Su primer contacto con el mundo empresarial fue en 1998, cuando durante sus años universitarios realizó una pasantía con Coca-Cola. Fue asistente de marca por tres años y esto le brindó un panorama mucho más amplio de lo que había escogido en su carrera profesional. 

Una vez graduado de la carrera de Administración de Empresas con énfasis en Marketing, en la Universidad de San Francisco de Quito, Diego Recalde tuvo la oportunidad de unirse a Nestlé Ecuador como gerente de Marketing de la línea de leches y bebidas, un cargo que asumió con solo 24 años. La transición a este rol ejecutivo fue interesante. La experiencia adquirida en esa multinacional, una empresa referente en la construcción de marcas, fue invaluable para él. La comprensión profunda del consumidor y el manejo de estadísticas e información para desarrollar tácticas exitosas se convirtieron en pilares fundamentales en su formación. 

Durante sus cuatro años en Nestlé Ecuador, este ejecutivo enfrentó retos distintos pero enriquecedores; fue la mejor manera de expandir sus conocimientos en una compañía reconocida por sus grandes marcas y talento humano. Allí consolidó su carrera y destacó su capacidad para adaptarse en diferentes entornos empresariales.

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“Asumí este cargo consciente de la responsabilidad que implicaba y con mucha humildad, a pesar de la edad que tenía. Fui recibido con calidez, apertura y mucha curiosidad”, asegura Recalde. En el camino se encontró con otros profesionales talentosos de edades similares en roles semejantes.

Uno de los grandes retos que recuerda fue trabajar con la marca La Lechera. Transformar la identidad visual, el posicionamiento y la comunicación de un nombre tan emblemático en Ecuador fueron parte de sus indicadores dentro de la empresa. Otro logro fue su participación en la integración del negocio de alimentos para mascotas, Purina, después de su adquisición por parte de Nestlé. Esto le permitió trabajar en una categoría diferente a lo que estaba acostumbrado, lo que enriqueció aún más su conocimiento. La integración de Purina fue un testimonio de su versatilidad, en donde además potenció su liderazgo. 

Poco después, la decisión de salir de Ecuador y cambiar de rumbo nuevamente fue motivada por un sueño. Este anhelo se remonta a su adolescencia y años universitarios, y, cuando Coca-Cola le ofreció la oportunidad de trasladarse a Perú, vio la posibilidad de hacerlo realidad. La idea de iniciar una carrera internacional y expandir la experiencia que había construido en Ecuador era irresistible…

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