¿Es el fin de la era humana en el coaching?: cómo la IA está cambiando el juego
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
Es una realidad y sería necio negarla, estamos en una etapa del mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, y el coaching profesional, así como el mentoreo no han sido inmunes a las preguntas sobre su futuro en la era de la inteligencia artificial (IA).
La International Coaching Federation (ICF, por sus siglas en inglés), la mayor organización mundial de la actividad, ha afirmado la tendencia de los últimos diez años: el coaching se sigue expandiendo a nivel masivo, tanto en individuos como organizaciones.
Según sus encuestas, aumentó un 54% en el número de practicantes de coaching entre 2019 y 2022; y que, de todas las personas que estudian la carrera, que puede durar hasta dos años, se certifica un bajo porcentaje: alrededor del 5% a nivel mundial. Es decir que esa cantidad está en condiciones de ofrecer servicios avalados.
A pesar de este crecimiento, surgen interrogantes sobre cómo la IA puede influir en el futuro del coaching y la mentoría.
Como usuario de inteligencia artificial desde hace varios años en distintas formas, hasta la más reciente experiencia creando “Mentor Coach GPT”, para ayudar a coaches, mentores, líderes y emprendedores en asociación con ChatGPT, observo que la IA no será un reemplazo directo de la función de quienes somos coaches, aunque sí es una herramienta de enorme potencial como co-piloto profesional.
La IA tiene el potencial de procesar y analizar grandes volúmenes de datos para ofrecer descubrimientos, conexiones y patrones que pueden no ser inmediatamente evidentes para un humano. Si este conocimiento se vuelca a la tarea de coaches y mentores, se puede lograr una entrega de servicios de avanzada, con mayor personalización -por ejemplo, indagando y aprendiendo sobre la industria de los clientes-, y basarse en evidencias -relevando casos de otros lugares del mundo, obteniendo inspiración para formular preguntas diferentes a las que habitualmente se usan, y conectando información diversa que quien se 'coachea' trae a sus sesiones. El resultado es sorprendente, porque abre horizontes que, humanamente, quizás no se nos habían ocurrido.
Si bien, por ejemplo en Mentor-Coach GPT, los colegas y también los clientes pueden hacer preguntas, obtener orientación y guía a partir de la tecnología, el contacto físico, la emocionalidad y la escucha humana por el momento no es reemplazable.
Como una breve sugerencia, aquí van tres ideas para combinar la labor humana propia del coaching y mentoring:
Aunque la IA tiene el potencial de transformar aspectos de nuestra práctica, la esencia del coaching —la conexión humana, la empatía y el entendimiento profundo— seguirá siendo insustituible. Entonces, en lugar de ver la IA como una amenaza, puedes abrazarla como una herramienta que enriquece nuestra capacidad para servir mejor a nuestros clientes y expandir el impacto positivo del coaching en el mundo.
La clave, en mi percepción, está en la colaboración sinérgica entre la inteligencia humana y la artificial, donde cada una complementa y potencia las fortalezas de la otra.