras yo luchaba por lo básico", explica.
Estos años de búsqueda marcaron un punto de inflexión en su vida. También le enseñaron una lección valiosa. "Al principio, mi hija era todo para mí, mi propósito. Pero después, al volver al trabajo, entendí que mi propósito era ella y también guiar a otros y cambiar sus vidas", reflexiona. La maternidad fue una etapa de crecimiento constante y una puerta para redefinir lo que significa ser líder.
Luego, trabajó en una empresa de construcción especializada en galvanizado por inmersión en caliente, cuando descubrió la existencia de Lundin Gold. La multinacional, conocida por operar Fruta del Norte, una de las minas de oro más grandes de Ecuador, capturó su interés. Esta firma canadiense se dedica a la exploración, desarrollo y operación de proyectos mineros de oro, principalmente en el país.
Además de sus operaciones mineras, la compañía mantiene estándares de gobernanza ambiental y social. Hasta octubre de 2024, las mujeres representan el 18 % del total del personal y trabajan en casi todos los niveles organizacionales. El 21 % de las posiciones gerenciales están ocupadas por mujeres. En 2021, se aprobó una Política de Diversidad y, hoy en día, cuentan con un 44 % de mujeres en la Junta Directiva de Lundin Gold.
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"Empecé a investigar la empresa y me llamó la atención porque sentía que no contaba con muchas opciones de crecimiento en el trabajo que tenía en ese momento y la vi como un buen lugar para trabajar", explica Hidalgo. Fue allí donde decidió dar el salto hacia la minería, un campo completamente nuevo para ella.
Como coordinadora de turno en la planta de procesos de esta organización, esta ingeniera tiene bajo su responsabilidad operar la planta, y asegura que todos los procesos sean realizados con alta calidad, seguridad y eficiencia. Esto implica supervisar a un equipo diverso de operadores, coordinar con los equipos de mantenimiento y garantizar que los procesos ambientales se mantengan dentro de los parámetros establecidos.
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