La interacción y comunicación entre personas siempre fue algo que le gustó al guayaquileño Juan Pablo Fernández. Por eso, decidió estudiar Derecho, una carrera que además le permitía solucionar problemas, otra arista que llamaba su atención. En 2007, se graduó de la Universidad Santiago de Guayaquil y en su último año de estudios, ya había empezado su historial laboral en Deloitte, una conocida firma global de servicios de auditoría, consultoría, asesoría financiera, administración de riesgos y servicios fiscales.
Todos, en algún punto de nuestra carrera profesional, nos volcamos por un gusto en particular sobre lo que estudiamos. En este caso, a Fernández le fascinaba la idea de involucrarse en el derecho internacional público con el sueño de llegar a una organización internacional como la ONU. Es por eso que comenzó a abrir su espectro.
“Ingresé al servicio diplomático público cuando tenía 25 años e inicié en la carrera diplomática ecuatoriana en 2009 como tercer secretario del Servicio Exterior”, comenta. En 2012, como parte de esas funciones, llevaron a Fernández a trabajar en la Embajada de Ecuador en Suiza.
Allí, durante cinco años se encargó de las funciones consulares como jefe de la oficina consular en Suiza, es decir como segundo en la Embajada. “Cuando terminé mi misión, lo normal era retornar al Ecuador, pero por intereses propios decidí quedarme en Europa”.
Luego de experimentar una vida diplomática, su perspectiva sobre los organismos internacionales había cambiado y percibió que su vocación era ser abogado. Dio un giro y decidió desarrollar su carrera profesional en el viejo continente y realizó varias aplicaciones en diferentes empresas. “La carrera diplomática es muy enriquecedora y abre las puertas en muchos lugares, pero sigue teniendo una dinámica burocrática”, resalta.
Fernández, en su búsqueda, tuvo dos entrevistas, en la FIFA y en una empresa de consultoría de Recursos Humanos. “El mercado laboral en Suiza es muy duro para personas que no forman parte de la Unión Europea, sobre todo por los permisos de trabajo”, resalta. Es por eso, que en la FIFA las puertas se habían cerrado y sobre la empresa de consultoría, Fernández comenta que aplicó a un cargo que no se perfilaba a su experiencia pero, de todas formas, quiso intentar.
“Terminé retornando al país para pedir la disponibilidad como funcionario del servicio exterior”, recuerda. En 2018, tomó contacto con dos amigos de la universidad con quienes había creado una firma de consultoría en derecho corporativo y tributario en Guayaquil hace algunos años. Para él, sentir que estaba cumpliendo una meta y ver los resultados de aquel proceso era algo que faltaba en su vida y que no lo lograría como diplomático.
Las relaciones personales y las buenas amistades pueden abrir puertas que no imaginamos. Uno de los mejores amigos de la universidad de Fernández -luego de varios años de trabajo- había tomado contacto con quien era el CEO de la empresa de consultoría que lo entrevistó en Suiza. “Mi amigo le había dicho que conocía a un abogado que había vivido en Suiza y que tenía experiencia en el tema migratorio. Ese abogado era yo. Me dijo: aquí está la tarjeta, contáctalo”, expresa.
Y así fue. Este ecuatoriano se contactó con la empresa que lo había entrevistado hace algún tiempo. “Les dije que estaba a la expectativa de una oportunidad”, dice, y en octubre de 2019, le ofrecieron su primera posición en Malta, como gerente de inmigración encargado de temas migratorios y permisos de trabajo. Para este ecuatoriano significaba el inicio de una nueva oportunidad en otro país. Sin embargo, las circunstancias de la pandemia por el Covid-19, hicieron tambalear la estabilidad de todo negocio.
“Esta empresa dependía de permisos de trabajo de ciudadanos que venían de India, sobre todo para cargos en el sector IT. Estábamos paralizados por el Covid-19”, afirma. Fernández asegura que este fue un punto de quiebre y a mediados de 2020, quiso tomar la misma decisión, volver a Ecuador. Este abogado dice que la perseverancia es lo último que se pierde. “Otra empresa, en Malta, me contactó y me hizo una buena oferta y comencé a trabajar con ellos durante un año”, enfatiza.
A partir de este punto, el camino de éxito para Fernández comenzaba a tomar nuevamente su rumbo. La empresa que lo contrató vendió sus acciones a TopSource WorldWide, la compañía de la que actualmente forma parte. Aquí, ocupa el cargo de Head Of Legal Operations. Su responsabilidad se basa en brindar servicios de consultoría a empresas que buscan expandir sus operaciones en nuevos mercados. Por ende, se encarga de contratar localmente posiciones clave para el desarrollo de sus actividades en diferentes países.
TopSource WorldWide tiene una cobertura de servicios en 180 países y este ecuatoriano es parte de más de 400 empleados a escala mundial, con presencia en Estados Unidos, Reino Unido, España, Italia, etc. Hoy en día, Fernández es el único ecuatoriano en la empresa y también está a cargo de un proyecto de revisión de cumplimiento de regulaciones laborales en más de 60 países y tiene a su cargo a 13 personas.
Uno de los contratos en los que se involucró fue con una reconocida empresa de tecnología y redes sociales, en donde expandió su nómina con más de 150 empleados en Países Bajos, gestionando, además, sus permisos de trabajo. Fernández se enorgullece del país en donde nació, un lugar de muchos retos y con mucho talento que necesita “un cambio de mentalidad”. “Existen tantos compatriotas que se han esforzado por estar en donde están. Mi único mensaje sería que las cosas fáciles, no necesariamente son las que tienen mayor valor”. (I)